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Verificado por Psychology Today

Empatía

¿Se puede recuperar una relación del resentimiento?

Como eliminar el resentimiento y volver a encontrar la empatía.

Pavel Badrtdinov/Unsplash
Fuente: Pavel Badrtdinov/Unsplash

Como terapeuta de relaciones, con frecuencia me preguntan: "¿Cuál es el mayor problema al que se enfrentan las parejas?" Las respuestas obvias son dinero y sexo, pero ninguna de las dos es exactamente cierta, o al menos no son los problemas que han entrado a mi consultorio o a mi vida. El problema más común que veo en las parejas íntimas es lo que yo llamo la batalla por empatía.

Paula le dice a Jorge que está molesta y herida por algo que dijo, la manera en la que respondió a su opinión sobre un asunto familiar. Ella le pidió que en el futuro le dijera lo mismo pero con una actitud más amable e interesada y que no sea tan crítico solo porque tienen opiniones diferentes. Jorge reacciona a los sentimientos y peticiones de Paula preguntando agresivamente por qué debería de ofrecer amabilidad e interés cuando el mes pasado ella se había cerrado a una experiencia similar sobre un asunto familiar distinto y lo trató de forma grosera. Entonces Paula lo ataca de vuelta, explicando por qué se merecía comportarse de la manera en la que lo hizo durante la interacción del mes pasado, y por qué su respuesta el mes pasado fue una reacción a algo que él hizo hace dos meses, que a ella le pareció grosero y agresivo. Entonces Jorge le ladra que tenía derecho de comportarse así hace dos meses por algo grosero y crítico que ella hizo hace tres meses... y siguen viajando en el tiempo hasta un lugar aparentemente inalcanzable antes de que empezaran a lastimarse.

Las parejas hacen esto todo el tiempo. Pelean sobre quién merece empatía, la experiencia de quién debería ser la que importa, el dolor de quién debería ser atendido, y la experiencia de quién debería validarse. Con frecuencia, las parejas se niegan a darse empatía mutuamente porque sienten que hacerlo significaría admitir que son culpables, lo que en su lugar significaría renunciar a la oportunidad de recibir empatía y validación por su propia experiencia. En términos simples, si demuestro que me importa que mis palabras te lastimaran, estoy admitiendo que tengo la culpa de causarte ese dolor. Y tal vez más importante: la verdad por la que dije esas palabras, o más exactamente, por la que tenía el derecho de usar esas palabras, nunca se validará o recibirá su propia empatía. La empatía para la otra persona efectivamente cancela la empatía para mí.

Conforme se acumulan el dolor y el resentimiento en una relación, se vuelve cada vez más difícil empatizar con las experiencias de la otra persona, porque tenemos demasiado dolor propio que no fue ni escuchado ni atendido. Cuando permitimos que se sedimente demasiado dolor desatendido entre las personas, puede ser casi imposible, escuchar, por no decir preocuparse, por la experiencia de la otra persona. Con el tiempo, las heridas sin sanar crean una relación en la que no hay espacio para ser escuchados, y por todas partes las injusticias o heridas del pasado descalifican el derecho que tenemos a recibir amabilidad y apoyo, que a final de cuentas son los componentes esenciales de la intimidad.

Por esta razón y muchas otras, el resentimiento es la más tóxica de todas las emociones para una relación cercana.

Entonces, ¿qué debemos hacer si hemos estado en una relación por un tiempo y se han acumulado heridas que nos han llevado al resentimiento y a dolor y enojo sin resolver? ¿Hay esperanza para que la empatía recupere su lugar en la relación para que pueda volver a florecer una verdadera intimidad? ¿De qué manera podemos seguir adelante cuando se siente que hay demasiada agua tóxica inundándonos, demasiados escombros bajo nuestros pies, como para poder encontrar de nuevo el camino a un lazo amoroso? Cuando el pasado es un campo minado, ¿podemos lograr que el presente sea un campo tranquilo?

Si me preguntaran a mí si es posible, si hay esperanza para el resurgimiento de la empatía en esa relación, incluso cuando abunda el resentimiento, la respuesta es: probablemente. Pero si me preguntaran si hay maneras de intentar reconstruir el lazo de empatía en una relación, respondería con un fuerte y claro. Sí, se puede intentar. Y sí, la única manera de saber si lo que es probable puede volverse posible es reconocerlo como un problema y ponerle todo el esfuerzo que sea posible. Algo que se puede saber con certeza es que si no hacemos un esfuerzo por atender el resentimiento, no desaparecerá por su cuenta. El resentimiento es un cáncer que hace metástasis y eventualmente vuelve imposible que sobreviva una relación saludable.

