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Verificado por Psychology Today

Abuso Emocional

El abuso verbal lleva a daños a largo plazo

La evidencia muestra que el abuso verbal puede ser tan dañino como abuso físico.

Los puntos clave

  • Un artículo de revisión encuentra que abuso verbal a niños provoca daños sociales, emocionales y físicos.
  • El artículo recomienda clasificar el abuso verbal como un tipo propio de abuso.
  • Crear rutinas, reconocer desencadenantes y gestionar bien el tiempo puede ayudar a los padres a evitar gritar.
Pixel-Shot/Adobe Stock
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Estando por ahí haciendo tus pendientes, es posible que hayas escuchado a los padres gritarles a sus hijos. De hecho, pocas personas llegan hasta el final de la paternidad sin siquiera gritar. Pero una nueva revisión sistemática encuentra que el abuso verbal regular (incluidos gritos, amenazas, menosprecio, humillación e insultos) tiene consecuencias negativas para los niños que pueden durar toda la vida.

El artículo de revisión, publicado en la revista Child Abuse & Neglect por académicos de Inglaterra y Estados Unidos, revisó 166 estudios que cuantificaron los efectos del abuso verbal en los niños.

Como parte de su análisis, los autores definen el abuso verbal, que a menudo implica hostilidad, control psicológico, intimidación, vulgaridad y humillación. Es importante señalar que el abuso verbal no tiene por qué incluir gritos. Los adultos pueden amenazar e intimidar a niños y jóvenes sin alzar la voz.

Los autores encontraron que los niños que fueron abusados verbalmente experimentaron una variedad de consecuencias negativas a lo largo de sus vidas: más comúnmente comportamiento delictivo, depresión, agresión, trastornos de conducta, uso de sustancias e ira. Otros estudios vincularon el abuso verbal con la depresión, la perpetración de abuso, los cambios neurobiológicos y los resultados de salud física, incluida la obesidad y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

El abuso infantil se define como “un adulto u otro cuidador que participa en actos que dañan u omiten la atención necesaria a un niño o niña”, escriben los autores del estudio. Actualmente, el abuso infantil se clasifica en cuatro categorías: abuso físico, abuso sexual, abuso emocional y negligencia. En la literatura de investigación actual, el abuso verbal se considera parte del abuso emocional.

Los autores de este estudio argumentan que el abuso verbal merece su propia categoría por varias razones. En primer lugar, los datos muestran que el abuso emocional de los niños es ahora más común que el abuso físico o sexual. Los autores también argumentan que el abuso verbal es más abierto y explícito en comparación con otros tipos de abuso emocional, como el trato silencioso y ser testigo de violencia doméstica.

“Todos los adultos a veces se sobrecargan y dicen cosas sin querer”, afirmó Jessica Bondy, fundadora de la organización británica sin fines de lucro Words Matter, que financió la revisión sistemática. “Tenemos que trabajar colectivamente para idear formas de reconocer estas acciones y poner fin al abuso verbal infantil por parte de adultos para que los niños puedan prosperar”.

El Child Mind Institute, una organización sin fines de lucro dedicada a promover la salud mental de los niños, ofrece algunos consejos para ayudar a los padres a evitar gritar:

  • Identificar problemas recurrentes. Intenta identificar un momento del día o un evento que con frecuencia genere frustración y piensa en soluciones con anticipación.
  • Crear rutinas. Especialmente con los niños más pequeños, una rutina regular puede ayudar a evitar discusiones. Por ejemplo, después de cenar, siempre jugamos durante 30 minutos, nos bañamos, nos cepillamos los dientes, leemos un cuento y luego nos acostamos.
  • Considerar los factores desencadenantes. Presta atención a los momentos en que tu hijo/a (o incluso tú) puedan tener hambre o estar demasiado cansados.
  • Manejar el tiempo. Trata de hacer demasiado provoca estrés, lo que puede provocar frustración y rabietas. Evita agrupar demasiada actividad en un horario o día.
  • Tomar descansos: es importante reconocer cuándo estás a punto de perder los estribos para poder alejarte de la situación y calmarte antes de seguir interactuando con tu hijo/a. Incluso simplemente cerrar los ojos y contar hasta diez puede marcar una gran diferencia en tu reacción ante una situación difícil.
  • Reconocer sentimientos. Todos los padres se sienten frustrados en algún momento. Si pierdes los estribos, espera hasta que te hayas calmado y luego modela para tus hijos cómo hablar sobre los sentimientos. Si gritaste, asegúrate de disculparte.

La conclusión es que el abuso verbal es perjudicial para los niños. Es importante que los padres y cuidadores conozcan las consecuencias negativas del abuso verbal y que los funcionarios de salud pública reconozcan y aborden este problema creciente.

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
The Bronfenbrenner Center for Translational Research

The Bronfenbrenner Center for Translational Research en la Universidad de Cornell se enfoca en usar los hallazgos en la investigación para mejorar la salud y el bienestar de las personas en todas las etapas de su vida.

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