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Verificado por Psychology Today

Matrimonio

¿Cuánto tiempo deberían estar juntos antes de casarse?

¿Están listos para el compromiso?

pink panda/Shutterstock
Fuente: pink panda/Shutterstock

Estás en una posición envidiable si crees que ya encontraste a tu otra mitad. Tal vez han estado juntos por dos semanas o tal vez han pasado ocho años, pero si el matrimonio es una meta para ambos, ¿cuándo es el mejor momento para hacerlo realidad?

Tan idiosincráticas como son las parejas románticas y sus experiencias, los científicos que estudian los proceso de relación están conscientes de las preguntas con las que batallan las parejas conforme consideran su futuro: ¿cuándo debería casarse una pareja? ¿Después de dos años o de cinco? ¿Hay alguna verdadera razón por la cual esperar? En otras palabras, si salir es una parte importante para determinar si una persona es la correcta para ti, ¿después de cuánto tiempo tendrás suficiente información para saberlo?

Investigadores de la Universidad Emory encuestaron a más de 3 mil personas en los Estados Unidos que estaban o habían estado casadas, acerca de varios aspectos de sus noviazgos, compromisos y bodas (Francis-Tan y Mialon, 2015). A pesar de que su enfoque principal fueron los costos de las bodas, incluyeron otros factores predictivos de la disolución marital.

En comparación con haber salido menos de un año antes de una propuesta de matrimonio, haber sido novios por uno o dos años redujo considerablemente la probabilidad de un divorcio en el futuro, alrededor del 20 por ciento menos en cualquier punto del tiempo. Salir tres o más años redujo la probabilidad de divorcio en un índice aún mayor, en alrededor de 50 por ciento menos en cualquier punto de terminado. Esto sugiere que puede ser útil pasar al menos algunos años juntos antes de casarse.

Pero estos marcos temporales sugeridos pueden no aplicar para todos. Si una pareja se conoce a los 21 años, es diferente que una pareja que se conoce a los 31, lo que a su vez presenta un contexto distinto que para una pareja que se conoce a los 41. Además, algunas parejas se encuentran como extraños mientras que otras han sido amigas por mucho tiempo antes de introducir cualquier elemento romántico. Para añadir algo de claridad, la percepción de conocer a una pareja “muy bien” en el momento del matrimonio redujo la probabilidad de divorcio en un 50 por ciento en cualquier punto del tiempo también. Entonces, el juicio subjetivo de conocer bien a alguien, no necesariamente se correlaciona con el tiempo.

En lugar de enfocarse en la manera en la que han estado saliendo, consideren estas otras tres maneras de evaluar si ambos están listos para el matrimonio:

1. ¿Perciben el matrimonio como reiniciar la relación?

Puede que su boda sea mágica, pero casarse no es una experiencia mágica que transformará inmediatamente una relación enfermiza e inestable en una saludable y estable. Una razón por la que algunas parejas experimentan un agudo declive de satisfacción durante los primeros dos años de matrimonio (Huston et al., 2001) podría ser porque entraron a sus matrimonios en busca de cambiar una relación, lo que lleva a desilusión y decepción.

2. ¿Conocen varias facetas del otro?

Un problema que puede descarriar un matrimonio que parece ir por buen camino es la introducción de nuevos conocimientos inesperados acerca de una pareja. Por ejemplo, ¿sabes cómo valora tu pareja el dinero o qué clase de padre sería? Conocer más sobre tu pareja en este momento podría evitar algunas de las fuentes más comunes de conflicto en el futuro (Stanley, Markham, y Whitton, 2002).

3. ¿Qué tan felices creen que son?

Investigaciones recientes sugieren que la expectativa futura de satisfacción se traduce en el compromiso actual de una relación; hacer el trabajo necesario en la relación y, a fin de cuentas, reducir el riesgo de un divorcio (Baker, McNulty, y VanderDrift, 2017). No descarten su evaluación personal sobre la felicidad futura: está atada a procesos subyacentes que están llevando a cabo en este momento y que posteriormente afectarán al bienestar de la relación.

4. ¿Alguna señal de “atracciones fatales”?

A veces, lo que nos atrae a cierta persona puede terminar por enloquecernos. Una investigación (Felmee, 1995) que evaluó estas “atracciones fatales” descubrió que con frecuencia toman cierta forma. Cuando una pareja es distinta a nosotros de una manera específica o tiene rasgos extremos: “¡es súper entusiasta! ¡Es un súper maratonista!” a veces podemos percibir estas cualidades como altamente atractivas durante el inicio de una relación, pero luego se vuelven cualidades altamente desagradables que reducen la satisfacción en la relación. Antes de entrar a un compromiso a largo plazo, la consideración de la compatibilidad entre tú y tu pareja a largo plazo junto con las dimensiones que los conectaron podría ser un paso importante al identificar posibles “atracciones fatales”.

5. ¿Esperan que las cosas sean distintas después del matrimonio?

Antes de casarse, consideren cómo opera típicamente su relación. Específicamente, ¿son una pareja de bajo conflicto o de alto conflicto? Al contrario de la idea de que un matrimonio provoca nuevas experiencias que introducen declives en la satisfacción, Huston y sus colegas (2001) encontraron que lo que pasa durante la primera etapa en la vida de una pareja tiende a ocurrir después también. Para respaldar este modelo de dinámicas duraderas, observaron que los niveles de negatividad suelen ser estables dentro de una pareja a través del tiempo, pero que los incrementos en desilusión diferencían a las parejas que se quedan juntas contra las que se desmoronan.

6. ¿Quieren probar su relación antes viviendo juntos?

Es común que las parejas contemporáneas vivan juntas antes de casarse, pero sus razones para hacerlo parecen predecir qué tan feliz será el matrimonio eventualmente. Cuando las parejas usan la cohabitación para probar una relación o cuando cohabitan por razones prácticas (por ejemplo, las finanzas), tienden a reportar menos dedicación a sus relaciones y menos confianza en la relación. Si su acuerdo se convierte en matrimonio, estas incertidumbres iniciales podrían ayudar a explicar por qué la cohabitación antes del matrimonio a veces lleva a una menor satisfacción marital (Kamp, Cohan, y Amato, 2003). Las parejas que ya están sumamente comprometidas y cohabitan por otras razones, como para pasar más tiempo juntas, podrían estar más preparadas para avanzar hacia el matrimonio.

En resumen: un marco que encaje a todos en cuanto al momento en el que las parejas están listas para pasar a un compromiso mayor como el matrimonio no existe. Las parejas inician una relación en diferentes edades y etapas de sus vidas; sin embargo, evaluar qué tan bien conoces a tu pareja, la certeza de tu relación, lo que esperas que hará el matrimonio por tu relación y lo que percibes como la calidad actual y anticipada de una relación podrían ser maneras más útiles de juzgar si en verdad es momento de dar el salto.

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
Theresa E. DiDonato Ph.D.

La Dra. Theresa DiDonato, es psicóloga social y profesora de psicología en la Universidad Loyola de Maryland.

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