Cómo podrían los padres volver narcisistas a sus hijos

¿Qué vuelve narcisistas a las personas? ¿Por qué nos enfrentamos a una aparente explosión de autoidentidad malsana, especialmente entre los jóvenes que sufren de mayor ansiedad e inseguridad que aquella con la que tenían que lidiar las generaciones anteriores, mientras que al mismo tiempo parecen desear y esperar un mundo mejor que en el que estamos viviendo? A pesar del título llamativo, no es mi intención culpar a los padres. Como se explica a continuación y en otras partes, las cuestiones intergeneracionales hacen que todos sean responsables, y sin nadie a quien culpar.

Narcisismo sano vs narcisismo patológico

El narcisismo en sí es un rasgo normal y saludable de la personalidad. ¿Cómo es posible disfrutar de un autocuidado sólido, una autoestima saludable, autocompasión o seguridad sin un narcisismo bien afinado? Ser capaz de formar buenas relaciones con los demás exige que cada persona involucrada necesite ser capaz de equilibrar sus propias necesidades con las necesidades de los demás.

Esto, también, requiere un narcisismo adaptativo, dejando de lado tanto la codependencia como la autosuficiencia extrema. Las parejas que carecen de narcisismo saludable caen en patrones repetitivos y dolorosos de intimidad fingida y ciclos de agresión destructiva. Sin un narcisismo seguro, la cordura de la relación está fuera de discusión.

Comprender el narcisismo patológico es una tarea enorme a medida que nuestra civilización se vuelve cada vez más compleja y fragmentada, impulsado por tecnologías potencialmente deshumanizadoras y aislantes que amenazan con reemplazar relaciones reales con simulaciones mientras que al mismo tiempo mantiene la promesa de nuevas formas de formar comunidades significativas que trascienden el espacio físico, incluso fomentando crecimiento durante la adversidad.

Cómo criar niños narcisistas

Con el fin de definir mejor el papel de la crianza de los hijos en el narcisismo patológico, las investigadoras Charlotte van Schie, Heidi Jarman, Elizabeth Huxley y Brin Grenyer (2020) realizaron un estudio para buscar los factores clave que en su hipótesis están involucrados, que no habían sido medidos previamente juntos en una muestra más grande.

En cuanto a las dimensiones que incluyen la sobreprotección ("crianza de helicóptero"), la sobrevaloración, la indulgencia y el maltrato, reclutaron a 328 participantes de edades comprendidas entre los 17 y los 25 años, la mayoría (77 por ciento) mujeres, y les pidieron que completaran una serie de medidas:

• Inventario de Narcisismo Patológico (PNI): Este instrumento distingue entre dos tipos de narcisismo, grandioso y vulnerable. Las tendencias grandiosas se reflejan en ítems que preguntan sobre la fantasía grandiosa, la explotación y la automejora abnegada. Tendencias vulnerables en la autoestima contingente, ocultar el yo, devaluar y la rabia de sentirse con derechos.
• El Instrumento de Vinculación Parental (PBI por sus siglas en inglés): El PBI pide a los participantes que miren hacia atrás sobre cómo fueron criados e informen sobre los recuerdos de aspectos clave de cómo los trataron sus padres. Hay tres subescalas: cuidado, sobreprotección y autoritarismo. El cuidado abarca desde actitudes cálidas a frías, empatía a falta de comprensión, y aceptación a rechazo.
• Protección excesiva: Usando una escala de seis ítems, los participantes estimaron cuán intrusivos eran los padres y hasta qué punto se esfuerzan demasiado para minimizar a menudo el riesgo normal.
• Autoritarismo: Esta escala de siete ítems se relaciona con cuán restrictivos son los padres versus cuánta libertad brindan, aproximándose a la indulgencia.
• Sobrevaloración de los padres: Los participantes recordaron el grado en que sus padres sobreestimaban los logros y daban elogios desproporcionados, estimados con una escala de cuatro ítems utilizada en investigaciones anteriores.
• Cuestionario de Trauma Infantil: Esta medida mide 5 dimensiones de la negligencia y el maltrato infantil: abuso emocional, negligencia emocional, abuso físico, negligencia física y abuso sexual.

Los datos se analizaron utilizando el Modelado de Ecuaciones Estructurales (SEM por sus siglas en inglés) para buscar correlaciones entre los diferentes factores que relacionan los factores maternos y paternos con el narcisismo vulnerable y grandioso.

La relación entre el narcisismo y factores de crianza

Source: Schie et al, 2020

Hallazgos

Si bien hubo diferencias entre las influencias reportadas por las madres y los padres, la sobreprotección fue un factor común tanto para el narcisismo vulnerable como para el grandioso, siendo iguales el resto de los factores. Como se sugiere en investigaciones anteriores, el trabajo actual da más credibilidad a la noción de que la sobreprotección por parte de los padres está asociada con el narcisismo en los niños adultos jóvenes. Además, si bien la crianza de los hijos por parte de los padres y las madres es importante, la contribución materna desempeña un papel más importante en promedio.

