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Verificado por Psychology Today

Terapia cognitivo conductual

Revisado por el personal de Psychology Today

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una forma de psicoterapia que se enfoca en modificar emociones, comportamientos y pensamientos disfuncionales al cuestionar y desarraigar creencias negativas o irracionales. Considerada una forma de terapia de conversación "orientada a soluciones", la TCC se basa en la idea de que los pensamientos y las percepciones influyen en el comportamiento.

En algunos casos, sentirse angustiado, puede distorsionar la percepción de la realidad. La TCC tiene como objetivo identificar los pensamientos dañinos, evaluar si son una descripción precisa de la realidad y, si no lo son, emplear estrategias para desafiarlos y superarlos.

La TCC es apropiada para personas de todas las edades, incluidos niños, adolescentes y adultos. Se ha acumulado evidencia de que la TCC puede abordar numerosas afecciones, como el trastorno depresivo mayor, los trastornos de ansiedad, el trastorno por estrés postraumático, los trastornos alimentarios, los trastornos obsesivo-compulsivos y muchos otros.

La TCC es una modalidad de terapia preferida entre los médicos y las compañías de seguros, ya que puede ser efectiva en un breve período de tiempo, generalmente de 5 a 20 sesiones, aunque no hay un marco de tiempo establecido. Las investigaciones indican que la TCC puede administrarse en línea de manera efectiva, además de las sesiones de terapia cara a cara.

La TCC en la práctica
Gorodenkoff/Shutterstock

La TCC se enfoca en las circunstancias y emociones presentes en tiempo real, a diferencia de los eventos de la niñez. Un médico que practica la TCC probablemente preguntará sobre los antecedentes familiares para entender mejor a la persona en su totalidad, pero no dedicará un tiempo excesivo a eventos pasados. El énfasis está en lo que una persona se se dice a sí misma que podría resultar en ansiedad o perturbación. Luego se anima a la persona a abordar preocupaciones racionales de manera práctica y desafiar creencias irracionales, cavilaciones o catastrofismo.

Por ejemplo, una persona que está molesta por ser soltera será alentada a tomar medidas concretas, pero también a cuestionar cualquier negatividad indebida o premisa injustificada ("estaré solo para siempre") que se adhieran a este hecho actual.

¿Cuánto tarda la TCC en hacer efecto?

Un curso típico de TCC dura alrededor de 5 a 20 sesiones semanales de aproximadamente 45 minutos cada una. El tratamiento puede continuar por sesiones adicionales que más espaciadas, mientras la persona sigue practicando habilidades por su cuenta. El curso completo del tratamiento puede durar de 3 a 6 meses, y en algunos casos más si es necesario.

En la terapia, los pacientes aprenderán a identificar y desafiar los pensamientos dañinos, y a reemplazarlos con una perspectiva más realista y saludable. Los pacientes pueden recibir tareas entre sesiones, como ejercicios para observar y reconocer sus patrones de pensamiento, y aplicar las habilidades que aprenden a situaciones reales de su vida.

¿Por qué funciona la TCC?

Los programas de TCC tienden a ser estructurados y sistemáticos, lo que hace que sea más probable que una persona obtenga una "dosis" adecuada de pensamientos y comportamientos saludables. Por ejemplo, se le puede pedir a un paciente con depresión que anote los pensamientos que tiene cuando sucede algo perturbador, y luego trabajar con el terapeuta para probar cuán útiles y precisos son los pensamientos. La práctica repetida y enfocada es una parte integral de la TCC. La TCC se centra en la creación de nuevos hábitos, que es posible que conozcamos, pero que debemos recordar e implementar con éxito.

Además, los programas de TCC se pueden estandarizar y probar para que el campo de la salud mental pueda identificar qué programas son efectivos, cuánto tiempo toman y los beneficios que los pacientes pueden esperar.

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¿Qué condiciones se pueden tratar con TCC?

