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Verificado por Psychology Today

Sueño

Siestas vespertinas, ¿son buenas o malas para ti?

Examen del impacto de una siesta de 30 minutos en el sueño nocturno y la salud.

Los puntos clave

  • Tomar una siesta a la 1 p.m. tuvo efectos significativos sobre la calidad del sueño durante la noche siguiente
  • Las siestas redujeron la cantidad de sueño profundo y aumentaron la cantidad de tiempo pasado en sueño ligero.
  • Las siestas aumentan la concentración de un anticuerpo que protege de las infecciones respiratorias.

El sueño es fundamental para ayudar al organismo a recuperarse del cansancio tanto físico como psicológico sufrido a lo largo del día. El sueño y el nivel de vigilia durante el día están influenciados por el ritmo circadiano. Un aspecto familiar de este ritmo diario es la tendencia a sentir sueño y menos atención entre las 2 y las 4 p.m. Esta pausa posprandial a menudo conduce a una siesta por la tarde. Algunos estudios sugieren que las siestas vespertinas pueden interferir con la calidad del sueño esa misma noche. Además, un estudio reciente de China informó que la duración de la siesta de la tarde se correlacionaba con la tasa de infección por la enfermedad por coronavirus en 2019. Este descubrimiento planteó la cuestión de si las siestas de la tarde pueden afectar negativamente la calidad del sueño nocturno o la salud general.

En el estudio de Liang et al. se llevó a cabo un experimento para analizar los efectos de la siesta sobre la calidad del sueño nocturno y el nivel de inmunoglobulina E (S-IgE) secretada en la saliva, un anticuerpo específico contra determinadas infecciones virales o parasitarias. . Todos los sujetos informaron un patrón de sueño regular antes de la prueba y no se les permitió el consumo de alcohol ni alimentos que contuvieran cafeína como cola, café y chocolate. No se permitieron ejercicios extenuantes durante las tres horas previas a la prueba. Se controlaron las temperaturas central y cutánea. Durante el experimento, se registraron continuamente la duración del sueño de ondas lentas (profundas), la duración del sueño ligero y la duración de los movimientos oculares rápidos (MOR). Se realizó una encuesta sobre la calidad del sueño 15 minutos después de despertarse para controlar la sensación de aturdimiento, desorientación, somnolencia y deterioro cognitivo. Se pidió a los sujetos que tomaran una siesta de 30 a 40 minutos a la 1:00 p.m., en un ambiente termoneutral. Los sujetos del grupo que no dormía continuaron sus actividades de estudio en otra habitación.

Las siestas son tanto buenas como malas.

El estudio encontró que tomar una siesta por la tarde tenía efectos significativos en la calidad del sueño durante el siguiente sueño nocturno. Las siestas redujeron la cantidad de tiempo pasado tanto en el sueño profundo como en el sueño onírico (MOR) y aumentaron la cantidad de tiempo pasado en el sueño ligero. Se requiere un sueño profundo para la liberación de muchas hormonas esenciales necesarias para la curación y el crecimiento. El sueño MOR es esencial para la salud mental y es fundamental para la consolidación de la memoria durante los ciclos normales de sueño. Por lo tanto, debido a que los sujetos que no tomaron siestas tenían más MOR, su rendimiento cognitivo al día siguiente y su grado de relajación mental serían mejores que los de los sujetos que tomaron siestas.

A pesar de estos cambios cuantitativos en el sueño nocturno, los sujetos expresaron valoraciones subjetivas bastante positivas sobre la calidad de su sueño. Los sujetos sintieron que su siesta no tenía ningún efecto negativo en la calidad de su sueño durante la noche.

Los sujetos que tomaron siestas tenían una concentración de S-IgE más alta que los sujetos que no tomaron siestas. Estos resultados sugieren que tomar una siesta proporciona un beneficio significativo para la inmunidad respiratoria.

¿Cómo se explica el efecto de la siesta?

Dormir por la noche suele ir acompañado de un aumento de la temperatura de la piel y una disminución de la temperatura corporal central. Por eso, una buena higiene del sueño requiere que el dormitorio esté lo más fresco posible: ayuda al cuerpo a realizar la transición a un ciclo de sueño normal. En el estudio actual, los participantes que no tomaron siestas tenían una temperatura de la piel más alta y una temperatura corporal central más baja en comparación con los participantes que tomaron siestas. Los autores concluyeron que tomar una siesta durante el día altera la termorregulación nocturna y ralentiza el inicio del sueño nocturno, además de alterar el patrón de sueño normal, es decir, menos sueño MOR y profundo. Los sujetos que dormían siestas tenían una temperatura central más alta, lo que perjudicaba su capacidad para conciliar el sueño rápidamente. La temperatura central más alta también puede ser la causa de la mayor concentración de S-IgE, que es un indicador de inmunidad en personas sanas que podría transmitir protección contra infecciones del tracto respiratorio.

En conclusión, una siesta ocasional no es perjudicial; simplemente no te acostumbres a tomar una siesta todos los días. La reducción del sueño profundo y del sueño MOR afectará en última instancia al rendimiento cognitivo diurno.

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
Gary Wenk Ph.D.

El Dr. Gary L. Wenk, es profesor de psicología, neurociencia, virología molecular, inmunología y genética médica en la Universidad Estatal de Ohio.

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