Verificado por 
Introversión
La introversión es un estilo de personalidad básico que se caracteriza por la preferencia de la vida interna de la mente por encima del mundo exterior de otras personas. Es una de las Cinco Dimensiones que definen a todas las personalidades y se encuentra en un continuo cuyo opuesto es la extroversión. Comparados con los extrovertidos, los introvertidos disfrutan de las experiencias en solitarioy de bajo perfil.
Los introvertidos no le temen a los demás ni sienten desagrado por ellos, tampoco son tímidos ni están plagados por la soledad. Una fiesta muy concurrida puede ser una tortura para los introvertidos, pero disfrutan platicar uno a uno en ambientes tranquilos, más adecuados para la composición de su sistema nervioso. Las evidencias sugieren que, a diferencia de los extrovertidos, los cerebros de los introvertidos no reaccionan fuertemente al ver nuevos rostros humanos; en tales situaciones, producen menos dopamina, un neurotransmisor asociado con las recompensas.
Carl Jung popularizó el término introversión, que significa una orientación interna, hacia la vida mental propia en lugar de la orientación de los extrovertidos hacia una vida social externa. Los introvertidos obtienen energía al reflexionar internamente y pierden energía en reuniones sociales. La mayoría de la gente suele mostrar características de ambos, son raras las personas que son completamente introvertidas o extrovertidas. Por ejemplo, casi todas las personas necesitan soledad ocasional para recargarse de energía.
Las culturas difieren en cómo valoran ciertas características de personalidad, la cultura occidental tiende a aplaudir más a los extrovertidos; premia la asertividad y alienta a las personas a decir lo que piensan. Los estudios sugieren que hay tantos introvertidos como extrovertidos, pero los introvertidos son menos visibles y, definitivamente, menos ruidosos. Más que nada, los introvertidos buscan y disfrutan oportunidades para reflexionar y estar solos; piensan mejor estando solos. Las interacciones sociales los agotan demasiado y son los primeros en irse de una fiesta. Incluso de niños, prefieren observar primero y actuar después.
Una pista que nos dice que los introvertidos son felices viene de estudios que muestran que reaccionan diferente a más estímulos que los extrovertidos. Por ejemplo, los introvertidos son más responsivos a la actividad cerebral generada internamente, desde planear a futuro hasta recordar el pasado. Están felices con sus propios pensamientos y no necesitan un flujo constante de novedades y excitación emocional para experimentar placer; prefieren la calma en silencio a un pináculo de felicidad.
La introversión parece ser una faceta estable de la personalidad, influida, como todas las características de la personalidad, tanto por la genética como por factores ambientales. Los estudios de neuroimagen muestran diferentes patrones de activación cerebral en introvertidos y extrovertidos, sugieren diferencias biológicas básicas en el cableado de los circuitos cerebrales. Sin embargo, los estudios muestran que los introvertidos pueden aprender a actuar de una manera más extrovertida si hacen un plan para cambiar comportamientos específicos, digamos, hacer un esfuerzo por iniciar una conversación con un conocido. Algunas evidencias sugieren que hacerlo aumenta la sensación de bienestar entre los introvertidos.
La introversión con frecuencia se confunde con timidez porque ambas se caracterizan por una interacción social limitada, pero las similitudes se acaban ahí. Aquellos que son tímidos usualmente quieren acercarse a otros pero temen hacerlo. Están demasiado conscientes de sí mismos y los otros los inhiben fácilmente. Por otro lado, muchos introvertidos socializan fácilmente, solo que prefieren fuertemente hacerlo en grupos muy pequeños, o, a veces, no hacerlo para nada.
La introversión es una manera afirmativamente saludable, aunque con frecuencia malentendida, de negociar con el mundo. Debido a su umbral sumamente bajo para conversaciones vanas y superficiales, los introvertidos disfrutan conversaciones profundas y significativas. Eso puede incitar conexiones fuertes con aquellos con los que interactúan. Ejemplos notables de introvertidos como Albert Einstein y J.K. Rowling ejemplifican el lado creativo que puede lograrse gracias a una fuerte relación con el mundo interno propio.
Los introvertidos pueden ser excelentes líderes porque tienden a ser guiados por sus propios valores y pueden tomar decisiones difíciles a través de un análisis cuidadoso sin sentir una intensa necesidad por la aprobación social. Influyen a los demás y los lideran hacia metas importantes mediante un poder silencioso en lugar de demostraciones de ego. Los introvertidos suelen destacar cuando lideran a gente proactiva, mientras que los líderes extrovertidos suelen considerar amenazador a ese tipo de personas.
Debido a que tienen una cantidad finita de energía social, los introvertidos tienden a tener uno o dos amigos cercanos en lugar de un círculo social grande. Prefieren relaciones profundas por encima de las casuales. Dada su orientación, los introvertidos corren el riesgo de ser percibidos como arrogantes, distantes o como que no les agradan los demás. Corren el riesgo clínico de ser percibidos como si sufrieran de fobia social o incluso de trastorno de personalidad evasivo, cuando no es así.
Hay algo de cierto en la creencia de que los opuestos se atraen, y muchos matrimonios son parejas felices de introvertidos y extrovertidos. Pero los introvertidos y extrovertidos corren el riesgo de malentenderse, especialmente en escenarios sociales novedosos. Mientras los introvertidos se esfuerzan por monitorear todos los hilos de conversación y pueden incluso estar planeando su estrategia de salida, su silencio podría confundirse con una escucha profundamente interesada, lo que incita a los extrovertidos a seguir hablando.
