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Terapia

Las raíces de la terapia de compras

Por qué compramos cuando estamos estresados.

Los puntos clave

  • La terapia de compras atiende necesidades emocionales, como lidiar con el estrés o recuperar el control.
  • La baja autoestima puede impulsar hábitos de compra, reforzando percepciones negativas propias.
  • Comprar para aumentar la autoestima puede ser contraproducente, ya que genera arrepentimiento.
  • Reconocer los detonadores emocionales y elegir tiendas más saludables puede generar una satisfacción duradera.

Como madre de un bebé de 16 meses, hay días en los que me encuentro navegando sin pensar por las redes sociales después del horario laboral, y me veo atraída por anuncios y clickbait que, francamente, ni siquiera sabía que quería. Lo siguiente que sé es que estoy agregando artículos a mi carrito, ninguno de los cuales realmente necesito. Es un ciclo demasiado familiar y plantea la pregunta: ¿por qué compramos para lidiar con el estrés y, lo que es más importante, realmente nos ayuda?

La frase “terapia de compras” ha entrado en nuestro vocabulario contemporáneo para referirse a una forma de comprar impulsada por necesidades emocionales, generalmente para lidiar con el estrés o los sentimientos negativos, o para recuperar una sensación de control. Si bien muchas personas ven la terapia de compras como una forma de aliviar el estrés o mejorar el estado de ánimo, veamos las investigaciones recientes para obtener una comprensión más matizada de sus efectos.

¿Por qué compramos para lidiar con emociones?

La terapia de compras no consiste únicamente en comprar cosas; a menudo, también responde a necesidades emocionales más profundas. Por ejemplo, las personas con baja autoestima pueden comprar artículos que se alinean con su autoimagen negativa, una conducta conocida como consumo autoverificador. Mientras tanto, las personas con mayor autoestima tienden a comprar para sentirse mejor consigo mismas, especialmente cuando se sienten deprimidas o bajo presión. Lo interesante es que nuestros hábitos de compra pueden variar significativamente según cómo nos veamos a nosotros mismos.

Las compras compensatorias, cuando compramos cosas para llenar un vacío emocional, son especialmente comunes durante épocas estresantes. Se ha descubierto que las personas que valoran mucho las posesiones materiales o tienen problemas con la autocompasión son más propensas a comprar como una forma de afrontar la situación. Sin embargo, esta conducta puede acabar haciéndolas menos felices con el tiempo, ya que no aborda los problemas emocionales más profundos que se esconden detrás de su necesidad de realizar compras. Esto podría explicar por qué, cuando me siento particularmente agotada, me siento atraída por compras seguras y familiares que no me desafían, como ir en busca de una taza de Jigglypuff que se exhibe en mi supermercado local.

Cuando fracasa la terapia de compras

Aunque ir de compras puede ser un estímulo a corto plazo, a veces puede resultar contraproducente. Las investigaciones demuestran que cuando las personas compran para compensar un golpe a su autoestima, suelen acabar arrepintiéndose de sus compras. Esto es especialmente cierto cuando la compra está vinculada al problema original (por ejemplo, comprar algo para sentirse más inteligente después de sentirse inadecuado en el trabajo). Hace poco, después de recibir una revisión arriesgada de una revista académica, pasé horas buscando lentes de diseño para trabajar en el ordenador y tabletas de tinta electrónica demasiado caras, convencida de que eran la clave para resolver mis problemas académicos. Pero en lugar de aliviar mi estrés, me hizo pensar más en el problema y ni siquiera estaba satisfecha con la compra. Curiosamente, cuando las personas compran algo que no está relacionado con su estrés (como comprar ropa nueva después de un duro día de trabajo), hay menos arrepentimiento. Esto demuestra lo importante que es entender qué es lo que realmente nos impulsa a comprar.

El surgimiento de la terapia de compras en línea

La pandemia de COVID-19 puso de relieve un aumento de lo que algunos investigadores denominan consumo de venganza: la gente recurrió a los bienes de lujo para recuperar la sensación de control sobre sus vidas, lo que dio un impulso temporal a su autoestima y bienestar. Del mismo modo, las compras en línea también se dispararon, ya que la gente utilizó la terapia de compras para hacer frente al aislamiento y la ansiedad de los confinamientos. Las investigaciones muestran que este tipo de compras suele estar impulsada por la necesidad de sentir que tiene el control durante un momento de crisis. Mientras que algunos encontraron consuelo y alivio temporal al comprar cosas, otros se arrepintieron más tarde, especialmente si se dieron cuenta de que sus compras habían sido motivadas más por el estrés que por una necesidad real.

¿Qué podemos aprender?

Lo que queda claro de todo esto es que, si bien la terapia de compras puede ofrecer un alivio temporal, no aborda los problemas emocionales subyacentes que nos llevan a comprar en primer lugar. El consumo compensatorio puede hacer que nos sintamos aún más insatisfechos a largo plazo, especialmente si nuestras compras están vinculadas al estrés o a una baja autoestima.

Reconocer estos patrones es el primer paso para hacer un cambio. En lugar de recurrir a las compras, podemos buscar formas más saludables de afrontarlas. Las investigaciones muestran que actividades como los pasatiempos, el ejercicio o los proyectos creativos pueden mejorar el bienestar de manera más eficaz que la terapia de compras. Por lo tanto, en lugar de gastar de más, intentemos comprender qué es lo que realmente nos impulsa a comprar y reflexionar sobre nuestros comportamientos. Esto puede ayudarnos a elegir formas más sostenibles de mejorar nuestro estado de ánimo y cuidar nuestra salud mental.

Te animo a que te tomes un momento y reflexiones sobre tus propios hábitos de compra. ¿Son una respuesta al estrés? Si es así, ¿qué necesidades emocionales estás tratando de satisfacer? El primer paso es la conciencia. A continuación, considera adoptar un pequeño hábito que pueda ayudar, ya sea hacer una pausa antes de realizar una compra o canalizar esa energía en algo que alimente tu bienestar.

No te aísles

Como madre primeriza, el agotamiento que supone equilibrar la crianza, el trabajo y la vida cotidiana me lleva a menudo a momentos en los que recurro a las compras como una solución rápida. Lo siento como una recompensa, un pequeño detalle solo para mí, después de un largo día de cuidar a los demás. Pero esta experiencia no es exclusiva de mí. Ya seamos padres, profesionales ocupados o personas que lidian con el estrés personal, todos buscamos formas de recuperar una sensación de control y comodidad cuando la vida se vuelve abrumadora. Ir de compras puede parecer una solución simple e inmediata, que ofrece un breve alivio emocional durante un momento difícil.

Sin embargo, la terapia de compras a menudo no aborda nuestras necesidades emocionales más profundas. Para muchos, no se trata solo de adquirir bienes materiales, sino de encontrar un momento de alivio en un mundo caótico. Sin embargo, la verdadera satisfacción proviene de reconocer estos desencadenantes emocionales y buscar formas más saludables y sostenibles de enfrentar los desafíos de la vida. Ya sea que seas una madre primeriza como yo, o simplemente alguien que se siente estresado o abrumado, reflexionar sobre por qué compras y encontrar estrategias alternativas puede conducir a una satisfacción más significativa y duradera.

Puedes encontrar un psicólogo cerca de ti en el Directorio de Psychology Today

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Alisa Minina Jeunemaitre Ph.D.

La Dra. Alisa Minina Jeunemaitre, es profesora asociada de marketing en la escuela de negocios Emlyon, Francia.

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