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Verificado por Psychology Today

Sexo

Los pros y los contras del feminismo

La diferencia entre el feminismo benevolente y el feminismo hostil.

Estuve leyendo las publicaciones de Regina Barreca y otros sobre el feminismo con mucho interés, ya que destacan la sensibilidad y carga que conlleva este tema. En la publicación de hoy, quiero contribuir al debate señalando los pros y los contras del feminismo. Al hacerlo, espero quitarle la ambigüedad a la forma digna del feminismo (un movimiento que lucha contra la injusticia) de su contraparte (como una disciplina académica aparentemente capaz de contribuir en campos tan variados como la psicología, la economía, la física, la biología, la química y las matemáticas, así como una fuente de misandria).

Las mujeres se han enfrentado a incontables formas brutales de discriminación institucionalizada desde tiempos inmemoriales y en todo tipo de ambiente cultural. Esta es una verdad innegable y moralmente reprensible. En consecuencia, el feminismo como movimiento, al buscar crear igualdad para las mujeres en las esferas ocupacionales, económicas, políticas y sociales (para nombrar algunas), es loable. No hay una razón moral por la que las mujeres no debieran poder votar, tener acceso igualitario a educación y cuidado de salud o no ganar la misma cantidad de dinero que un hombre por desempeñar la misma labor, etc. El feminismo ha sido singularmente responsable por reparar estas injusticias sociales profundamente sexistas. Esto es lo que yo llamaría feminismo benevolente y bajo esta rúbrica yo me llamaría a mí mismo orgullosamente feminista, ya que aborrezco todo tipo de injusticia e intolerancia.

Ahora, volvamos a las formas hirientes del feminismo, que llamo feminismo hostil. Restringiré mi discusión a cuatro problemas clave.

1. Desde el principio del movimiento, muchas feministas radicales rápidamente convergieron con la idea equivocada de que si las mujeres deben ser tratadas con equidad en todos los aspectos de la vida, es importante demostrar que los hombres y mujeres son seres indistinguibles. Por lo tanto, todas las diferencias sexuales que no sean los genitales se atribuyeron a la socialización. Véase Profesar el Feminismo: cuentos admonitorios del extraño mundo de los estudios sobre mujeres de Daphne Patai y Noretta Koertge para ejemplos interminables.

Los hombres y las mujeres deberían ser iguales ante la ley, pero son seres biológicos discernibles. Desear que desaparezcan las diferencias sexuales y crear narrativas imaginarias sobre el poder de la socialización en la formación de las diferencias de sexo no hace que desaparezcan. No hace falta ser un Darwinista sofisticado para reconocer que somos sexualmente dimórficos y que somos especies sexualmente reproductoras. Por definición, esto implica que los hombres y las mujeres poseen algunas diferencias con bases biológicas. Por definición, esto implica que los hombres y las mujeres poseen algunas diferencias innatas con bases biológicas.

2. Algunas formas de feminismo han sido dañinas en cuanto a que han construido una fundación ideológica antihombre. Aparentemente, la misoginia es un acto reprensible pero la misandria es virtuosa y loable. No tengo dudas de que la mayoría de los lectores están familiarizados con las palabras de Andrea Dworkin y Catherine MacKinnon a efectos de que todos los hombres son violadores y que el sexo heterosexual no es menos que una violación. De acuerdo con muchas feministas, los hombres que consumen pornografía son al menos “violadores en entrenamiento”. Me pregunto si podríamos reproducirnos si el apareamiento heterosexual es aparentemente “violentamente penetrativo”.

3. En el extraño mundo del feminismo académico, las bases de venerables campos científicos están bajo sospecha sino es que incompletos porque los hombres han sido los principales contribuyentes en esos campos. No estoy hablando sobre estudios cinematográficos o críticas literarias donde uno podría argumentar que los textos interpretativos y otros productos culturales podrían beneficiarse de un análisis desde múltiples puntos de vista ideológicos. Sin que los científicos naturales lo sepan, las ciencias duras, incluyendo la física, matemáticas (el campo más puro) están incompletas y sesgadas, ya que carecen de una perspectiva feminista. Habiendo sido entrenado en matemáticas, me pregunté cómo serían las matemáticas feministas. Tuve que leer Alta Superstición: la izquierda académica y sus batallas con la ciencia coescrito por Paul R. Gross y Norman Levitt para obtener mi respuesta. Aparentemente los problemas aritméticos internacionales son inherentemente sexistas en su contenido y por lo tanto pueden ser “liberados” por la lente feminista. Tomemos por ejemplo el siguiente problema: “Bob es un bombero que gana $40,000 al año. Su jefe, el Director del departamento de bomberos, Larry le dijo que recibirá un aumento del 5% el próximo año. ¿Cuál será su nuevo salario?” Las matemáticas feministas alterarían bombero por bombera (o tal vez bombere); y cambiarían el nombre de Bob por Barbara. También modificarían Larry por Linda.

Insatisfechas con haber “liberado” las matemáticas de sus cadenas “sexistas”, las académicas feministas nos han iluminado sobre las propiedades sexistas del ADN. Específicamente, la bioquímica feminista propone que el ADN es un instrumento de dominación masculina como lo evidencia la narrativa de una “molécula maestra” (McElroy, 1996).

4. El movimiento feminista ha creado confusión en cuanto a las dinámicas permisibles entre los sexos. Los hombres y las mujeres ya no confían en sus instintos darwinianos, en su lugar buscan adherirse a nuevas reglas “feministas” de conducta intersexual, ya que están altamente temerosos de ser acusados de ser “cerdos sexistas” o “herramientas del patriarcado”. ¿Se me permite halagar a mis colegas femeninas sobre un hermoso vestido o sería acoso? ¿Ella podría decirme un cumplido sobre lo bien que me veo en mi nuevo traje o me estaría cosificando como un pedazo de carne? Por lo tanto, la mayoría de los individuos ahora deben tener mucho cuidado en sus dinámicas diarias.

Para recapitular, aplaudamos al feminismo por sus contribuciones para hacer nuestras sociedades más equitativas y justas y menos sexistas (aunque aún hay mucho trabajo por hacer). Sin embargo, eliminemos las tonterías que promulgan muchas teóricas feministas.

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
Gad Saad Ph.D.

El Doctor Gad Saad, Ph.D., es profesor de marketing en la Universidad deConcordia y autor de The Evolutionary Bases of Consumption and The Consuming Instinct.

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