La salud mental no es lo opuesto a la enfermedad mental

“Eso es lo que distingue a las personas en recuperación de salud mental”, dijo mi amigo, “nos hemos visto obligados a tomarnos un tiempo para examinarnos a nosotros mismos y a nuestras vidas. A menudo eso nos hace muy saludables”. Lo miré, sabiendo que tenía razón.

Algunas de las personas más conscientes de sí mismas y psicológicamente más sanas que he conocido son personas que viven con problemas de salud mental. ¿Cómo puede ser esto?

El bienestar y la salud mental son más que la ausencia de enfermedades mentales. Es un fenómeno multidimensional que incluye la autoconciencia, el sentido del significado, la salud de las relaciones, la vida según los propios valores, la expresión emocional, la regulación y más. Si bien una condición de salud mental puede afectar partes de estos, es posible tener un alto nivel de bienestar psicológico mientras se lucha contra una enfermedad mental, del mismo modo que es posible tener grandes dificultades en esta área pero no tener una condición de salud mental diagnosticable.

Si bien no todo el mundo vive con una condición de salud mental, en algún momento todos nos encontramos en distintos grados de salud mental. Estamos constantemente negociando las alegrías y los desafíos que surgen al interactuar con nosotros mismos, los demás y el mundo. Hay pasos que todos podemos dar para mejorar.

Aquí hay cinco formas en que cualquiera puede cultivar la salud mental:

1. Reflexión

A veces los días pasan sin mucho tiempo para hacer pausas. Sin embargo, tomarse el tiempo para procesar es clave para darle sentido a las cosas y avanzar hacia lo que nos importa. Esto se puede hacer de varias maneras: meditación, escritura, diario artístico o conversación. Lo importante es que tengamos espacio, para ser honestos con nosotros mismos y reflexionar.

2. Alimentar la curiosidad

La curiosidad es un excelente indicador del bienestar psicológico. Cuando nos sentimos seguros, exploramos. De manera similar, satisfacer el deseo natural de aprender y recorrer nuestro entorno es clave para nuestra salud. Despertar la curiosidad podría ser tan simple como caminar por un parque en el que nunca hemos estado o mirar un libro ilustrado. O podría ser una gran acción como unas vacaciones o tomar un curso universitario. Hay infinitas maneras de sentir curiosidad.

3. Permitirnos sentir

La emoción es, en cierto modo, ineludible. Podemos alejarla, pero rebota y vuelve. A veces sentimos tanto que ya no podemos decir lo que sentimos. Es como una especie de caos ansioso. Sin embargo, a menudo la gente tiene miedo de sentir. Especialmente después de una pérdida o de un momento difícil, podemos preguntarnos si nos permitimos sentir si nos perderemos en un río de lágrimas. No lo haremos. Dejar que la emoción nos atraviese y afrontarla nos aporta renovación.

4. Conectar con otras personas

Tiempo con otros en conversaciones, actividades o presencia significativa es algo que todos necesitamos. Esto es más que una simple conversación de pasiilo sobre cómo estás. Tomarnos el tiempo para conectarnos con las personas que nos importan es clave para nuestro bienestar. Si tienes dificultades para pensar en alguien con quien conectar, siempre recuerda que no estás por tu cuenta. Comunicarte con viejos amigos o hacer nuevos amigos a través de grupos comunitarios, organizaciones de apoyo o reuniones puede ayudarte a reconectar.

5. Amabilidad

Practicar la bondad nos da una sensación de bienestar y conexión. Un metanálisis de 27 estudios que investigan los efectos del altruismo en la felicidad encontró consistentemente que los actos de bondad se correlacionan positivamente con medidas de bienestar (Curry et al., 2018). Llevar alegría a los demás también nos da felicidad a nosotros.