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Verificado por Psychology Today

Inteligencia Artificial

La ilusión del yo moderno

Cómo las imágenes generadas por IA pueden formar una realidad precaria sintética.

Los puntos clave

  • Las imágenes generadas por IA crean una hiperrealidad, alterando la autopercepción y desafiando la identidad.
  • Estas imágenes están diseñadas algorítmicamente para atraer la vanidad humana y las expectativas sociales.
  • Estas imágenes sintéticas pueden influir en las elecciones y aspiraciones de la vida
  • La realidad virtual y la realidad aumentada pueden amplificar estos dilemas en torno a la realidad.
Source: John Collins/Pixabay
La irrealidad de la selfie creada por IA
Source: John Collins/Pixabay

A raíz de la revolución tecnológica, donde la digitalización y los grandes modelos lingüísticos parecen impregnar todos los aspectos de nuestra existencia, está tomando forma un cambio curioso: un nuevo modelo de realidad forjado por la inteligencia artificial. En ninguna parte es esta alquimia más potente o inquietante que en el ámbito de la autorrepresentación, particularmente a través de imágenes generadas por IA. El surgimiento de plataformas que pueden "redefinir" nuestra apariencia con base en fotografías existentes y transmutar nuestro yo visual en una serie de identidades sintéticas ha marcado el comienzo de una nueva situación existencial. Esto no es un mero juego estético; esto es un espejismo diseñado, una ficción orquestada que suplanta nuestra realidad empírica.

Vanidad, realidad y el yo generado por IA

Las herramientas impulsadas por IA ahora son capaces de reinventar nuestra imagen personal con un estilo que trasciende los meros filtros o mejoras. Nos ofrecen una variedad de vidas alternativas, cada una un llamado de sirena bien calibrado a nuestro ego y nuestra búsqueda interminable de la individualidad idealizada. Aquí, tecnología y vanidad convergen en un complejo pas de deux. No estamos simplemente mirando en un espejo digital, sino mirando en un lienzo hiperreal pintado por un algoritmo, autenticado por nuestro propio narcisismo.

Cuando optamos por un rostro cyberpunk, una figura elegante en blanco y negro o incluso una forma de cyborg abiertamente artificial, no solo estamos adoptando una reconstrucción artística. Estamos comprando un cambio ontológico, una existencia recién diseñada que la tecnología hace palpable. Es similar a una prueba de Rorschach creada por IA en la que las manchas de tinta se reemplazan por píxeles, y la interpretación no revela tu psique, sino que la moldea.

La anatomía de la ilusión

La teoría de los simulacros y la simulación del filósofo francés Jean Baudrillard parece extraordinariamente relevante aquí. Postuló que en nuestra era posmoderna, las copias han reemplazado a las entidades originales, lo que lleva a una hiperrealidad en la que la representación se vuelve más significativa y "real" que la cosa que representa. Las imágenes generadas por IA amplifican esta noción a dimensiones imprevistas. Tu selfie mejorado con IA ya no es una representación de ti; es un nuevo "tú", una entidad hiperreal que eclipsa al original.

Un mecanismo de distorsión afinado

Disipemos cualquier ilusión de que esto sea accidental o aleatorio. Los algoritmos detrás de estas transformaciones de imágenes están diseñados para modificar tanto las normas sociales como las aspiraciones individuales. Lejos de ser una expresión aleatoria, este es un mecanismo finamente ajustado diseñado para crear una realidad, o más bien, una "hiperrealidad", que atrae seductoramente a nuestra naturaleza humana y vanidad. Esto no es solo cirugía estética, un título avanzado y lecciones de baile en uno; es una existencia artificial servida en un plato digital.

El aspecto intrigante de las imágenes sintéticas generadas por IA no es solo su existencia, sino su papel creciente como plantilla para actividades y concepciones del yo en el mundo real. El atractivo de estos avatares creados por IA no radica simplemente en su atractivo visual inmediato, sino en su capacidad para germinar en ambiciones tangibles, estados afectivos y elecciones de estilo de vida. Esto no es simplemente el carro delante del caballo; esto es un simulacro que aspira a reescribir el código genético del propio caballo.

