Skip to main content

Verificado por Psychology Today

Resiliencia

Cómo mejorar tu suerte

Las personas con suerte parecen tener estos hábitos en común.

Los puntos clave

  • Hay grandes diferencias entre los que creen que tienen suerte y los que piensan que tienen mala suerte. 
  • Los pasos que puedes tomar para aumentar tu suerte incluyen ampliar tu círculo social y decir "sí" con más frecuencia.  
  • Las personas consideradas "afortunadas" pueden ser más resilientes en la vida. 

¿Tienes suerte?

Personalmente, siempre me he sentido afortunada. A lo largo de gran parte de mi vida, las puertas de la oportunidad se abrieron de par en par para mí.

Hasta que no lo hicieron.

Hubo muchas veces en que las puertas se cerraban de golpe, y me encontraba lidiando con la calamidad. ¿Se me acabó la suerte?

No estaba segura, pero cada vez que una puerta se cerraba, me fijaba en una ventana abierta. Y al ver una, la usaba como una salida alternativa para navegar un nuevo camino.

¿Algunas personas tienen suerte? ¿Hay otras plagadas de mala suerte? Decidí encontrar la respuesta.

La suerte a lo largo de los siglos

A lo largo de la historia, las personas se han aferrado a los tótems para la buena suerte. Los antiguos egipcios usaban escarabajos para la buena fortuna y colocaban amuletos en tumbas para acelerar el viaje a la siguiente vida.

Quién de nosotros no ha pedido un deseo a una estrella fugaz, buscado un trébol de cuatro hojas, tocado madera, o arrojado monedas en una fuente con la esperanza de que marcaría el comienzo de un buen destino. ¿No hemos pedido un deseo para el futuro mientras soplamos velas de cumpleaños? Mi familia serviría cerdo el día de Año Nuevo como un presagio de fortuna.

¿Y recuerdas la pata de conejo de la suerte que una vez colgaste en llaveros y espejos de automóviles? Innumerables culturas creían que el pie izquierdo del conejo estaba imbuido de poderes mágicos. Los aztecas adoraban al conejo y a su pata en particular. Los chinos asociaban a los conejos con la bendición de la fertilidad. Uno no puede evitar pensar en esta larga tradición y sentir simpatía por los pobres conejos que aparentemente no tuvieron suerte en absoluto.

El candidato presidencial republicano John McCain era conocido por sus rituales sagrados, por llevar una brújula de la suerte, una pluma de la suerte y un centavo de la suerte. El consultor demócrata James Carville era bien conocido por cortejar la fortuna política al usar la misma ropa interior durante muchos días a la vez. Competidores feroces ambos, ¿podría la suerte llover simultáneamente sobre McCain y Carville? ¿Cómo funcionaría?

La buena suerte y la mala suerte parecen ser creencias ferozmente sostenidas. Una encuesta de Gallup reveló que el 72% del público estadounidense admitió poseer al menos un amuleto de la buena suerte.

¿Qué es la suerte?

¿Existe la suerte? ¿Dónde está la evidencia?

Por definición, la suerte es un capricho del azar. Se define como intangible, algo fuera del control personal.

Sin embargo, los científicos sociales lo ven de manera diferente. Ven la suerte como el resultado de acciones personales, una alquimia de apertura a nuevas experiencias y una inclinación por tomar riesgos.

Stephen Mark, un académico británico, descubrió que aquellos que se ven a sí mismos como afortunados tienden a comportarse de manera muy diferente a aquellos que ven sus vidas plagadas de malas oportunidades. Mark observó que las personas afortunadas tienen esto en común: cambian regularmente su rutina, varían su entorno y se mezclan con una amplia franja de personas. Determinó que esta actitud positiva y emprendedora da como resultado nuevas experiencias y el entusiasmo de aprovecharlas.

En resumen, encontró que cuanto más variada es la rutina, más encuentros con la suerte tendrá uno. Cuanto mayores sean las oportunidades a las que uno esté expuesto, mayor será el potencial de buenos resultados, lo que muchos ven como suerte.

Steve Jobs, el icónico fundador de Apple, dijo una vez: "cuanto más duro trabajo, más suerte tengo". Atribuyó su buena suerte a la confianza en su instinto, a la intuición. Pero en realidad, ¿su éxito dependía de la suerte, del trabajo duro o de algo más? Jobs tomó enormes apuestas personales, subrayando la teoría de Mark de que la gente afortunada toma riesgos. Jobs se desvió dramáticamente de una trayectoria profesional tradicional al abandonar la escuela y dedicarse a la caligrafía, no a la hoja de ruta común hacia el éxito.

Mejor conocido por sus estudios longitudinales de la buena y la mala suerte, el académico y autor Richard Wiseman, que por cierto comenzó su carrera como mago profesional, está de acuerdo en que la suerte, o la ausencia de ella, está determinada principalmente por hábitos medibles. Planteó la hipótesis de que las personas afortunadas tienen una tendencia a ser extrovertidas, y se invierten en una multitud de esfuerzos, por lo tanto, tienen un mayor potencial para obtener resultados positivos.

