La depresión puede ser la punta del iceberg

La depresión es altamente individual. Comprender los factores biológicos, psicológicos y sociales únicos en juego es fundamental para diagnosticar y tratar con precisión la depresión en cada paciente.

Considera a dos personas que fueron diagnosticadas con depresión. Aunque cada persona tiene el mismo diagnóstico, tienen su propia narrativa personal e historia clínica. Por ejemplo:

• Un estudiante universitario de 20 años después de una ruptura con su novia.
• Una profesionista de 36 años tras dejar su trabajo.

¿Qué pasaría si supiéramos que el estudiante universitario de 20 años tenía antecedentes de ansiedad por separación en la infancia con una familia abusiva y (a veces) negligente? En su relación, se volvió temeroso de la intimidad y le fue infiel a su novia, lo que llevó a la ruptura. En otra iteración de la narrativa del paciente, comenzó a desconectarse emocional y físicamente de sus relaciones sociales, dejó de ir a la escuela y al trabajo, y consumió marihuana en grandes cantidades.

¿Qué pasaría si supiéramos que la profesionista de 36 años tenía un rendimiento inferior en el trabajo debido a la incapacidad de manejar todas sus tareas y responsabilidades que la hacen sentir "abrumada", junto con cambios de humor que han interferido con las relaciones laborales? En otra iteración, perdió a su madre hace un año por cáncer y se lanzó a su trabajo inmediatamente después de esa pérdida. En otra iteración, recientemente regresó de la licencia de maternidad y comenzó a experimentar insomnio y una alternancia entre el júbilo y la energía, y la depresión.

En cada una de estas narrativas e historias clínicas se encuentran los factores subyacentes y contribuyentes a su depresión.

En la primera versión del estudiante de 20 años, puede estar experimentando un trastorno de estrés postraumático debido a sus antecedentes de abuso y negligencia en la infancia. Para "conquistar" sus miedos de separación, se autosabotea y aleja a su pareja. Esto crea una intensa soledad y luego depresión. Podría beneficiarse de un medicamento antidepresivo y psicoterapia dirigida a problemas de apego emocional.

En la segunda iteración del estudiante de 20 años, es probable que muestre signos tempranos de enfermedad psicótica. Esta persona requiere una evaluación y atención psiquiátrica más inmediatas. Podría beneficiarse de un medicamento antipsicótico o estabilizador del estado de ánimo. El tratamiento incluiría apoyo con intervención familiar y psicoeducación.

En la primera iteración de la profesionista de 36 años, puede tener un trastorno del funcionamiento ejecutivo, más típicamente trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Es posible que tenga dificultades para completar tareas o para cambiar a otras nuevas. Comenzar con un medicamento estimulante y un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) puede tener efectos beneficiosos. Se beneficiaría de la psicoterapia para enfocarse en la regulación de las emociones y un entrenador de funcionamiento ejecutivo para ayudarla a navegar por procesos de múltiples pasos y administración del tiempo.

En la segunda iteración de la profesionista de 36 años, puede tener un dolor complejo (y posiblemente un trastorno de estrés postraumático) debido a su pérdida. Ella puede beneficiarse de un medicamento ISRS y asesoramiento para el duelo o psicoterapia centrada en el apego emocional.

En la tercera iteración de la profesionista de 36 años, puede estar experimentando un trastorno del estado de ánimo posparto, un signo temprano de trastorno bipolar. Podría beneficiarse de la medicación estabilizadora del estado de ánimo, el apoyo con intervención familiar y la psicoeducación.

Cada persona tiene una historia que contar y una razón para su depresión. Eso no solo es importante desde una perspectiva humana, sino que es esencial para un enfoque de diagnóstico y tratamiento.

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