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Verificado por Psychology Today

Soledad

Cómo impacta la soledad en nuestra salud y esperanza de vida

La soledad ahora se reconoce como un problema crítico de salud pública.

Los puntos clave

  • Las personas solitarias corren un mayor riesgo de problemas de salud como diabetes y enfermedades cardíacas.
  • Una investigación encontró que quienes reportaron aislamiento o soledad tenían probabilidades de morir antes.
  • Esta conexión se mantuvo tanto para hombres como para mujeres.

La soledad ahora se reconoce como un problema crítico de salud pública. Las personas solitarias tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar problemas de salud graves, como derrames cerebrales, diabetes, demencia, enfermedades cardíacas y artritis. También son más propensas a sufrir ansiedad, depresión, trastornos alimentarios, alcoholismo y falta de sueño. Un metanálisis de 2015 encontró que los riesgos asociados con la soledad y el aislamiento social eran comparables a otros riesgos para la salud como la obesidad y fumar 15 cigarrillos por día. Además de aumentar los factores de riesgo de enfermedades graves, investigaciones recientes han revelado vínculos entre la soledad prolongada y la longevidad.

Una revisión reciente publicada en Nature de más de 90 estudios que incluyeron a más de 2.2 millones de personas en todo el mundo encontró que aquellos que informaron aislamiento social o soledad tenían más probabilidades de morir temprano por todas las causas. Los hallazgos demostraron un aumento del 29% y 26% en el riesgo de mortalidad por cualquier causa asociada con el aislamiento social y la soledad. Este estudio integral abarcó diversas poblaciones, incluidas personas con enfermedades cardiovasculares o cáncer, de varios países como EE. UU., Reino Unido, Japón, Corea y Finlandia.

La investigación reveló que tanto el aislamiento social como la soledad están asociados con un riesgo elevado de mortalidad por todas las causas en la población general. Específicamente, el aislamiento social se vinculó con un mayor riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular, mientras que las pacientes socialmente aisladas con cáncer de mama enfrentaron una mayor mortalidad específica por cáncer. Estos hallazgos resaltan la necesidad de priorizar las conexiones sociales para que los pacientes con cáncer extiendan su tiempo de supervivencia.

Si bien estudios anteriores sugirieron que las mujeres tenían menos probabilidades de experimentar aislamiento social pero más propensas a la soledad, este metanálisis demostró un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas asociado con el aislamiento social tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, no se encontró asociación entre la soledad y el riesgo de mortalidad por todas las causas en ninguno de los sexos.

Las diferentes medidas de aislamiento social y soledad utilizadas en los estudios y el enfoque en países de altos ingresos son limitaciones importantes de la revisión a considerar, pero en general, no podemos ignorar la creciente evidencia de que la soledad y lo social tienen un impacto tangible en nuestra salud y las tasas están aumentando entre todas las poblaciones.

Las repercusiones de una epidemia de soledad van más allá de la salud individual; afectan a nuestras comunidades en su conjunto. Las comunidades con una cohesión social más fuerte exhiben tasas de enfermedad y mortalidad por todas las causas más bajas en comparación con aquellas que carecen de capital social. Son más resilientes frente a los desastres naturales y experimentan menos violencia. Por lo tanto, abordar la conexión social se ha convertido en una cuestión de urgencia de salud pública, al igual que combatir el tabaquismo, la obesidad y la adicción.

El reciente aviso del Cirujano General sobre este tema enfatiza el imperativo de invertir en estrategias que alivien la epidemia de soledad. Estos incluyen el fortalecimiento de la infraestructura social al proporcionar espacios y actividades comunales para facilitar la conexión social, el desarrollo de políticas públicas que prioricen el fomento de las conexiones y la movilización del sector de la salud para identificar y apoyar a las personas en riesgo de aislamiento.

También se necesitan reformas en los entornos digitales, como las redes sociales, para mitigar los efectos negativos y promover la transparencia, mientras que la investigación y las campañas de concientización pública pueden profundizar nuestra comprensión y crear conciencia sobre este problema apremiante.

Sin duda, estas estrategias requerirán una inversión y cooperación significativas de múltiples partes interesadas. Sin embargo, los costos sociales y económicos de la inacción son demasiado grandes para ignorarlos. Según un estudio de la AARP, el aislamiento social entre los adultos mayores en los EE. UU. contribuye a un gasto estimado de $6,700 millones de dólares en seguros médicos anuales. Al abordar el aislamiento social y la soledad, podemos mejorar el bienestar individual y construir comunidades más saludables y resistentes para el beneficio de todos.

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
William A. Haseltine Ph.D.

El Dr. William A. Haseltine es conocido por su trabajo pionero sobre el cáncer, el VIH/SIDA y la genómica. Es presidente y director del grupo de expertos en salud mundial ACCESS Health International.

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