Los padres, y en particular las madres, a menudo esperan ser perfectos, lo que perjudica tanto su propia autoestima como el desarrollo de sus hijos. Existe una mejor manera de lograrlo.
Los padres, y en particular las madres, a menudo esperan ser perfectos, lo que perjudica tanto su propia autoestima como el desarrollo de sus hijos. Existe una mejor manera de lograrlo.