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Verificado por Psychology Today

Política

Por qué algunas personas se vuelven extremistas en política

En la era de la posverdad, creeremos lo que sea que haga eco con nosotros.

Annie Sprat / Unsplash
Annie Sprat / Unsplash

Dondequiera que te encuentres en el espectro político, es probable que tengas opiniones firmes sobre los asuntos que te importan. También puedes tener un sentido de lealtad y devoción hacia tu grupo político, ya sea un partido, un movimiento o un líder.

La política es, y siempre ha sido, divisiva. Pero con las redes sociales, las cosas parecen ir de mal en peor.

De hecho, un estudio realizado por el Pew Research Center reveló que más del 50 por ciento de todos los adultos estadounidenses obtienen sus noticias a través de las redes sociales, que son conocidas por crear cámaras de eco y propagar información errónea y dañina. Para agravar el problema, las investigaciones han demostrado que las personas que piensan que no pueden dejarse engañar por la información errónea son las más propensas a creerlo.

Ésta es la receta para una sociedad basada en la posverdad, donde la verdad, los hechos y la realidad objetiva dependen de a quién le preguntes.

Observemos el ascenso del populismo de derecha en todo el mundo actualmente. Consideremos, por ejemplo, cómo Alemania está experimentando un resurgimiento neonazi, el popular partido político de extrema derecha español Vox está en desacuerdo con la comunidad LGBTQ, y el partido de extrema derecha Agrupación Nacional de Francia, liderado por Marine Le Pen (que está vehementemente en contra de la inmigración según sus creencias), está ganando cada vez más apoyo de los votantes. Estados Unidos también se encuentra atrincherado en una sociedad incierta e hiperpolarizada donde muchas personas que apoyaron a Donald Trump durante su presidencia continúan haciéndolo. El populismo también está ganando terreno en América Latina.

Con esto como contexto, tenemos dos preguntas que todo ciudadano comprometido debería hacerse:

  1. ¿Los conceptos de “mi verdad” y “tu verdad” han causado un daño irreversible a nuestra capacidad de ser objetivos en nuestras inclinaciones políticas?
  2. ¿Es posible tener opiniones polarizadas sobre cuestiones políticas y, como sociedad, aún así llevarnos bien?

Desafortunadamente, no hay respuestas fáciles. Pero hay un dato crucial que puede ayudarnos a comprender por qué los extremistas políticos a veces se aferran a creencias descabelladas a pesar de la evidencia de lo contrario. Tiene que ver, al menos en parte, con la necesidad de pertenecer.

La señalización de virtudes puede explicar la difusión de información errónea entre los extremistas políticos

Un estudio reciente publicado en el Journal of Experimental Psychology: General exploró, a través de una serie de tres experimentos, cómo los conservadores en España y Estados Unidos responden a la desinformación que se alinea con sus valores políticos.

En el primer experimento, a los conservadores españoles de extrema derecha o de centro derecha se les mostraron varias publicaciones en las redes sociales criticando al gobierno liberal. Estas publicaciones fueron diseñadas para apelar a sus valores sagrados conservadores o a sus valores no sagrados. Los valores sagrados son imperativos morales que la gente no está dispuesta a transigir, mientras que los valores no sagrados pueden sopesarse con otros valores y pueden estar sujetos a negociación o concesiones.

El experimento demostró que a pesar de las verificaciones de hechos y los empujones de precisión (como se vería en plataformas de redes sociales populares como Twitter o Instagram), las personas de extrema derecha tenían muchas más probabilidades, en comparación con las personas de centro derecha, de compartir información errónea flagrante. Esto era especialmente cierto si el puesto resonaba con sus valores sagrados y si su identidad personal estaba estrechamente relacionada con su ideología política.

Para el segundo experimento, los investigadores replicaron el experimento de las redes sociales en Estados Unidos, donde encontraron resultados similares entre los republicanos que apoyaban a Trump. De hecho, se descubrió que los republicanos que votaron por Trump (y se autoidentificaron como partidarios de Trump) no se dejaron intimidar por las verificaciones de datos de Twitter y estaban dispuestos a compartir la información errónea de todos modos. Esto nos dice que las verificaciones de datos en las redes sociales o la señalización de “noticias falsas” pueden no prevenir suficientemente la difusión de información errónea, especialmente cuando lleva asociada una agenda extremista.

Para comprender la actividad cerebral de los extremistas políticos que ven información errónea, los investigadores realizaron un tercer experimento con 36 participantes de España que apoyaban al partido político de extrema derecha Vox. Aquí, los investigadores repitieron el mismo procedimiento que en el primer y segundo experimento, pero esta vez realizaron una resonancia magnética funcional (fMRI) para observar los cambios en el cerebro de los participantes mientras se les pedía que decidieran si compartirían la publicación en redes sociales.

El experimento reveló que ciertas partes del cerebro, como la corteza frontal inferior bilateral y el precuneus, eran más activas en estos individuos cuando contemplaban compartir el puesto. Estas áreas del cerebro participan en hacerte sentir como si pertenecieras a un grupo social, comprender los estados emocionales de otras personas y responder a las señales sociales de maneras que se consideran socialmente apropiadas.

Hablando claramente, cuando estos individuos de extrema derecha deciden compartir información errónea, probablemente lo hacen porque lo ven como una forma de indicar a otros extremistas de ideas afines que pertenecen al mismo grupo social y político. Esta señal de necesidad de virtud es más fuerte cuando la información errónea que se les presenta está relacionada con valores que se consideran sagrados para su comunidad, lo que, en el caso de la extrema derecha, puede involucrar cuestiones como la inmigración, la religión o el nacionalismo.

Conclusión

Es clave comprender los factores emocionales y sociales detrás de la difusión de información errónea. La cuestión no se trata sólo de desacreditar la información falsa, sino que también implica abordar la necesidad de pertenencia social y afirmación de identidad de los extremistas. En un mundo dividido por “mi verdad” y “tu verdad”, la lucha por una alfabetización mediática crítica y un diálogo abierto puede tender puentes y potencialmente liberarnos de la prisión de nuestras creencias.

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
Mark Travers Ph.D.

El Dr. Mark Travers, es un psicólogo estadounidense con títulos de la Universidad de Cornell y la Universidad de Colorado Boulder.

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