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Verificado por Psychology Today

Filosofía

No puedes explicar la experiencia humana solo en términos físicos

¿Existe el alma? Reencanto el mundo con una vieja idea.

Los puntos clave

  • Casi todas las culturas de la historia han creído en un alma, un aspecto no físico de la identidad.
  • Hoy en día, tal concepto puede parecer ingenuo, a la luz de la visión moderna 'fisicalista' del mundo.
  • El fisicalismo no puede explicar la conciencia, las experiencias cercanas a la muerte y otros fenómenos.
Clive Muscat/Flickr
Source: Clive Muscat/Flickr

La idea del "alma" atraviesa nuestro idioma y cultura. Hablamos de almas gemelas, de búsqueda del alma y de aquellos que tienen un "alma buena". En estos contextos, el alma se refiere a la esencia de una persona, un aspecto profundo de nuestra identidad debajo de nuestra personalidad superficial.

La palabra alma deriva del antiguo alemán Hugh seula, que fue una traducción de los primeros misioneros cristianos de la palabra griega psique. Los antiguos griegos creían que la psique era la fuente de la vida y la conciencia. Era distinta del cuerpo y se pensaba que era inmortal.

La mayoría de las religiones a lo largo de la historia han tenido una visión similar, que el alma es de una naturaleza diferente al cuerpo, habitándolo como un genio en una botella. Hasta el siglo XIX, casi todas las culturas de la historia humana daban por sentado que la esencia de la identidad humana no era física y que sobreviviría a la muerte del cuerpo.

Muchas religiones conciben la vida futura como un paraíso donde el alma alcanza la plenitud y la felicidad que se nos escapa durante nuestra vida física. Esto puede explicar en parte por qué el concepto del alma se desarrolló, o al menos se hizo frecuente.

Fisicalismo: una cosmovisión moderna

Desde una perspectiva moderna, estas nociones del alma o de una vida futura pueden parecer ingenuas. Seguramente, ahora sabemos que no existe tal cosa como el alma o el espíritu, que los seres humanos son meras máquinas de carne y que la identidad humana o la conciencia ¿es sólo producida por la actividad neurológica? Por supuesto, esto también significa que no puede haber una vida futura, ya que la conciencia humana no puede sobrevivir al cerebro que la produce.

Filosóficamente hablando, esta cosmovisión moderna se conoce como materialismo o fisicalismo: la creencia de que el universo es fundamentalmente físico, que consiste en partículas materiales y fuerzas físicas.1

Según el fisicalismo, aunque parezca que tenemos algunas experiencias no físicas, como pensamientos y sentimientos, estas pueden explicarse en términos físicos. Los pensamientos pueden ser simplemente el resultado de señales eléctricas producidas por neurotransmisores. Sentimientos como la esperanza, el amor y la tristeza pueden deberse simplemente a la actividad neurológica.2

El problema de la conciencia

Sin embargo, incluso si algunos conceptos premodernos del alma eran ingenuos, también existen serios problemas con el fisicalismo. El fisicalismo no puede explicar completamente la experiencia humana, o explicar el mundo en que vivimos.3

Por ejemplo, a pesar de décadas de investigación rigurosa, nadie tiene una noción clara de qué procesos cerebrales podrían estar involucrados en la conciencia. También hay muchos desajustes extraños entre la actividad cerebral y la experiencia consciente, incluidos los casos de actividad cerebral mínima, como cuando las personas están en coma, donde la conciencia no solo continúa sino que a veces se vuelve más intensa de lo normal.

Otra anomalía es el fenómeno de lucidez terminal cuando las personas moribundas que padecen trastornos psiquiátricos o neurológicos graves, tal vez debido a demencia, accidente cerebrovascular o meningitis, de repente parecen recuperar la plena conciencia, volverse lúcidas y alertas.

Una de las anomalías más llamativas son las experiencias cercanas a la muerte, cuando las personas sin signos de actividad neurológica o fisiológica informan más tarde poderosas experiencias conscientes, incluso afirmando recordar eventos que han oído o visto aunque aparentemente estaban inconscientes.

Ha habido numerosos intentos para explicar experiencias cercanas a la muerte. Una posible idea es que en estos estados puede haber un nivel extremadamente bajo de actividad neurológica continua, que no se detecta. Sin embargo, esto aún dejaría el problema de cómo una actividad cerebral extremadamente mínima podría generar experiencias que son más intensas que la conciencia normal.

Con la creciente conciencia de la dificultad de explicar la conciencia en términos físicos, cada vez más científicos y filósofos están considerando enfoques alternativos. Un punto de vista que se ha vuelto más atractivo para algunos filósofos, como Susan Blackmore y Keith Frankish, es que la conciencia puede no existir en realidad, sino que es simplemente una ilusión cognitiva.

Sin embargo, las experiencias anómalas anteriores apuntan a otra posibilidad: que la conciencia no se puede explicar en términos físicos porque es esencialmente no física. Podría no ser totalmente dependiente o producida por el cerebro, sino que podría derivarse de una fuente no física.

Otra visión del mundo

Tal vez necesitamos reintroducir el concepto del alma, de una manera más matizada. Deberíamos estar abiertos a la posibilidad de que el mundo contenga elementos no físicos e incluso sea fundamentalmente no físico. Puede ser que la conciencia sea una cualidad universal y fundamental. No solo existe en los seres humanos u otros seres vivos, está en todas partes y en todo. Mi variante de este enfoque, como describo en mi libro Spiritual Science, se llama panespiritismo.4

Puede ser que el cerebro humano en realidad no produzca conciencia sino que la transmite. Al igual que una radio, el cerebro puede "captar" la conciencia fundamental del espacio que nos rodea y transmitirla a nosotros, de modo que nos volvamos conscientes individualmente.

Esto podría ayudar a explicar por qué podemos sentir los sentimientos de los demás a través de la empatía; porque compartimos la misma conciencia fundamental. También podría explicar por qué la conciencia no puede vincularse con precisión a la actividad neurológica, porque la conciencia pasa por el cerebro (y no de él), del espacio que nos rodea y, en última instancia, del universo mismo.

En esta interpretación, el alma (o conciencia) no es independiente del cuerpo. Interactúa con el cerebro y el cuerpo, para producir nuestra actividad mental e identidad individual.

Según este punto de vista, el alma no es simplemente un fenómeno humano, como creen algunos cristianos. Si la conciencia es fundamental, entonces, en efecto, todo el universo tiene un alma. Y todas las cosas dentro del universo, tanto vivas como no vivas, tienen alma. Cada alma individual deriva y es siempre parte del alma del universo; así como una corriente de agua es siempre parte de la fuente de la que fluye.

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
Steve Taylor Ph.D.

El Dr. Steve Taylor, es profesor titular en psicología en la Universidad de Leeds Beckett. Es autor de muchos bestsellers que incluyen The Leap y Spiritual Science.

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