Verificado por Psychology Today

Primeras Impresiones

Revisado por el personal de Psychology Today

Los seres humanos están construidos para evaluarse unos a otros rápidamente. Estas primeras impresiones están influenciadas por una serie de factores, como la forma facial, el atractivo y el estado emocional general. Las personas tienden a apegarse a sus impresiones iniciales y encuentran muy difícil cambiar su opinión, incluso cuando se les presenta un montón de evidencia.

Como resultado, es importante ser consciente de cómo nos acercamos a los demás por primera vez. Después, podemos emplear habilidades de gestión de impresión, modulando cualquier rasgo irritante y acentuando nuestras fortalezas, para garantizar que las personas tengan una opinión más favorable de nosotros. Todo, desde el estilo de ropa y la postura hasta los temas de conversación se pueden ajustar para causar una mejor primera impresión.

Cómo generar una buena primera impresión

Toma solo siete segundos causar una primera impresión. Las personas evalúan a otros en función de cómo se ve y suena una persona, más que a través de sus declaraciones verbales explícitas. A menudo, la primera impresión de alguien está influenciada por actitudes implícitas de las cuales no son conscientes, lo que explica acciones impulsivas como dar preferencia especial a aquellos con belleza física o confiar más fácilmente en una persona que tiene un rostro infantil. Los poderes de observación (sesgos) del observador son tan importantes como las cualidades proyectadas por el objetivo, o la persona que está siendo juzgada, haciendo de estos juicios una danza constante entre la información objetiva y la lectura selectiva de señales.

Comprendiendo cómo te ven los demás

El término metapercepción se refiere a cómo un individuo interpreta las percepciones de otras personas sobre él. Pensar mucho en uno mismo es beneficioso; aquellos que creen que son percibidos positivamente por otros tienden a tener una mayor autoestima. Las metapercepciones de la mayoría de las personas tienden a ser bastante precisas ya que los individuos generalmente tienen un autoconcepto estable que gobierna cómo actúan alrededor de los demás. Por ejemplo, si creemos que somos amigables y simpáticos, será más probable que actuemos o sigamos actuando en una manera amistosa hacia los extraños.

Lecturas esenciales
Artículos Recientes