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Verificado por Psychology Today

Diane Solomon  Ph.D., PMHNP-BC, CNM
Diane N Solomon Ph.D., PMHNP-BC, CNM (Ret.)
Vida social

Nuestra salud mental post Covid no es tan buena

Una encuesta muestra que nuestra salud mental post-COVID está un poco estancada.

Los puntos clave

  • En su cuarto año consecutivo, el Global Mind Project analiza el bienestar en todo el mundo.
  • Sus hallazgos más recientes muestran que el bienestar se ha estancado más o menos desde la pandemia.
  • Varios “puntos débiles” ofrecen áreas en las que debemos trabajar, tanto como sociedades como individuos.
Gerd Altmann/Pixabay
Source: Gerd Altmann/Pixabay

Cuando comenzó la pandemia, tenía miedo de la enfermedad y de la muerte. También me preocupaba una segunda pandemia, al menos igual de generalizada, que permanecería con nosotros mucho después de que venciéramos al COVID: una pandemia de salud mental amarga y agotadora a raíz del coronavirus.

El mes pasado, The Global Mind Project, ahora en su cuarto año y que se anuncia como la “base de datos sobre bienestar mental más grande del planeta”, publicó su informe de 2023. Sus hallazgos son bastante oscuros, pero también hay luz y esperanza.

El proyecto encuestó a más de 500,000 participantes “con acceso a Internet” (en 71 países, que hablaban 13 idiomas) sobre el bienestar mental. "Bienestar" no significa “felicidad” per se, ni siquiera “satisfacción con la vida”, sino la capacidad de manejar el estrés y las tensiones de la vida mientras se contribuye productivamente a la sociedad. La encuesta bien validada (denominada MHQ, por Cociente de Salud Mental en inglés) analiza los estados internos y cómo afectan nuestra capacidad de funcionar. La encuesta se divide en seis dimensiones: estado de ánimo/perspectiva, ser social, impulso/motivación, adaptabilidad/resiliencia y conexión mente-cuerpo, todos son conceptos que se sabe que contribuyen (o restan valor) al bienestar individual.

Entonces, ¿qué muestra la encuesta de 2023? Más de una cuarta parte de los encuestados globales del MHQ se ubicaron en las categorías más bajas de “Afligido” o “Luchando”, y poco más de un tercio en los rangos más altos de “Éxito” o “Próspero”. Estas cifras se mantuvieron relativamente estables durante los últimos dos años, desde el punto álgido de la pandemia en 2021. Los jóvenes, que solían obtener las puntuaciones más altas en las encuestas de estado de ánimo, mostraron la mayor disminución en las puntuaciones del MHQ, especialmente en los países de habla inglesa. Y los países de todo el mundo obtuvieron las puntuaciones más bajas en las dimensiones de Estado de ánimo y perspectiva y Ser social del MHQ. Parece que nosotros, los humanos, en todas partes, somos los que más sufrimos en estas áreas.

¿Cuáles son las tres grandes conclusiones que destacaron los investigadores del Global Mind Project?

  1. Cuanto más pequeño es un niño cuando adquiere su primer teléfono inteligente, menores son sus índices de bienestar.
  2. Cuanto más alimentos procesados come una persona (de cualquier edad), más bajos son sus índices de bienestar.
  3. Finalmente, cuanto más débiles son los vínculos sociales de una persona, menor es su bienestar.

¿Cómo puede ser esto esperanzador? En realidad, en muchos sentidos. Respalda lo que mucha gente ya cree: que el uso excesivo de pantallas es malo, especialmente para niños y jóvenes, y más aún cuando se utilizan las redes sociales de manera inapropiada. Se confirma que los alimentos ultraprocesados no son buenos para nadie, especialmente en exceso. Validar estas ideas una vez más podría ayudar a avanzar hacia mejores políticas sociales y comportamientos individuales, para que podamos sentirnos mejor en todos los ámbitos.

¿Y la sección sobre nuestros vínculos sociales? Esto también refuerza lo que estamos aprendiendo. Se cree que la soledad alcanza niveles epidémicos y puede ser mortal. Las conexiones sociales desgastadas son consecuencias de sociedades fracturadas construidas sobre el individualismo frente a los grupos; independencia versus colaboración; y “nosotros” versus “ellos” (¡todos formamos un “nosotros”!). Si continuamos por el camino de “cada hombre/mujer es una isla”, corremos un gran peligro.

Sin embargo, el conocimiento es poder: podemos movilizar estrategias para mejorar la conexión social y combatir la soledad, en nosotros mismos y en nuestras comunidades; recurrir a redes sociales seguras y de apoyo tanto a nivel individual como social.

El proyecto no es perfecto. Solo encuesta a aquellos con acceso a un buen Internet, lo que favorece a los países de habla inglesa más angustiados. Los países con menos ciudadanos con acceso a Internet tienden a disfrutar de mayores vínculos familiares y sociales y podrían haber cambiado los datos globales hacia un mayor bienestar. El proyecto prácticamente excluye a Escandinavia, que reporta tasas de felicidad superiores al promedio. Los hallazgos del proyecto conectan los alimentos ultraprocesados con un menor bienestar, pero no profundizan en los determinantes sociales subyacentes de la salud (por ejemplo, desiertos alimentarios, falta de dinero, tiempo, recursos para cocinar, etc.) que pueden contribuir más al menor bienestar que los propios Twinkies.

Pero, para empezar, una amplia gama de áreas en las que estamos sufriendo y, por lo tanto, podemos comenzar a sanar, el proyecto puede verse como un marcador empoderador, un indicador para allanar nuestro camino hacia un mayor bienestar.

Brindemos por nuestra salud y nuestro “bienestar”.

A version of this article originally appeared in Inglés.

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