Relaciones
Un enfoque de 3 pasos para construir una relación segura
¿Quieres una relación a prueba de inseguridad? Así puedes desarrollar una.
9 de octubre de 2024 Revisado por Lybi Ma
El estilo de apego en relaciones se refiere a cómo formamos vínculos emocionales y nos conectamos con los demás, generalmente moldeados por experiencias tempranas con nuestros cuidadores. Estos patrones tienden a influir en todas las relaciones futuras.
Un estilo de apego inseguro se caracteriza por luchar con la conexión emocional, el miedo al rechazo y la tendencia a alejar a los demás para evitar la vulnerabilidad. En las relaciones románticas, estos patrones pueden conducir a ciclos de necesidad, abstinencia o comportamiento errático, lo que puede crear inestabilidad y angustia emocional.
Por el contrario, las personas con apego seguro suelen ser confiadas, abiertas a la cercanía emocional y pueden comunicar eficazmente sus necesidades y emociones. Tienden a tener una visión positiva de sí mismas y de sus parejas y se sienten cómodas dando y recibiendo amor y apoyo.
Luchar contra patrones románticos arraigados puede parecer una batalla cuesta arriba y, a menudo, requiere un compromiso firme con la autorreflexión, un esfuerzo constante y la voluntad de desafiar creencias profundamente arraigadas sobre las relaciones.
Un estudio de 2019 publicado en el Journal of Marital and Family Therapy entrevistó a participantes con antecedentes de inseguridad en el apego, descubrió que aquellos que habían desarrollado con éxito un estilo de apego más seguro tendían a seguir un camino similar de hacerse cargo de su propia curación.
Aquí hay tres pasos para crear un vínculo seguro con su pareja, según el estudio.
1. Ser intencional sobre las relaciones
Los participantes desarrollaron un apego seguro al hacer un esfuerzo deliberado y consciente para cambiar sus patrones de relación y ser conscientes de sus palabras y acciones con los demás. También mencionaron superar contratiempos, como volver a caer en viejos patrones.
"Pondría a prueba a mis amigos, ves cuánto puedes alejarlos antes de que simplemente huyan", explica una participante, describiendo un patrón que tuvo que romper.
Esta intencionalidad también significó abordar el apego de frente, aprender de sus errores y tomar decisiones coherentes alineadas con sus objetivos para tener conexiones más saludables.
Otro factor esencial fue la presencia de "figuras sustitutas de apego" personas que modelaron relaciones seguras y saludables en lugar de figuras en sus vidas que habían hecho lo contrario. Los sustitutos pueden ser mentores, amigos, cónyuges, psicólogos o incluso miembros de comunidades religiosas.
"Sabía que quería hacerlo de manera diferente. Busqué a personas que parecían estar bien", explica un participante.
Los participantes observaron e interactuaron con personas que demostraron comportamientos relacionales saludables, y pudieron reinventar cómo podría ser el apego seguro en sus propias vidas. Estas relaciones proporcionaron una hoja de ruta para un cambio positivo y reforzaron la idea de que las conexiones seguras son posibles.
"Desarrollar buenas amistades recíprocas en lugar de unilaterales me mostró que no todas las personas se sentían [inseguras]. Podría mirar ambas [relaciones positivas y negativas] y decir: 'Esta es mejor'", reconoce otro participante.
2. Remodelando tu autoestima
"Para que el cambio positivo dure, tenían que ocurrir cambios internos a nivel cognitivo, emocional y espiritual", sugieren los investigadores.
Para muchos participantes, este proceso implicó redefinir su identidad y su valor. Describieron dejar de lado la "mentalidad de víctima" que llevaban. Experiencias infantiles negativas de trauma, abuso o negligencia de los padres a menudo los llevaron a internalizar la creencia de que estaban condenados a sentirse siempre como víctimas impotentes.
"Varios describieron un tipo de derecho a actuar de cierta manera debido a las circunstancias en las que crecieron, por lo que ser humildes fue clave para desarrollar fuerza y resiliencia consistentes con un estilo de apego seguro. Cuando se responsabilizaron intencionalmente de sus acciones en las relaciones, sus interacciones con los demás mejoraron", explican los investigadores.
"Crecí con personas que culpaban, siempre culpaban a otra persona, [y] comencé a reconocer ese patrón en mí misma", dice una participante, destacando el papel esencial de la autorreflexión en su viaje.
Redefinir la identidad también implicó desafiar las dudas arraigadas sobre uno mismo y replantear las debilidades percibidas como fortalezas. Muchos participantes describieron darse cuenta de que sus autopercepciones negativas se basaban en creencias falsas. A medida que adoptaron un sentido más positivo de sí mismos, su autoestima mejoró y pudieron comenzar a abordar las relaciones desde un lugar de seguridad, en lugar de miedo.
"Una vez que descubrí que tengo valor aparte de los demás, es como si hubiera decidido que mi tiempo y energía son valiosos, así que los gastaré en personas que también me valoran", explica otro participante.
3. Creando activamente relaciones más saludables
Muchos participantes tuvieron que hacer las paces con su pasado y aprender a confiar nuevamente en el amor. Esto implicó abordar problemas no resueltos con sus padres u otros cuidadores tempranos. Los participantes trabajaron a través de los procesos de perdonarlos y superar los sentimientos de dolor, lo que permitió relaciones más sanas y equilibradas en el presente.
"Los participantes pudieron replantear los problemas de sus padres como inseguridades o identificar patrones familiares negativos en los que sus padres estaban atrapados, lo que resultó en no saber cómo ser una figura segura", explican los investigadores.
Con una nueva comprensión de las limitaciones de sus cuidadores, podrían ver estas relaciones a través de una lente más compasiva. Este cambio también les ayudó a darse cuenta de que tenían el poder de crear la vida que querían, en lugar de ser definidos por su educación.
Construir relaciones seguras también implica "salir al exterior" asumiendo riesgos gradualmente para generar confianza en nuevas relaciones. Para muchos, esto comenzó al unirse a comunidades, participar en experiencias compartidas y permitirse ser vulnerables y contar con el apoyo de otros. Esto requiere paciencia y esfuerzo intencional para superar la ansiedad y abrirse a la conexión.
"Una vez que [me di cuenta] de que mi madre no podía confiar en los demás, pero aún más no podía confiar en su propia opinión, me dije a mí mismo que no quería eso. Esa conciencia me ayudó a cambiarlo", explica un participante.
Crear una relación segura puede parecer desalentador, pero cada pequeño paso adelante se basa en el último, lo que lleva a un cambio positivo significativo. Al comprometerte con este proceso, sientas las bases para una seguridad emocional duradera, transformando tus relaciones con los demás, al tiempo que abrazas un profundo cuidado y respeto por ti mismo.
Una versión de esta publicación también aparece en Forbes.com.
A version of this article originally appeared in English.