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Verificado por Psychology Today

Cognición

10 maneras de volverte más agradable

2. Dale seguimiento y pregunta sobre eventos y problemas importantes en las vidas de otros.

Todos tenemos diferentes niveles de habilidades sociales. Algunas personas son naturalmente carismáticas y se vuelven entrañables fácilmente. Otros pueden ser extrovertidos pero socialmente incómodos y algunos podrían ser tímidos o introvertidos y encontrar ciertas interacciones sociales sumamente difíciles e insatisfactorias. En otras palabras, ser percibido como agradable es más importante para algunas personas que para otras.

Más importante aún, qué tan agradables somos no depende completamente de nosotros. Depende del contexto, nuestros papeles y funciones dentro del grupo, las personas que nos rodean, cuánto tenemos en común con ellos, sus sesgos y los nuestros y una variedad de otros factores. Algunas personas nunca se sienten cómodas con nosotros, sin importar qué tan agradables seamos. Podrían estar completamente peleados con nuestros estilos de vida, cultura o elecciones, sentirse incómodos por alguna de nuestras características, tener rencores o resentimientos de los que no sabemos nada o simplemente ser personas difíciles cuya opinión no puede cambiarse. Mientras que es posible incrementar qué tan agradables somos en una circunstancia general, es importante recordar que no podemos ser atractivos para todo el mundo todo el tiempo.

Dicho esto, si te encuentras deseando que las personas respondan a tu presencia de una manera más cálida y abierta, o con más aceptación, estas son cosas que puedes hacer para volverte más agradable.

1. Escucha mejor. A las personas les gusta que las escuchen, no hay atajos hacia ello. Para tener una conversación agradable tienes que ser realmente capaz de escuchar lo que está diciendo la otra persona en lugar de repasar en tu mente la excelente historia que le vas a contar en el instante en el que deje de hablar. Y debes encontrar maneras de expresar que estás prestando atención. Asentimientos con la cabeza, expresiones como “ah” pueden hacer maravillas.

2. Apoya. Puede parecer cool burlarse de una queja pequeña cuando alguien la expresa (“tuve que trabajar todo el fin de semana”. “Bueno, pero ganas mucho dinero”), pero lo que está buscando la otra persona es validación (“ay, eso apesta”). Si alguien te cuenta sobre algo que logró, ofrece felicitaciones sinceras; si alguien te cuenta sobre algo angustiante, ofrece conmiseración genuina. Si alguien te cuenta sobre una experiencia increíble, muestra algo de entusiasmo.

3. Seguimiento. Esta es una oportunidad que la mayoría dejan pasar. Si alguien te cuenta que tiene un examen, pregúntale cómo le fue. Si sabes que se fue de vacaciones, pregunta qué tal estuvo. Si mencionaron que uno de sus hijos estaba enfermo, pregunta cómo sigue. Las personas notan cuándo te dieron información y darle seguimiento a la próxima indica que los escuchaste y que te importó lo suficiente como para preguntar o hacer un comentario posteriormente. Hacer esto puede darte muchos puntos de simpatía.

4. Encuentra puntos en común. Las personas se conectan con otros que son similares a ellos o que tienen intereses y opiniones similares, así que al conocer a alguien nuevo o encontrarte con alguien que no conoces bien, intenta buscar intereses en común, hobbies, opiniones, gustos en película, libros, series, música o moda, destinos de viaje o cualquier otra cosa que podría crear una tejido de conexión entre ustedes.

5. Utiliza el lenguaje corporal. Ofrece un apretón de manos firme, haz contacto visual, sonríe, adopta una postura abierta (con brazos a los lados en lugar de cruzados sobre tu pecho) y, como mencioné antes, asiente cuando alguien esté hablando para mostrar que los estás escuchando. Tendemos a notar el lenguaje corporal de las personas más inconsciente que conscientemente pero sí lo notamos y añade a nuestras impresiones de la simpatía de una persona.

6. Guarda tu teléfono. De verdad, solo ponlo en tu bolsillo cuando estés hablando con las personas. Si estás en una mesa, al menos voltéalo. Estar mirando hacia tu teléfono, que no es tan difícil de hacer cuando está junto a ti o en tu mano, señala que no estás escuchando por completo (en el mejor de los casos) o que estás distraído o desinteresado, ninguna de las dos te ganará el cariño de los demás. Así que incluso si el teléfono de los demás está fuera, guarda el tuyo y mantente presente.

7. No te quejes de más. Las quejas tienen una función social ya que pueden ser una manera de encontrar lugares comunes (“odié esa película” “¡yo también!”). Pero mientras que una queja (o dos) puede ofrecer algo en común, llenar nuestros diálogos con una letanía de quejas y ser demasiado negativo ya es desagradable (“mi jefe es tan molesto y el metro está terrible así que no es mi culpa haber llegado tarde, además estoy estancada en esa zona toda atiborrada, y bueno, ya sabes cómo se pone de grosera la gente cuando hace calor…”). Si queremos ser más agradables, necesitamos esforzarnos para presentar una perspectiva más positiva, incluso si nuestro humor en ese momento es amargo. El balance aquí es ser positivos pero auténticos, así que tampoco ayuda fingir. En su lugar, solo intenta discutir cosas sobre las que puedes sonar positivo incluso en un momento de mal humor (“mi sobrino es maravilloso”).

8. No domines la conversación. Podrías ser un gran cuenta cuentos y tener una conversación fascinante, pero otras personas también quieren algo de atención. Así que nota cuánto (tiempo) estás hablando en comparación con los demás. Las personas notan estas faltas de balance y las registran de manera desfavorable, sin importar qué tanto parezcan estar disfrutando de tus historias en ese momento.

9. No presumas. Esto incluye la presunción disfrazada de humildad. Si la discusión es de la variedad de “yo atrapé al pez más gordo”, por supuesto que está bien aportar algo. Pero soltar nombres (que incluye no solo a personas sino también universidades, instituciones y organizaciones), historias de éxito, seguidores en redes sociales y otras maneras de hacerle saber a las personas qué tan increíble eres, suele alejar a los demás.

10. Mantén las discusiones en un mínimo. Una de las líneas que le molestan más a las personas es, “déjame ser el abogado del diablo”. A menos de que conozcas muy bien a alguien, en cuyo caso tu simpatía ya no es un tema, no es necesario o productivo enfocarse en áreas de desacuerdo, sin importar qué tan convincente puedas ser. Si amaron cierta película porque “realmente me hizo pensar” no digas, “¿en serio? A mí me pareció basura”. Di, “desearía que hubieran explorado con mayor profundidad el tema de la amistad” o puedes ofrecer una crítica constructiva. En otras palabras, a las personas les gusta cuando otros están de acuerdo con ellos, así que no enfatices las áreas de desacuerdo a menos de que el problema sea realmente importante para ti; incluso entonces, intenta hacerlo con calma.

Ser amigable se trata de ser amable, de hacer que las personas se sientan cómodas y bienvenidas y hacerlas sentir aceptadas, entendidas y valoradas. Mantén estas directivas en mente y cuando dudes sobre qué decir, menos es más.

Derechos de autor 2020 Guy Winch

Imagen de Facebook: adriaticfoto/Shutterstock

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
Guy Winch Ph.D.

El Dr. Guy Winch, es un psicólogo acreditado y autor deEmotional First Aid: Healing Rejection, Guilt, Failure, and Other Everyday Hurts.

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