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Verificado por Psychology Today

Felicidad

"La amabilidad es mi religión"

Fomentando la felicidad a través de la compasión en un mundo complejo.

Fuente: Imagen por reneebigelow de Pixabay
Fuente: Imagen por reneebigelow de Pixabay

¿Toda persona bondadosa es feliz? Si bien la bondad es una piedra angular del bienestar, la vida no siempre es un camino fácil. La ansiedad, la depresión y otros innumerables desafíos pueden empañar hasta el espíritu más brillante. Sin embargo, cuando le damos la vuelta a la pregunta, la respuesta se vuelve más clara: ¿puede alguien que se nutre de la crueldad, que busca deliberadamente herir a los demás, encontrar verdaderamente la felicidad? En mi experiencia como psicólogo clínico, la respuesta es un rotundo no.

A lo largo de tres décadas, he tenido el privilegio de trabajar con miles de personas. Un hilo conductor que he observado es la sorprendente severidad con la que nos juzgamos a nosotros mismos. A menudo conocemos la historia completa detrás de nuestras acciones, la intrincada red de pensamientos, emociones y experiencias que nos llevaron a una elección particular. Si bien esta autoconciencia puede ser un catalizador para el crecimiento, también tiene un lado oscuro. Puede magnificar nuestro crítico interno, lo que conduce a un ciclo de culpa y negatividad.

El espejo de las redes sociales: cómo respondemos a la amabilidad y la crueldad

Las reacciones que vemos en las redes sociales ofrecen una ventana fascinante a nuestros valores colectivos. Los videos que muestran actos de crueldad encienden una tormenta de indignación y condena. Por el contrario, las muestras de compasión, ya sea un extraño que ayuda a alguien necesitado o un conmovedor rescate de animales, evocan una efusión de elogios y admiración. Es un duro recordatorio de que estamos programados para la conexión, para celebrar el amor y rechazar el odio.

Pero, ¿cómo se traduce esto en nuestra vida personal, más allá de los confines de nuestras pantallas? La respuesta está en las formas sutiles pero profundas en que la amabilidad y la crueldad moldean nuestro bienestar.

El costo de la crueldad en nuestras almas

Cuando actuamos con crueldad, sabiendo en el fondo que detestamos ese comportamiento en los demás, inevitablemente nos infligimos ese mismo juicio. Nos convertimos en nuestros propios críticos más severos, atrapados en un ciclo de autodesprecio. Si alguna vez le has hablado con dureza a tu hijo o has arremetido contra un ser querido y luego has repetido la escena en tu mente con arrepentimiento, comprenderás el peso de esta agitación interior.

Aquellos que eligen constantemente la crueldad como su modus operandi no pueden encontrar la felicidad duradera. La carga de sus acciones, sumada a la desaprobación de los demás, crea una barrera infranqueable para la alegría. Sus corazones se endurecen y sus mentes se consumen por la negatividad.

El poder curativo de la compasión

Por otro lado, los actos de bondad tienen un notable efecto dominó. No solo elevan el ánimo de quienes los reciben, sino que también nutren nuestras propias almas. Cuando mostramos compasión hacia los demás, reforzamos una autoimagen positiva y reconocemos la capacidad que tenemos para hacer el bien. Esto no borra mágicamente las dificultades de la vida, pero sí allana el camino hacia una mayor felicidad.

Piensa en la persona más amable que conozcas. ¿Su presencia evoca sentimientos de calidez y admiración? Ese es el poder magnético de la compasión. Si hacemos un esfuerzo consciente por encarnar esa bondad, extendiéndola tanto a nosotros mismos como a los demás, creamos una relación más amorosa y tolerante con quienes somos.

Abrazar la bondad como práctica espiritual

Entonces, ¿cómo cultivamos esta importantísima virtud? Propongo considerar la amabilidad como una práctica espiritual, similar a una religión. Independientemente de tus creencias personales, ya seas un cristiano devoto, un budista practicante o un humanista secular, acepta la amabilidad como un valor fundamental, algo que practiques intencionalmente todos los días. Busca oportunidades para ser amable. Ofrece tu tiempo para un voluntariado, ofrece apoyo a quienes lo necesitan o simplemente participa en conversaciones significativas con otras personas. Incluso los gestos aparentemente pequeños, como una sonrisa genuina o un cumplido sincero, pueden tener un profundo impacto en el día de alguien... y en el tuyo.

Un nuevo amanecer para la compasión

Si te has desviado del camino de la bondad, recuerda que cada día es un nuevo comienzo. No importa qué errores hayas cometido en el pasado, puedes elegir la compasión ahora. Puede ser un desafío, especialmente si la vida te ha dado sorpresas, pero la bondad siempre está a tu alcance.

Incluso cuando te enfrentas a la adversidad, tienes el poder de responder con silencio en lugar de ira, con comprensión en lugar de juicio. Al hacer de la bondad una prioridad, no solo contribuyes a un mundo más compasivo, sino que también abres la puerta a una mayor paz y felicidad dentro de ti.

El viaje continúa

Que todos nos esforcemos por cultivar la bondad en nuestros corazones, extendiéndola a los demás y a nosotros mismos. Al adoptar la compasión como una forma de vida, accedemos a una fuente de alegría, sanación y conexión. El camino puede no ser siempre fácil, pero las recompensas son inmensurables. Recuerda, la bondad no es solo una emoción pasajera; es una elección consciente, una práctica de toda la vida que tiene el poder de transformar nuestras vidas y el mundo que nos rodea.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Robert Puff Ph.D.

El Dr. Robert Puff, es conductor y productor del Happiness Podcast, con más de 13 millones de descargas.

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