¿Por qué es tan difícil para algunos hombres compartir tus sentimientos?

Un encuentro clínico reciente me recordó la forma en la que los hombres de hoy experimentan sus emociones y necesidades, y cómo puede impactar negativamente la calidad de su relación. He visto este tema desarrollarse de maneras similares en muchas parejas diferentes; recreo una escena típica a continuación

Alicia, * una enfermera practicante de unos 40 años, ingresó a terapia individual con una estudiante de doctorado mía. Ella estaba experimentando altos niveles de angustia, gran parte de ella se centró en su relación con Francisco, su marido de cinco años, que trabajaba como carpintero.

Alicia describió a Francisco como cálido y amoroso durante los primeros años de su relación. Sin embargo, las cosas se habían puesto mal en los últimos años, y ahora era frío, desapegado y propenso a arrebatos enojados. La descripción era tal que sentimos que era crucial ver a Francisco y obtener su opinión sobre la situación. Aunque Francisco fue inicialmente muy reacio, finalmente accedió a venir y compartir su versión de la realidad.

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En nuestra reunión inicial, estaba a la defensiva y se resistía. Sin embargo, al empatizar con sus preocupaciones acerca de estar reunidos, y mostrarle rápidamente que podíamos ayudar (explicándole por qué su relación se había vuelto agria y cómo podría mejorar) se involucró en el proceso. Resultó que la terapia fue bastante exitosa al cambiar los círculos viciosos, y regresaron niveles mucho mayores de satisfacción y bienestar relacionales para Francisco y Alicia en un mes más o menos.

Un problema importante que debía abordarse al inicio era bastante común, especialmente con los hombres "tradicionalmente masculinos". Es lo que el expresidente de APA Ron Levant llamó “alexitimia masculina normativa.”

Antes de definir el término, considera el siguiente cambio que tuvo lugar durante nuestra primera sesión: me había reunido individualmente con Francisco durante aproximadamente 30 minutos, y tenía una idea de dónde provenía. Cuando nos reunimos para el trabajo de pareja, les dije a ambos, “una de las cosas más importantes para esta relación es entender de dónde viene cada uno de ustedes a un nivel emocional, es decir, el nivel en el que se siente apreciado, admirado y amado, o vulnerable, rechazado y herido. Tomemos un tiempo y compartamos lo que cada uno de ustedes está experimentando en ese nivel”.

Después de una breve pausa, Alicia comenzó.

Alicia: Supongo que puedo ir primero. Hay muchas veces que no siento que Francisco se preocupe por mí o me respete. Le pido que respete el espacio de mi oficina, pero él entra y lo deja hecho un desastre. Le pido que me haga saber cuando regrese a casa, pero se olvida de llamar. Sabe que me gusta escuchar que me ama, pero rara vez dice eso. Al principio de nuestra relación sentí que quería sostenerme y protegerme, y que quería honrarme. Hubo momentos en que incluso podría ser vulnerable conmigo. Pero ahora, ahora siento esta frialdad de él. Y cuando le pido que haga cosas, como decirme cuando regrese a casa, simplemente me arremete.

Yo: Gracias, Alicia. Dejaste en claro algunas de las formas en que solías sentirte valorada y cómo eso llenaba una necesidad en ti. Y has notado que se ha desviado y hay varias veces que sientes que Francisco retiene eso o devalúa de alguna manera. Francisco, sé que por nuestra conversación anterior, también tienes un montón de sentimientos acerca de esta relación. (Indico que el piso es suyo.)

Francisco: Bueno, ya sabes, la relación era mejor antes. Y ahora, no tanto. Ella dice que no llamo, pero suelo hacerlo. Y le digo que la amo, a veces. (Francisco se detiene allí, a pesar de mis señales no verbales para continuar.)

Yo: Y, Francisco, si miras muy adentro, ¿cómo te sientes acerca de cómo te trata? ¿Qué sientes acerca de ella y cuándo se siente mejor o peor?

Francisco: Está bien, supongo. Quiero decir, no lo sé. La relación, a veces ella me molesta. Y a veces grito. Pero eso no sucede todo el tiempo. La relación está bien. No es genial, pero está bien.

Echo un vistazo a Alicia, que está sacudiendo la cabeza de frustración. Para acelerar el proceso, me involucro en una técnica que llamo "empatía directiva". La empatía directiva utiliza las habilidades del clínico para guiar la comprensión empática de la experiencia interna del individuo y conceptualizar rápidamente la situación. En este caso, la empatía directiva se aplicó a la pareja.

Es crucial que esto se haga ingeniosamente. Como había conversado con Francisco sabía de dónde venía. Aunque inicialmente estaba a la defensiva, pude lograr una buena relación con él con bastante rapidez, lo que me permitió decir las cosas directamente de una manera que, si no se hacía bien, podría haber sido muy amenazante.

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Yo: Tomemos nota de las diferencias en la respuesta de Alicia y la de Francisco. Francisco, fue más difícil hablar de cómo te sientes que para Alicia, ¿no?

