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Verificado por Psychology Today

Jeffrey N Pickens Ph.D.
Jeffrey N Pickens Ph.D.
Comportamiento animal

Las neuroimágenes revelan cómo los animales activan el cerebro humano

La tecnología revela cómo reacciona el cerebro a los animales.

Los puntos clave

  • Los animales proporcionan muchos beneficios, pero la investigación del cerebro sobre las interacciones entre humanos y animales es limitada.
  • Los investigadores utilizaron fNIRS para medir el flujo sanguíneo en la región prefrontal del cerebro humano durante las interacciones con perros
  • El estudio sugiere que las mascotas vivas, pero no los animales de peluche, activan la corteza prefrontal del cerebro humano.
Yaroslav Shuraev/Pexels
Source: Yaroslav Shuraev/Pexels

Recientemente tuvimos en casa una mezcla de Schnauzer y poodle de mal genio mientras el tutor principal del perro estaba fuera de la ciudad.

Durante varias semanas, este perro me hizo compañía e inició interacciones conmigo durante todo el día, buscando un rascado amistoso o comunicándome que era "hora de cenar" o "vamos a dar un paseo". Estas interacciones entre humanos y cachorros me hicieron apreciar plenamente lo reconfortante que es compartir el espacio con un compañero vivo de cuatro patas.

¿Cómo nos afectan las mascotas? Hay muchas maneras en que nos beneficiamos de nuestros amigos animales. Los "animales de servicio" ayudan a las personas con discapacidades, y la "terapia con mascotas" implica tratamientos guiados para clientes humanos que emplean animales durante la terapia. Más comúnmente, nos referimos a "animales de consuelo", un término general para las mascotas que brindan apoyo emocional.

He publicado anteriormente sobre los futuros posibles beneficios de usar mascotas robot como animales de confort sustitutos. Algunas personas desean un animal de compañía, pero no tienen la capacidad de cuidar a una mascota viva. ¿La tecnología del futuro proporcionará mascotas robóticas impulsadas por IA y alguna vez sustituirán a las reales?

Para responder a tales preguntas, debemos comprender más sobre cómo y por qué las mascotas nos afectan de la manera en que lo hacen. Sorprendentemente, la investigación en esta área es limitada. Sabemos que las mascotas confieren una amplia gama de beneficios. Por ejemplo, estar con una mascota puede disminuir las hormonas del estrés y disminuir la presión arterial.1 Las personas que adoptan mascotas durante cinco años o más muestran menos deterioro cognitivo como adultos mayores.2 Los compañeros animales parecen beneficiar nuestro bienestar, sin embargo, se sabe poco sobre cómo nuestras mascotas afectan nuestros cerebros. Para este tipo de investigación, necesitamos usar escáneres cerebrales.

Las imágenes no invasivas de los escáneres cerebrales nos ayudan a estudiar cómo funcionan nuestros cerebros. Los neurocientíficos no solo pueden obtener imágenes de la anatomía del cerebro, sino que los escáneres más nuevos pueden medir el metabolismo cerebral mientras los sujetos humanos realizan diversas tareas. Esto revela qué áreas específicas del cerebro se "iluminan" con una actividad mejorada durante situaciones específicas. Una tecnología que mapea el metabolismo cerebral y el flujo sanguíneo se conoce como espectroscopía funcional de infrarrojo cercano (fNIRS). Un estudio reciente utilizó NIRS para observar los cerebros humanos durante las interacciones con los perros.

Usando fNIRS, los investigadores midieron el flujo sanguíneo en la región prefrontal del cerebro humano. Esta área de la corteza prefrontal es de particular interés para los neurocientíficos que estudian la cognición social. Los investigadores utilizaron fNIRS para observar que la actividad prefrontal aumentaba cuando los sujetos interactuaban con un perro vivo, pero no cuando se les presentaba un animal de peluche de felpa. Por supuesto, esperaríamos que los cerebros humanos respondan de manera diferente a un animal vivo que a un juguete de peluche. Sin embargo, este resultado plantea preguntas interesantes: "¿por qué interactuar con un perro vivo activa nuestra área prefrontal?"

La investigación (arriba) sugiere que algo especial sucede en nuestra área prefrontal cuando interactuamos con una mascota viva, pero no con un animal de peluche de felpa. Quizás la investigación con fNIRS se pueda ampliar para comparar la actividad prefrontal de las personas que interactúan con mascotas vivas frente a mascotas robóticas dinámicas en lugar de animales de peluche estáticos.

La idea de mascotas robóticas puede hacer que algunos se estremezcan. ("¡No es natural!") Pero las mascotas robot ofrecen algunas ventajas para las personas discapacitadas o mayores: no requieren el cuidado de un animal vivo, pueden ajustarse para controlar los signos vitales y pedir ayuda, y no introducen gérmenes en entornos institucionales. Los futuros ingenieros desarrollarán mascotas robot cada vez más realistas, simulando sonidos, movimientos, respiración, contacto visual y la calidez de sus contrapartes naturales. Quizás estas futuras mascotas robot provoquen una "respuesta de confort" cerebral prefrontal similar en los compañeros humanos.

La investigación con escáneres cerebrales está comenzando a revelar exactamente cómo responde el cerebro humano a la interacción con los animales. A medida que la tecnología ayuda a explorar la base neurológica de cómo nos afectan las mascotas, tal vez nos estemos acercando a la base física de por qué tantos amantes de los animales dicen: "Mi terapeuta tiene una cola que se mueve".

A version of this article originally appeared in Inglés.

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