La TCC evolucionó originalmente para tratar la depresión, pero la investigación ahora muestra que puede abordar una amplia gama de afecciones, como ansiedad, trastorno de estrés postraumático, trastorno por uso de sustancias y fobias. También se han creado versiones para tratar el insomnio y los trastornos alimentarios. Pero más allá de tratar los desafíos clínicos, la TCC también puede brindar las habilidades que las personas necesitan para mejorar sus relaciones, la felicidad y la satisfacción general en la vida.

¿La TCC ayuda con la depresión?

Sí, muchos estudios han documentado los beneficios de la TCC para tratar la depresión. La investigación muestra que la TCC es a menudo tan eficaz como los antidepresivos. Los pacientes que reciben TCC también pueden tener menos probabilidades de recaer después del tratamiento que aquellos que reciben medicamentos. La TCC puede proporcionar a los pacientes los recursos internos que necesitan para curarse y para evitar que un episodio depresivo vuelva a ocurrir en el futuro.

¿La TCC puede ayudar con la ansiedad?

Según la investigación, la TCC es un tratamiento eficaz y duradero para los trastornos de ansiedad. La TCC proporciona las herramientas para alterar los pensamientos y comportamientos que agravan la ansiedad. Por ejemplo, alguien con ansiedad social podría pensar: “me siento muy incómodo en las fiestas. Todos deben pensar que soy un perdedor ". Este pensamiento puede conducir a sentimientos de tristeza, vergüenza y miedo, que a su vez conducen a comportamientos como el aislamiento y la evitación. La TCC puede ayudar a las personas a aprender a identificar y desafiar los pensamientos distorsionados y luego reemplazarlos con pensamientos realistas, cambiando el ciclo de ansiedad.

Los orígenes de la terapia cognitivo conductual

La TCC fue fundada por el psiquiatra Aaron Beck en la década de 1960, luego de su desilusión con el psicoanálisis freudiano y su deseo de explorar formas de terapia más empíricas. La TCC también tiene sus raíces en la Terapia Conductual Racional Emotiva (TCRE), una creación del psicólogo Albert Ellis. Ambos fueron pioneros en cambiar el panorama terapéutico para ofrecer a los pacientes una nueva opción de tratamiento, una que sea a corto plazo, orientada a objetivos y validada científicamente.

¿Quién desarrolló la TCC?

El creador de la terapia cognitivo-conductual es Aaron Beck, psiquiatra de la Universidad de Pennsylvania. En la década de 1960, Beck practicaba el psicoanálisis. Pero se dio cuenta de que el enfoque no estaba funcionando para sus pacientes deprimidos: los pensamientos negativos arraigados les impedían superar el trastorno. Así que desarrolló la terapia cognitivo-conductual, arraigada en la filosofía de la terapia conductual emotiva racional de Albert Ellis, para cambiar estos patrones dañinos de "razonamiento emocional" y provocar un cambio genuino.

¿Qué es la terapia conductual emotiva racional?

En la década de 1950, el psicoanálisis desanimó al psicólogo Albert Ellis. Al tratar a sus pacientes, descubrió que tomar conciencia de las creencias y los desafíos de uno no necesariamente los cambiaba. Ellis desarrolló lo que ahora se llama "terapia racional emotiva conductual" (TREC). La terapia innovadora se basa en su filosofía central: que la mayoría de nuestros problemas emocionales y de comportamiento, desde superar una ruptura hasta manejar el abuso infantil, provienen de nuestras propias creencias irracionales sobre nuestras situaciones y cómo debemos ser tratados. Al cambiar esas creencias, podemos mejorar nuestras emociones y comportamientos.

La terapia racional emotiva conductual más tarde provocó la creación de la terapia cognitivo conductual. Ambas abarcan la noción de que las emociones y el comportamiento son generados predominantemente por ideas, creencias, actitudes y pensamientos, por lo que cambiar el pensamiento puede conducir a cambios emocionales y de comportamiento. Sin embargo, también hay algunas diferencias entre TREC y TCC. A diferencia de la TCC, la TREC explora las raíces filosóficas de los trastornos emocionales, fomenta la autoaceptación incondicional y distingue entre emociones negativas autodestructivas y emociones negativas apropiadas.

Lecturas esenciales