Francisco (asintiendo): No hablo mucho sobre mis sentimientos. La gente dice que soy frío, que no tengo sentimientos.

Yo: creo que tienes sentimientos, Francisco. De hecho, mi instinto me dice que sientes las cosas muy profundamente. Sin embargo, no sabes cómo poner tus sentimientos en palabras. Se te ha socializado para ser un "hombre", lo que para ti significa que eres independiente y fuerte, que no necesitas a nadie más y que no eres vulnerable. Significa que si tienes la sensación de que te criticaron o rechazaron, la sensación de que te lastimaron, no puedes quedarte allí. En cambio, te enojas o te retiras o te dices a ti mismo que puedes manejarlo y ni siquiera es tan importante. Esa es la razón por la que a pesar de que hay muchos sentimientos allí, realmente no puedes hablar de ellos, ni siquiera en privado a ti mismo. Y es especialmente difícil compartirlos públicamente y decirle a Alicia. ¿Eso suena cercano a tu experiencia, Francisco?

Francisco: Sí, supongo que eso es. Es difícil para mí decir cosas así.

Yo: Sí. Y esa dificultad está creando mucha estática en tu relación con Alicia. Qué tal, Francisco si trato de decirle a Alicia lo que sientes, tal como lo siento. Lo modelaré para ti. Y también le daré a Alicia la oportunidad de escuchar una articulación más detallada de lo que está sucediendo dentro. Y si me equivoco, entonces puedes hacérmelo saber. ¿Está bien eso?

Francisco: Sí, puedes decirle.

Yo: Alicia, ha habido muchas veces en los últimos años que Francisco ha sentido que no lo respetas como hombre o esposo. Cuando él hace la cena para ti y no le agradeces. O cuando montó el centro de entretenimiento y dijiste que parecía "grande", en lugar de reconocer la artesanía que puso en eso, eso dolió. Cuando él pregunta: "¿por qué ya estás en la cama bajo las sábanas?" Él está diciendo que quiere estar contigo físicamente y cuando le dices que estás cansada y lista para dormir, se siente rechazado. Cuando notaste que no estaba trayendo tanto dinero como solía hacerlo y que ahora estabas ganando más que él, sintió que perdió algo de valor en la relación. Cuando señalaste que se estaba volviendo canoso y calvo, sintió que no lo deseabas.

Francisco no sabe cómo decirte estas cosas. De hecho, él no sabe cómo sentirlas realmente él mismo. En cambio, cuando se siente inicialmente herido o vulnerable, se siente ansioso e incierto. Y cuando se siente de esa manera, rápidamente justifica por qué es un hombre, y si no es lo suficientemente bueno para ti, entonces al demonio, simplemente se retirará a él mismo. Francisco, ¿eso suena bien?

Francisco: Sí. Eso lo cubre.

Yo (a Alicia): ¿Cómo fue escuchar eso ?

Alicia (con lágrimas brotando): Me preguntaba si sentía algo. Sentí que simplemente no le importaba. O si sentía algo, era solo la molestia conmigo porque yo no era lo suficientemente buena. Una parte de mí percibía lo que está diciendo, pero él nunca dice nada, así que asumí que no le importaba.

Yo: Sí le importaba. Es solo que fue prevenido contra poner su vulnerabilidad por ahí, incluso a sí mismo.

La dificultad de Francisco para articular sus sentimientos internos, especialmente sentimientos como el dolor o la vulnerabilidad, o la necesidad de un abrazo, ser deseado sexualmente o admirado, es un ejemplo de lo que Levant caracterizó como alexitimia masculina normativa.

La alexitimia es el término clínico para cuando alguien tiene mucha dificultad para traducir su experiencia emocional en palabras. La alexitimia masculina normativa ** se refiere al hecho de que la socialización tradicional del rol masculino ha canalizado a muchos hombres en formas de ser tales que su identidad masculina entra en conflicto con muchas emociones que sienten y lo que sienten que está "permitido" expresar (es decir, serán avergonzados y sentirán como si no fueran "hombres reales" si expresan sentimientos de vulnerabilidad, necesidades).

Esto puede crear una enorme dificultad en las relaciones, porque es la variable clave para guiar a las parejas a unirse, o separarse, si no se satisface la necesidad, es la necesidad de cada pareja de sentirse conocida y valorada por el otro. Si alguno de los dos no puede expresar sus sentimientos acerca de no ser conocido y valorado, sino que oculta, defiende o desvía tales sentimientos, entonces las posibilidades de falta de armonía y ciclos relacionales viciosos aumentan considerablemente.

* Como siempre es el caso al escribir sobre encuentros clínicos en mi blog, todos los nombres y la información de identificación y detalles se cambian. La descripción anterior representa una amalgama de temas vistos durante muchos años en la sala de la clínica.

** Si bien a menudo es el caso de que los hombres experimentan más dificultades con esto (especialmente los hombres tradicionalmente masculinos), por supuesto también existe el caso de que muchas mujeres pueden experimentar problemas con esto, y que muchos hombres son bastante competentes en compartir sus sentimientos centrales.