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A pesar de que me dedico a publicar casi por completo sobre el divorcio, de vez en cuando discuto algún aspecto del matrimonio que lleva al divorcio y sugiero maneras de reducir los daños.
Habiendo mediado disputas por 30 años, se me ha ocurrido que los hombres y las mujeres perciben las disculpas de maneras muy distintas. Y tan simple como podría parecer, estas percepciones diferentes de lo que es una disculpa han dañado ampliamente a muchos matrimonios.
En resumen, la mayoría de los hombres no saben cómo disculparse. En las relaciones íntimas, una disculpa efectiva puede sanar rápidamente una lesión inadvertida. De manera similar, una disculpa inefectiva, o la completa ausencia de una, puede causar que una lesión inadvertida se experimente como una lesión importante en la relación.
Para las mujeres, disculparse es una manera de reconectar con alguien cuyos sentimientos heriste, aunque sea de manera inadvertida. Cuando una mujer obtiene retroalimentación de que algo que hizo o no hizo dejó a otra persona sintiéndose ofendida o lastimada, usualmente se disculpa rápidamente. Así se evita un brecha en la relación y esta puede continuar sin problemas. Ni la mujer que ofrece la disculpa ni la mujer que la recibe lo consideran como inusual, sino que lo ven como un aspecto rutinario de las relaciones.
Para los hombres, las disculpas son muy distintas. Los hombres tienden a percibir las disculpas como humillantes y un desfiguro. Los estudiosos sobre la comunicación de género han observado que, para los hombres, la comunicación verbal está enlazada con su preocupación por cómo perciben su estatus los demás. Los hombres son más conscientes del impacto de lo que dicen sobre la manera en la que otros perciben su posición de poder, o falta de poder. Entonces, que un hombre reconozca que hizo algo malo, con frecuencia significa que se sentirá minimizado ante aquellos que escuchan la disculpa.
Entonces, una mujer se disculpa para mantener relaciones saludables y no siente ninguna pérdida. Pero cuando un hombre se disculpa, sí tiene un gran sentido de pérdida, incluso de humillación. El resultado de esta diferencia es que los hombres son reacios a disculparse y, en muchos casos, no saben cómo componer una disculpa sincera.
Esta es falta de conocimiento que busco atender aquí. La mayoría de las mujeres en las parejas que atiendo para mediación de divorcio se quejan de que sus matrimonios padecen de una carencia terminal de intimidad. Las esposas reportan que sus maridos son incapaces o que no están dispuestos a responder a sus sentimientos. Dicen que la tendencia de sus esposos a cerrarse al recibir una queja las hace sentirse desconectadas y alienadas.
Parece que en la mayoría de los matrimonios modernos, ocurre más que la mujer se enoje con su pareja que viceversa. Las mujeres expresan enojo ante los pecados tanto de comisión como de comisión por parte de sus parejas. Y el pecado de omisión más común es no lograr disculparse cuando ha ofendido. Por lo tanto, aquí hay un tutorial para que los hombres aprendan a disculparse.
Hay seis elementos para una disculpa adecuada. Si no quieres perder tu tiempo, debes incluir los seis:
1. Reconoce el acto hiriente
Necesitas empezar diciendo, “me equivoqué y lo siento”. No hay reemplazo para esta admisión. Si dices algo tonto como: “lamento que creas que me equivoqué”, sería mejor que te evitaras la molestia. No hay manera de salvarse de ello. Te equivocaste, así que declárate culpable y termina con ello.
2. Reconoce que heriste sus sentimientos
Entiende que tu acto equivocado hirió sus sentimiento y la hizo sentir desconectada de ti. No puedes reconectar sin atender la parte de los sentimientos. Así que dices, “estaba equivocado y lamento haber herido tus sentimientos.” De nuevo, no puedes acobardarte haciéndolo todo mal y diciendo, “lamento que tus sentimientos estén heridos”. Tienes que conectar tu acto hiriente con sus sentimientos heridos.
3. Expresa tu remordimiento
Una expresión de remordimiento y arrepentimiento es la manera en la que demuestras tu capacidad de sentir una respuesta apropiada a sus sentimientos heridos. Así que dices: “me equivoqué y lamento haber herido tus sentimientos. Me siento terrible por haber hecho algo que te lastimó”. (Aquí te será útil si realmente luces arrepentido).
4. Declara tu intención de no repetir el error
Esto podría ser difícil, particularmente si ya habías cometido el error antes, pero es una expresión de tu reconocimiento o tu necesidad de reformar. “Sé que a veces soy insensible hacia lo que necesitas, pero voy a esforzarme todo lo que pueda para no volverlo a hacer.” Si haces caras en este punto, vas a tener que volver a empezar desde el principio.
5. Ofrece reparar el daño
Si no sabes qué podría ayudar, entonces pregúntale: “¿qué podría hacer para compensarte?” El acto particular de arrepentimiento podría negociarse, pero lo importante es expresar tu voluntad de hacer algo para compensar por ello. Por supuesto, una vez que te comprometes a hacer algo, necesitas hacer esto o arriesgarte a inutilizar todo el esfuerzo.
6. Busca perdón
Perdonar es un acto que libera a quien perdona del enojo, así que buscar el perdón no es tan autoservil como podrías pensar. Un simple: “¿me perdonarías?” usualmente será suficiente, pero si quieres evitar parecer presuntuoso, o si tu ofensa fue particularmente odiosa, podrías querer preguntar primero: “¿puedes perdonarme?”
Conforme te vuelvas mejor en ello, te sentirás más cómodo creando tu propia secuencia para estos elementos y añadiendo embellecimientos que le pongan tu propia estampa de individualidad. Domina esta habilidad sencilla y verás que tu vida doméstica se volverá mucho más pacífica.
A version of this article originally appeared in Inglés.
