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Verificado por Psychology Today

Sexo

Cómo identificar a un manipulador sexual

¿Reconoces estas estrategias?

NotarYES/Shutterstock
Source: NotarYES/Shutterstock

No todas las relaciones se forman en igualdad de condiciones. Con frecuencia una persona ejercerá poder y autoridad sobre la otra y la persona en esa posición podría intentar aprovechar su ventaja en áreas que no están bajo su control.

Los abusos de posición son posibles desde cualquier parte en relaciones desiguales: a veces la persona subordinada podría intentar balancear la disparidad al iniciar un componente sexual en la relación.

Una persona que intentara usar una posición superior para obtener favores sexuales de un subordinado sería conocida como manipuladora sexual. Las personas así son sexualmente agresivas; usualmente el objetivo es su propia gratificación sexual. No se preocupan por el bienestar de la otra persona y tienden a ser impulsados por sus propias fantasías y necesidad de control sexual conforme manipulan y sacan ventaja de una pareja temerosa o confundida. El poder, el prestigio y la proeza sexual son sus armas. Sus víctimas son muchas.

Los depredadores sexuales más amorales no se preocupan por la legalidad. Con el fin de saciarse sexualmente violan o acosan a su objeto de deseo. La cantidad de depredadores sexuales violentos es afortunadamente baja. Pero hay un mayor número de manipuladores sexuales, quienes se quedan a nada de la coerción corporal. En lugar de fuerza física, usan el ingenio, el encanto y la habilidad verbal para manipular a las víctimas planeadas. Eligen a sus blancos cuidadosamente, seguros de su habilidad de controlar los eventos y manipular a esos individuos para obtener lo que desean.

Los manipuladores sexuales tienden a ser altamente competitivos, percibiendo la mayoría de las situaciones como de ganar o perder. Pueden ser competidores altamente enfocados, despiadados y motivados en otros aspectos de sus vidas, características que suelen aplaudirse en el mundo empresarial y en otros rubros. Para ese tipo de personalidades, ganar no es solamente importante; lo es todo, incluso cuando la competencia es de naturaleza sexual. Los manipuladores se acostumbran a que las cosas salgan a su manera.

Para un manipulador sexual, la persecución puede ser prolongada. Cada encuentro que produce una pequeña concesión por parte de la persona bajo su control alimenta su deseo y escala su comportamiento. Pueden empezar la persecución con comentarios excesivamente personales sobre el atuendo o apariencia. Estos comentarios aparentemente inofensivos podrían dar pie a referencias cada vez más específicamente sexuales. Pueden empezar con chistes o comentarios sexuales utilizados para medir las reacciones de la otra persona. Conforme el comportamiento del manipulador gradualmente se vuelve más sexualmente abierto, la sensibilidad del blanco se va adaptando. Cada excusa para su mal comportamiento amortigua el impacto del siguiente acto.

A través de todo este comportamiento, el manipulador típico es lo suficientemente inteligente y elocuente como para desviar cualquier resistencia y objeción a sus acercamientos. Con frecuencia, crearán explicaciones y excusas para su conducta, proyectando la culpa de cualquier malentendido a su víctima. Mientras más baja esté la guardia del blanco, y mientras más se confunda, mejor será el ambiente para la manipulación sexual. Explotar la ingenuidad, falta de experiencia, incertidumbre y confusión es lo que hacen mejor. Tales respuestas pueden excitar al manipulador sexual. Ya que la mayoría de nosotros no estamos completamente cómodos lidiando con los avances sexuales de otros, los manipuladores sexuales tienen una ventaja intrínseca que usan para lograr sus metas egoístas.

Los manipuladores sexuales a veces existen en donde menos lo esperas. Si observas cualquiera de estos patrones en una de tus relaciones, es importante crear un distanciamiento inmediato entre tú y el individuo manipulador.

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
Gregory L. Jantz Ph.D.

El Dr. Gregory L. Jantz, fundó The Center for Counseling and Health Resources, y es miembro de la mesa redonda en la Casa Blanca sobre el abuso de opioides.

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