La sobrevaloración materna estaba particularmente correlacionada con el narcisismo grandioso. La sobrevaloración paterna, por otro lado, se asoció con un narcisismo grandioso solo cuando los participantes informaron padres menos cuidadosos y más indulgentes. Un mayor cuidado de los padres acompañado de límites más firmes parece proteger contra la influencia que promueve la grandiosidad de la sobrevaloración de los padres.

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Mientras que la indulgencia paterna estaba parcialmente asociada con el narcisismo grandioso, la indulgencia materna estaba asociada con el narcisismo vulnerable. El narcisismo vulnerable también estaba asociado con el abuso y el abandono maternos.

El abuso paterno y la negligencia no jugaron un papel importante en esta muestra, más allá del efecto protector de la paternidad cariñosa en la limitación de la grandiosidad, un hallazgo poco claro dado el importante papel del maltrato en el desarrollo. Puede ser que los factores paternos influyan en otros resultados de la personalidad, ya que el trauma infantil puede estar relacionado con otros problemas de personalidad además del narcisismo, en particular la Personalidad Limítrofe.

Otras consideraciones

Esta investigación destaca dos hallazgos principales: en primer lugar, la sobreprotección se asocia con narcisismo patológico, tanto grandioso como vulnerable. Segundo, que como con la investigación previa, la personalidad de la madre y la crianza de los hijos tienen un mayor impacto, en promedio, que el padre, aunque hay más en esta diferencia de género de lo que parece.

El efecto materno puede no ser inherente al vínculo madre-hijo y puede afectar más a quien sea el cuidador principal, independientemente del género. Las mujeres siguen siendo con mayor frecuencia las principales cuidadoras, a pesar de los cambios culturales, y el efecto de la socialización y las normas de género, y los factores conexos, también desempeñan un papel probable. Hasta ese punto, los padres menos "tradicionales", que trabajaban menos y pasaban más tiempo en la crianza de los hijos, tenían más probabilidades de ser sensibles durante el juego y disfrutar de matrimonios más íntimos (NICHD, 2000).

Asimismo, según un estudio de 2014, los padres que pasan más tiempo siendo padres muestran cambios en la actividad cerebral y endocrina, con cerebros masculinos y femeninos convergiendo en una "red neuronal de cuidado parental". Sin embargo, el comportamiento y la personalidad del cuidador primario, sobre los cuidadores secundarios, contribuye al desarrollo del narcisismo.

¿Demasiado seguro para estar seguros?

Se cree que la sobreprotección se interpone en el camino del desarrollo, lo que lleva a menos posibilidades de aprender del fracaso y desarrollar una piel gruesa, y al shock cuando se cambia de la familia de origen sobreprotectora al "mundo real", donde a la gente no siempre le importa un comino.

De hecho, la investigación previa sugiere que acomodarse a las ansiedades de los niños evita que los niños aprendan a lidiar con la angustia y la incertidumbre, factores que contribuyen a todo tipo de problemas de adultos.

Del mismo modo, la sobrevaloración y la indulgencia pueden socavar diversos avances en materia de adaptación. Obtener elogios sin haberlos ganado conduce a una visión sesgada del mundo, visiones inexactas de cómo se relacionan la recompensa y el esfuerzo, y una comprensión más pobre de cómo establecer límites y barreras en situaciones de adultos. Aprender estas habilidades en un dormitorio universitario sin la orientación adecuada puede agregar combustible al fuego.

El maltrato agrava el impacto del estilo de crianza en la personalidad, lo que lleva a mayores sentimientos de vulnerabilidad interpersonal. Este es especial y trágicamente el caso cuando el trauma proviene de los cuidadores primarios, agravando la inseguridad con la traición y la desconfianza. La adversidad también se puede transmitir de generación en generación, afectando la crianza de los hijos de manera negativa, por ejemplo, debilitando la función reflexiva, una habilidad mental clave requerida no solo para la crianza de los hijos sino también para la vida, como se muestra con madres traumatizadas.

Crianza de los hijos

Esta investigación sugiere lo que muchos ya recomiendan: criar a niños seguros con un sentido de resiliencia y la capacidad de navegar por una realidad compleja, cada vez más exigente y distractora requiere una combinación de bondad y firmeza, la capacidad de los padres para tolerar la ansiedad y la incertidumbre, lidiar con sus propios fantasmas en el camino, al tiempo que apoya la toma de riesgos apropiados y equilibra los elogios ganados con comentarios sinceros y útiles.

Tomar este enfoque en la crianza es complicado cuando otras familias, escuelas y la cultura en general promueven valores pronarcisistas de sobreprotección, sobrevaloración, indulgencia

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