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Verificado por Psychology Today

Trucos, sistemas y técnicas de productividad

Revisado por el personal de Psychology Today

El término "trucos de productividad" se refiere a trucos simples y fáciles de aplicar para mejorar la productividad. Estos llamados "trucos", junto con sistemas reglamentados diseñados para mejorar la producción (como el método GTD), o enfoques estructurados para listas de tareas tienen un fuerte impulso psicológico. Para muchos que batallan con la productividad, la idea de tomar las medidas necesarias para ser más eficaces en el trabajo, el hogar o la escuela puede resultar abrumadora. Hacer una lista de trucos, por el contrario, puede hacer que el proceso parezca más agradable, menos atemorizante y, en última instancia, más alcanzable. Y aunque pocos trucos de productividad serán realmente la solución mágica como la pintan, a menudo pueden ayudar a alguien a concentrarse considerablemente más y a ser más productivo y eficiente.

Sistemas y trucos comunes de productividad

A largo plazo, cambiar los hábitos es la clave para mejorar la productividad. Una gran parte de la razón por la que los trucos de productividad y los sistemas reglamentados tienen un atractivo tan amplio es que parecen hacer que cambiar los hábitos improductivos y arraigados de alguien sea rápido, sin esfuerzo y sin dolor. Pero aunque estos enfoques a menudo se lanzan (o venden) como panacea de la productividad, aún requieren dedicación para poder comenzar y mantenerlos en el tiempo. Modificar nuestro entorno para hacer que la productividad sea más probable y/o enfocarse en mejorar la motivación además de la productividad, puede ayudar a alguien a comprometerse mejor con sus nuevos trucos y estrategias sin sentirse abrumado o desanimado.

¿Qué trucos de productividad me pueden ayudar a lograr más cosas?

Para una persona en particular, la eficacia de los “trucos de productividad” específicos probablemente variará ampliamente. El mejor enfoque suele ser probar varios "trucos" y, en última instancia, combinar algunos en un enfoque que se adapte a los objetivos, el estilo de productividad y el nivel de motivación de una persona.

Dicho esto, algunos trucos de productividad de uso común incluyen:

- Usar una lista de tareas pendientes, configurar recordatorios telefónicos para tareas o realizar un seguimiento externo del progreso.

- Separar franjas horarias específicas para leer y responder correos electrónicos y cerrar el programa el resto de la jornada laboral

- Cambiar nuestro entorno periódicamente: trabajando en una cafetería, por ejemplo, o sentarse en el parque para preparar un informe.

- Convertir tareas tediosas en un juego

- Recompensarnos por terminar piezas pequeñas de un proyecto más grande

- Tomar descansos frecuentes (preferiblemente aquellos que incorporen movimiento)

- Terminar tareas que toman menos de dos minutos inmediatamente cuando se te ocurren, en lugar de intentar llevarlas a un momento posterior.

¿Cuáles son algunos sistemas comunes de productividad?

Los sistemas de productividad más populares incluyen el método Hacer las Cosas (GTD, por sus siglas en inglés), la Técnica Pomodoro, el registro de viñetas, Come la Rana y de Zen a hecho. Si bien algunos sistemas ampliamente conocidos (como GTD o Zen) se explican en libros o requieren una membresía, otros, como la Técnica Pomodoro y el registro de viñetas, son de libre aprendizaje e implementación.

Técnicas de listas por hacer

Las listas de tareas pendientes rara vez se clasifican como un truco de productividad. Pero se encuentran entre las herramientas más populares para hacer más cosas, y el enfoque que uno adopte para su lista de tareas puede tener un impacto significativo en lo útil que es para mejorar la productividad. Al igual que los trucos y los sistemas descritos anteriormente, no todas las estrategias de listas de tareas pendientes funcionarán para cualquiera que las pruebe; más bien, a menudo será necesario que alguien que desee ser más productivo pruebe varios enfoques para descubrir cómo su lista de tareas puede funcionar mejor para ellos.

¿Las listas de cosas por hacer funcionan?

Generalmente sí, pero depende. A menudo se ha descubierto que las listas de tareas pendientes son efectivas si se usan de manera constante, pero que se usen de manera consistente tiende a depender de la personalidad, el estilo de productividad y la naturaleza del trabajo que se debe realizar. Algunas investigaciones, por ejemplo, han encontrado que las personas que hacen listas estructuradas y regulares de tareas pendientes tienden a posponer menos las cosas y a trabajar de manera más eficiente que las que no lo hacen. Sin embargo, muchos de estos individuos también parecen tener un rasgo de escrupulosidad de la personalidad significativamente más alto, lo que puede hacerlos más propensos que otros a cumplir con las tareas en primer lugar. Las personas menos escrupulosas aún pueden beneficiarse del uso de listas de tareas pendientes, argumentan los investigadores, pero es posible que primero necesiten acostumbrarse a hacer algo que, al menos al principio, puede sentirse "fuera de lugar".

¿Cuáles son los beneficios de una lista de tareas por hacer?

Hacer listas de lo que se debe hacer puede ayudar a calmar la ansiedad. Las personas que se sienten abrumadas por todo lo que hay que hacer a menudo descubren que tenerlo escrito en papel lo hace más organizable, menos aterrador y más fácil de abordar. Del mismo modo, tachar elementos una vez completados puede ser una forma de motivación e incluso de alivio del estrés. Las listas de tareas también pueden ayudar a un individuo a separar las tareas sin importancia de las importantes, realizar un seguimiento de las responsabilidades o citas que se olvidan fácilmente y dividir las tareas grandes en partes más pequeñas.

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