Mala suerte

¿Qué sabemos de la gente desafortunada? Tienden a estar más tensos y ansiosos que las personas afortunadas. Como resultado, su ansiedad puede hacer que sean menos capaces de ver oportunidades y, por lo tanto, menos capaces de aprovecharlas. Las personas desafortunadas pueden estar manifestando experiencias negativas involuntariamente al ver el mundo a través de un prisma negativo, como el personaje de dibujos animados Ziggy, que era mejor conocido por su actitud de "pobre de mí" y por estar constantemente decepcionado.

¿Qué sucede cuando las personas afortunadas encuentran mala suerte o malos resultados? Los psicólogos sociales observaron que las personas afortunadas tienden a ser optimistas que abordan la adversidad confiando en mecanismos de afrontamiento bien perfeccionados para navegar por cráteres y baches en el camino. Tienden a ver el vaso de la vida medio lleno, no medio vacío, y dan la bienvenida al fracaso como algo de lo que se puede extraer una mayor comprensión y crecimiento.

Wiseman informó sobre un ejercicio mental en el que se les decía a los participantes del estudio alguien les disparó durante un robo a un banco. Los optimistas, la gente afortunada con el vaso medio lleno, miraron el lado positivo y se consideraron afortunados de no haber sido asesinados. Por el contrario, los pesimistas (la gente desafortunada con el vaso medio vacío), se consideraron víctimas y desafortunados de haber recibido un disparo.

Los hábitos de las personas afortunadas

Wiseman estudió los principios de la suerte en un proyecto de investigación de 10 años que incluyó a 400 hombres y mujeres, de 18 a 84 años, que provenían de todos los ámbitos de la vida. Su estudio confirmó que las personas afortunadas tienen una mano poderosa en los resultados, en su propia buena fortuna. Aquí hay algunos hábitos de las personas afortunadas:

Están despiertas a la posibilidad. Las personas afortunadas son hábiles para crear y notar momentos de oportunidad.

Escuchan sus instintos. Las personas afortunadas confían en su intuición y actúan en consecuencia.

Hacen un mapa de sus deseos. Las personas afortunadas manifiestan un futuro positivo al crear profecías autocumplidas y abrazar activamente expectativas positivas.

Hacen limonada con limones. Las personas afortunadas adoptan una actitud resiliente que transforma la mala suerte en buena.

Tal vez no sea sorprendente que estos sean rasgos compartidos por aquellos que se consideran resilientes. Lo que las personas resilientes y afortunadas tienen en común es que ambas aceptan la adversidad. Cuando se enfrentan a una crisis o decepción, aprenden de la experiencia y recalibran su pensamiento para elegir un nuevo camino de esperanza. Se benefician de su desgracia.

Como dijo una vez el Dalai Lama XIV, "Recuerda que a veces no conseguir lo que quieres es un maravilloso golpe de suerte".

Cuatro pasos para mejorar tu "suerte"

Esto es lo que puedes hacer para intentar aumentar tu "suerte".

1. Di "¿por qué no yo?" Cuando la desgracia se te presente, no digas "por qué yo", sino "¿por qué no yo?" Acepta el fracaso como una lección de vida. Sabemos que las personas afortunadas tienden a emplear el pensamiento contrafáctico que suaviza una mala experiencia al reconocer que lo que sucedió podría haber sido peor.

2. Amplía tu círculo social. Toma la iniciativa y ponte en contacto con personas que no conoces. Haz nuevos amigos. Únete a un grupo de reunión. Sé voluntario en una campaña. Inicia una conversación con alguien en la tienda de comestibles. Introduce gente nueva en tu vida para exponerte a experiencias y puntos de vista alternativos.

3. Di que sí más a menudo. Acepta invitaciones fuera de tu nivel de comodidad. Dale la bienvenida al cambio. Ve de vacaciones a un lugar diferente. Prueba un deporte nuevo.

4. Sonríe. Es posible que te sorprendas al ver las puertas y ventanas que solo se abrirán con una sonrisa. La sonrisa es conocida por crear una cascada química de endorfinas que crean una mayor felicidad. Sonreír puede darle la bienvenida a nuevas personas a tu vida y aumentar la alegría y el optimismo.

Conclusión

Resulta que, después de todo, he tenido suerte.

¿Y tú? Puedes tenerla también. Como dijo Tennessee Williams, y como han demostrado los científicos sociales, todo se reduce a esto: "La suerte es creer que tienes suerte".

A version of this article originally appeared in Inglés.

publicidad
Acerca de
Gina Vild

Gina Vild, es coautora deTwo Most Important Days, How to Find Your Purpose y Live a Happier Healthier Life, fue Catedrática Asociada y Jefa de Comunicaciones en la Escuela de Medicina de Harvard.

Más de Gina Vild
Más de Psychology Today
Más de Gina Vild
Más de Psychology Today