Entonces, ¿qué hacemos? Primero, sugiero que las parejas establezcan la intención de revivir la empatía en su relación, porque esto ayuda a iniciar con una meta reconocible elegida a consciencia. Tal vez ambos quieran profundizar la intimidad o la confianza, o tal vez solo tranquilizar los resentimientos. La intención puede ser distinta para cada uno, pero lo importante es tener un deseo acordado y la voluntad de prestarle atención a este problema. A veces, una pareja no está dispuesta a establecer esa intención, usualmente es justamente a causa del resentimiento que se está intentando resolver. Incluso si ese es el caso, es posible establecer una intención propia; no es lo ideal, pero aún así puede tener resultados positivos.

Una vez que se determina la intención, recomiendo hacer un trato de oficialmente presionar el botón de reinicio en la relación. Tal vez podrían considerar celebrar/ritualizar esta fecha de reinicio de la relación como una nueva fecha de aniversario, el día que se comprometieron a empezar de nuevo sin los venenos del pasado. Es importante marcar esta fecha de reinicio de alguna manera tangible que la haga real y sagrada. Una fecha de reinicio significa que a partir de cierto día y hora, están empezando de nuevo, para que cuando le expresen sus emociones a la otra persona, esos sentimientos sean importantes simplemente porque existen y no puedan ser invalidados por algo que ocurrió en el pasado. Presionar el botón de reinicio significa que vuelven al punto cero, un punto en el que ambos son inocentes y tienen el derecho de recibir amabilidad y apoyo; una pizarra limpia. Este paso, aunque manufacturado, si se acuerda y respeta, puede ser la entrada a un campo completamente nuevo en el que es posible volver a conocerse, ser amorosos y cuidar los unos de los otros.

Junto con eso, recomiendo empezar una nueva manera de comunicarse el uno con el otro, la técnica de tomar turnos. Tomar turnos significa que cuando una persona en la pareja le presenta una molestia o algo no tan positivo a la otra persona, se le escucha e intenta comprender por completo, sin que se le refute. La experiencia de la otra persona, lo que diga que hizo que actuara de esa manera (lo que creó la molestia) se conserva para el día siguiente. El día siguiente, si así lo desea, expresa su experiencia en cuanto a lo que la pareja expuso o algo completamente distinto. Y, de nuevo, lo presenta sin refutaciones.

Mientras que lo que estoy sugiriendo, una manera impuesta de comunicarse alrededor de problemas difíciles, puede ser agobiante, este proceso también puede incitar una manera de escucharse sin estar a la defensiva, e incluso lograr empatía de nuevo. Este método está diseñado para atender los resentimientos de una manera segura, tan pronto como surjan, para evitar que se cristalicen en un nuevo campo de resentimiento. Como sabemos que nuestra oportunidad de decir "mi parte de la historia" no llegará sino hasta mañana, somos más capaces de oír, escuchar y estar presentes en la experiencia de la otra persona. Extrañamente, terminamos por relajarnos porque no hay necesidad de "ganar" la discusión. También podemos intentar mostrarle a la otra persona, a través de palabras, lo que estamos entendiendo que dicen y sienten, y seguirlo haciendo hasta que sienta que ya entendimos su experiencia correctamente. Ser capaces de escuchar a nuestra pareja sin sentir la necesidad de defendernos (ya que va contra las reglas en ese momento) puede reducir las posibilidades de que el intercambio termine alimentando nuevos resentimientos. Tomar turnos para expresar nuestras experiencias, sabiendo que seremos escuchados sin refutaciones, que habrá un espacio garantizado para que se escuche nuestra experiencia, calmará nuestra ansiedad, enojo, desesperación y angustia. También mejorará considerablemente la posibilidad de construir un nuevo lazo empático. Al comunicarse uno a la vez (con un espacio para respirar y dormir en medio), se crea, al menos por un momento, un jardín de amabilidad, curiosidad y apoyo para que los aspectos definitorios de la intimidad al menos tengan la oportunidad de echar raíces y, si todo sale bien, crecer.

El resentimiento es veneno para una relación. Mata la parte la parte más deliciosa de la intimidad, es decir la empatía. La parte más deliciosa de una relación, según mi experiencia como observadora y en carne propia, es la oportunidad de dar y recibir empatía, el sentirla realmente entrar y salir. Si una relación está sufriendo por resentimiento, o si una de las partes está sufriendo con y por el resentimiento, estas sugerencias pueden ser útiles. Al menos no harán daño y el proceso de intentarlo conlleva sus propias riquezas. Feliz jardinería.

Imagen de Facebook: Joe Prachatree/Shutterstock

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
Nancy Colier LCSW, Rev.

Nancy Colier, Trabajadora Social con Licencia, es psicoterapeuta, ministra de fe y autora de Can’t Stop Thinking, The Power of Off, Inviting a Monkey to Tea, y The Emotionally Exhausted Woman.

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