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Verificado por Psychology Today

Relaciones

6 Formas de lidiar con personas que hablan demasiado

Manejando a la persona que no sabe cómo estar callada.

Los puntos clave

  • Puede ser difícil interactuar con las personas que hablan demasiado, lo que te lleva a querer evitarlas.
  • Un estudio muestra seis estrategias para navegar por las situaciones conversacionales más difíciles.
  • Al comprender qué conduce a la locuacidad y cómo manejarla, también puedes ser un mejor conversador.

Estar cerca de una persona que parece que no puede evitar balbucear puede ser molesto, sin mencionar aburrido. ¿Cuántas veces te has quedado atrapado con alguien que comenta cada pequeño detalle de cada situación, sin dejar espacio en el flujo de palabras para que entres? Tal vez estabas sentado en una fiesta con un compañero de mesa que comenzó a hablar en el momento en que te sentaste y no paró hasta que terminó la noche. No querías ser grosero, pero la charla constante significaba que nadie más, incluyéndote a ti, podía mencionar sus propios temas de interés.

Verbosidad fuera del objetivo en la vida cotidiana

La psicología ha ofrecido pocas sugerencias sobre esta situación muy común, llamada "verbosidad sin sentido", aparte de examinar a la persona demasiado habladora desde una perspectiva neurocognitiva (por ejemplo, Arbuckle et al., 2004). Cuando las personas carecen de control inhibitorio debido a cierta pérdida de la llamada "función del lóbulo frontal", simplemente no pueden dejar de parlotear, y mucho menos ser conscientes del hecho de que están participando en este comportamiento. Sin embargo, incluso sabiendo que algo podría estar sucediendo en el cerebro de la persona habladora no te brinda exactamente formas prácticas y prácticas de frenar su discurso incesante.

En cambio, un estudio de 2016 realizado por Esther Giroldi y sus colegas de la Universidad de Maastricht omite la pregunta de qué causa este comportamiento y va directamente al punto de manejarlo. El estudio se basó en el problema que enfrentan los médicos cuando intentan extraer información de sus pacientes demasiado habladores. Debido a que los pacientes hablan tanto, los médicos no pueden identificar sus problemas y, por lo tanto, deben encontrar formas de ir al grano.

Como señalan los autores, "ver el nombre de un paciente hablador en el cronograma puede incluso generar una 'sensación de afecto' porque saben que su tarea será más desafiante y que esto puede conducir a "diagnósticos y tratamientos inadecuados e inhibir la prestación de atención centrada en el paciente".

Es posible que no tengas el problema de tratar de diagnosticar a esta otra persona, pero aún puedes experimentar ese "sentimiento de afecto" tú mismo a medida que se desarrollan los eventos de la noche y no puedes disfrutarlos. El trabajo de los investigadores holandeses puede brindarte algunas sugerencias concretas la próxima vez que te encuentres en esta difícil situación.

Identificar la fuente de la charlatanería

La muestra de 16 médicos generales que Giroldi et al. reclutados, cada uno con cinco años de experiencia laboral, proporcionaron al equipo de investigación descripciones de consultas con pacientes que cumplían con estos criterios objetivos de locuacidad: habla excesiva, falta de enfoque y estructura, desviarse del tema, sobrecarga de información irrelevante, repetición y difícil de manejar o dirigir.

Después de esta ronda inicial de recopilación de datos, el equipo de investigación pasó a grupos focales, en los que 25 médicos diferentes proporcionaron sus perspectivas sobre cuáles podrían ser los problemas más profundos que pueden llevar a un paciente a hablar tanto. Luego, las entrevistas fueron codificadas por miembros del equipo de investigación hasta llegar a un consenso sobre los temas principales.

Surgieron seis estrategias principales. Tres de ellas se basaron en comprender las causas de la locuacidad y tres en "control de daños". Todo esto se basa en los objetivos de construir y mantener una buena relación médico-paciente, al tiempo que se emplean habilidades de comunicación de manera directiva. A medida que leas cada estrategia, piensa en cómo podrías usar cada una tú mismo:

Comprender la causa de la locuacidad:

  1. Brinda apoyo emocional a alguien cuya conversación excesiva puede provenir de la soledad.
  2. Crea una estructura para ayudar a alguien con habilidades de comunicación deficientes a limitar su discurso a lo que es más relevante.
  3. El individuo puede estar nervioso, así que crea una sensación de seguridad y comodidad.

Control de daños:

  1. No seas demasiado directivo con la persona (es decir, diciéndole que se calle) al principio y ve si puedes limitarla.
  2. Fíjate si puedes convencer a la persona de que permita que otras personas se unan a la conversación.
  3. Interrumpir a alguien o menospreciarlo puede ser humillante, así que muestra empatía cuando interrumpas, así como humor.

Poner en práctica estas estrategias

La más importante de todas estas estrategias es la idea de la interrupción empática; sin embargo, también está claro que esto debe hacerse de manera gradual. Dejar que la persona siga y siga hasta que te canses solo provocará que le digas algo grosero de lo que te arrepentirás más tarde. Además, cuando esto sucede en presencia de otras personas, corres el riesgo de parecer insensible si eres demasiado despectivo o crítico. A veces la gente agradable habla demasiado. Esas personas agradables también pueden hablar demasiado si se sienten ansiosas por la situación en la que se encuentran, o tal vez realmente se sienten solas y esta es la primera oportunidad que han tenido de socializar en mucho tiempo.

Reflexionando sobre sus propios hallazgos, los autores de U. Maastrict concluyen que los "pacientes de heartsink" pueden considerarse de manera más positiva "como un desafío que los médicos pueden superar con confianza".

Otro mensaje para llevar a casa de los hallazgos es que es posible monopolizar la conversación sin siquiera saberlo. ¿Hubo alguna vez un momento en que, ya sea en una función social o incluso en el consultorio de un médico, tus nervios te llevaron a charlar sin cesar? Pensar en estas situaciones podría darte una idea de ti mismo y ayudarte en ese proceso de interrupción empática.

Para resumir, encontrar una manera de controlar con gracia los monólogos demasiado largos de los que hablan mucho puede ayudarlo no solo a aliviar tu propio aburrimiento y frustración, sino también a aliviar los factores emocionales que pueden conducir a ese comportamiento en primer lugar.

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
Susan Krauss Whitbourne Ph.D.

La Dra. Susan Krauss Whitbourne, es profesora emérita de ciencias psicológicas y del cerebro en la Universidad de Amherts, Massachusetts . Su último libro es The Search for Fulfillment.

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