La ilusión de la elección individual

A primera vista, la disponibilidad de innumerables personas renderizadas por IA parece ofrecer una expansión de la elección individual. Puedes ser un hombre renacentista en un momento y un antihéroe ciberpunk al siguiente. Sin embargo, esta mezcla heterogénea de identidades a menudo sirve como un diseño meticuloso para dirigir, en lugar de liberar, la voluntad individual. A medida que adoptamos estas plantillas para nuestro yo fuera de línea, podemos contribuir inadvertidamente a un mito de individualidad que es precario en el mejor de los casos. En lugar de un espectro de identidades nutridas por experiencias auténticas y desarrollo orgánico, nos empujan hacia personas listas para usar, cuidadosamente seleccionadas por algoritmos que han mapeado el espíritu de la época hasta el último píxel.

Distorsionando la realidad colectiva

El impacto de estas realidades sintéticas se extiende más allá de la percepción individual y hacia la psique colectiva. Cuando suficientes personas adoptan una cosmovisión similarmente transformada por la IA, gradualmente se convierte en una realidad compartida, similar a un mito social nacido del código binario. Los mitos y arquetipos tradicionales que una vez surgieron orgánicamente de la experiencia humana colectiva ahora rivalizan o incluso son suplantados por visiones diseñadas algorítmicamente. Si bien los mitos siempre han desempeñado un papel en la configuración de nuestra realidad, al menos soportaron el peso de la historia humana, la emoción y la lucha ética. Por el contrario, los mitos impulsados por la IA no están anclados desde tal profundidad; son fabricados, no destilados. Sin embargo, llevan consigo un atractivo provocador.

La precariedad de la verdad

La preocupación más grave, quizás, es que estos mitos elaborados algorítmicamente introducen una precariedad en nuestra comprensión de lo que es real. La realidad, una vez considerada una construcción estable aunque sujeta a interpretación, ahora se encuentra en un estado de flujo, infinitamente personalizable y, por lo tanto, cada vez más poco confiable. En un mundo en el que tu próxima identidad está a solo un ajuste algorítmico de distancia, ¿qué pasa con las verdades inmutables, los valores compartidos, los hechos inmutables? La integridad misma de la "realidad" como una construcción está bajo escrutinio. Las fronteras entre lo posible y lo fabricado, lo orgánico y lo sintético, se vuelven tan borrosas que amenazan con disolverse por completo, sumergiéndonos en una indistinción existencial que es tan desorientadora como fascinante.

Profundizando la ilusión con realidad virtual y aumentada

A medida que nos tambaleamos al borde de esta transformación digital, el advenimiento de las tecnologías de realidad virtual (RV) y realidad aumentada (RA) promete amplificar estas complejidades. Estas plataformas no solo ofrecen imágenes estáticas y sintéticas; ofrecen mundos sintéticos completos, con entradas sensoriales y capacidades interactivas. En estos reinos digitales, los avatares creados por la IA se animan, los mitos algorítmicos adquieren textura y dimensionalidad, y la confusión entre la realidad y la simulación se convierte en una espesa niebla de indistinguibilidad. Ya no se limitan a las pantallas, estas realidades sintéticas nos envolverán en 360 grados de ilusión inmersiva, amplificando así las preguntas existenciales de la realidad y la identidad.

Hacia una reflexión ética

El advenimiento de imágenes sintéticas generadas por IA como plantillas para la realidad nos obliga a renegociar los fundamentos éticos y filosóficos que anclan nuestra existencia. Lejos del mero espectáculo, esta alquimia digital nos llama a confrontar los mitos mutables y precarios que perpetúa sobre la individualidad y la realidad colectiva. Al hacerlo, debemos esforzarnos por recuperar los elementos humanos de ambigüedad, autenticidad y matices éticos que siempre han definido quiénes somos, incluso cuando bailamos cada vez más cerca del abismo algorítmico.

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
John Nosta

John Nosta es un evangelizador de la salud digital y fundador de Nostalab.

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