Fuera de aquí, estoy siendo introvertido

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Si estás en pareja con alguien introvertido, puede ser desafiante cuando toma el tiempo de soledad que necesita. Para los extrovertidos todo se trata de conectar, comunicar y compartir. Para el extrovertido, la calma y la soledad que necesita el introvertido pueden experimentarse como rechazo.

Hacen falta muchas conversaciones para llegar a una comprensión mutua. El extrovertido necesita garantías de que el tiempo aparte no es nada personal. Necesita saber que no está siendo rechazado cuando el introvertido toma su tiempo a solas. El extrovertido quiere tranquilidad, saber que es deseado, querido y amado y que su pareja lo encuentra interesante.

El introvertido quiere que su pareja le haga saber que su estilo de estar en el mundo es respetado y que su pareja entiende que su deseo de soledad es solo parte de su personalidad. Quiere ser aceptado y que su pareja entienda que no es frío, desapegado o carente de amor solo porque pone límites. Solo está cuidando de sí y haciendo lo que necesita para su bienestar. El introvertido necesita tranquilidad y saber que su pareja extrovertida saldrá con amigos, tendrá una vida social activa y es libre de seguir su fuerte deseo de interacción, conexión y conversación para no sentir que le hace falta algo.

La pareja extrovertida es libre de actuar dentro de su estilo natural de personalidad, pero debe entender que la pareja introvertida no le acompañará en todas sus aventuras. Una pareja sabia negocia a qué actividades y ocasiones sociales es importante que acudan juntos. Es posible que un introvertido extremo y un extrovertido extremo resuelvan sus diferencias con un espíritu de buena voluntad.

Por ejemplo, Angie y Miguel:

Angie: “Alguien me llamó una vez una extrovertida explosiva, así que sé que puedo llegar a ser extrema. Una vez que entendí cuánto me amaba mi esposo y que cuidaba de sí mismo con tiempo tranquilo y reflexivo, fui capaz de convertirme en el soporte que necesitaba. Ya no me sentía herida y rechazada. De hecho, ahora regularmente lo aliento a que tome el tiempo de tranquilidad que necesita para prosperar. Una vez que pasa suficiente tiempo de introversión, está disponible para que tengamos conversaciones y participemos en actividades sociales.

Miguel: “Ahora me doy cuenta de que no era muy sutil cuando necesitaba tiempo para mí. No lo pedía con tacto. Me ponía irritable y malhumorado y alejaba a Angie para obtener algo de tiempo a solas. Ahora, ya no tengo que decir ‘aléjate’ de maneras duras. Actualmente, la frase ‘estoy siendo introvertido’ se ha convertido en una forma en la que bromeamos al respecto para brindarle algo de humor a una situación que solía causar tensión. Yo le hago saber respetuosamente que necesito algo de tiempo para mí y que volveré tan pronto como pueda”.

Angie: “He aprendido a leer las señales. Antes, Miguel iba por ahí como si estuviera detrás de la vitrina. Era como si pudiera asomarme y ver el cuerpo de Miguel ahí, pero el resto de él no estaba. Se había alejado. Simplemente no estaba disponible. No estaba consciente de no estar presente, pero, sin duda, yo lo estaba. Ahora, está en contacto consigo mismo lo suficiente como para saber cuándo necesita alejarse un rato. Cuando me dice la verdad al respecto, voy a ver a mis amigas para satisfacer mis necesidades de conexión. A Miguel le gusta particularmente estar solo en la casa. Cuando salgo de la ciudad por un fin de semana para visitar a mi amiga Sofía, le encanta tener todo ese tiempo para sí. Y cuando regreso, el tanque de su alma está completamente lleno y es una persona particularmente dulce”.

Miguel: “Estoy muy agradecido con Angie por dejarme ser quién soy y cómo soy. Es algo muy grande para mí. Estoy tan agradecido que me hace desear mostrarle mi amor de maneras que tienen un significado especial para ella”.

Angie: “Tomó algo de tiempo entenderlo, pero he aprendido que yo también gano mucho si dejo ir y ayudo con lo que él necesita. Después de pasar el tiempo a solas que necesita, todo lo que quiere hacer es compensarme de tantas maneras como le sean posibles. Entonces, todo lo que tengo que hacer es ser una receptora amable”.

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