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Verificado por Psychology Today

Ansiedad

¿En verdad sientes lo que crees que estás sintiendo?

La ansiedad por los sentimientos puede enmascarar lo que realmente sentimos.

Los puntos clave

  • Una emoción primaria es cómo nos hace sentir realmente una situación.
  • Una emoción secundaria es una reacción a una emoción primaria porque el sentimiento primario es incómodo.
  • Es fundamental abordar la ansiedad para que podamos abordar adecuadamente nuestra experiencia.
  • Existen varias estrategias para abordar la ansiedad por los sentimientos.

Cuando tenemos sentimientos, a menudo pensamos en ellos simplemente como emociones que tenemos: me siento enojado, entonces estoy enojado. Me siento ansiosa, entonces debo estar ansiosa. Sin embargo, lo que sentimos a veces no es tan simple: los sentimientos que tenemos pueden ser primarios o secundarios, y esa diferencia es importante.

Una emoción primaria es cómo nos hace sentir realmente una situación, alguien dice algo desagradable y nos sentimos heridos o tristes. Una emoción secundaria es un sentimiento que tenemos como reacción a una emoción primaria porque el sentimiento primario es incómodo. Por ejemplo, comúnmente cuando las personas se sienten heridas no son conscientes de que se sienten heridas porque la emoción secundaria de la ira se activa rápidamente, por lo que se sienten enojadas. Esto se debe a que sentirse herido es vulnerable, y la vulnerabilidad a menudo puede resultar aterradora o insegura debido a la situación o a nuestra historia pasada. En lugar de quedarte con el sentimiento de dolor, aparecerá la emoción secundaria de la ira. En cambio, la ventaja de sentir ira es sentir más poder y seguridad. La desventaja es que los sentimientos originales, el dolor, a menudo terminan sin abordarse.

Samantha Stein
Fuente: Samantha Stein

Otra emoción secundaria común es la ansiedad. Por supuesto, podemos sentir la ansiedad como algo primario: estamos nerviosos por un evento próximo o temerosos de algo peligroso. Pero a menudo es secundario: nos sentimos enojados, tristes, heridos, avergonzados, celosos o decepcionados, pero esos sentimientos son demasiado incómodos, demasiado vulnerables o demasiado difíciles de expresar, por lo que en lugar de eso nos sentimos ansiosos. Nuevamente, teóricamente la ansiedad nos protege de sentimientos más complicados o dolorosos, pero nos distancia de la verdadera emoción que evoca la situación.

Las emociones secundarias son, en esencia, un reflejo de tener ansiedad por sentir sentimientos. Tenemos esta ansiedad acerca de nuestras emociones porque estábamos en situaciones en las que no es, o era, inseguro sentirlas. Sin embargo, es necesario abordar esta ansiedad; para saber lo que realmente sentimos, debemos abordar la ansiedad por los sentimientos.

Algunas formas de reducir la ansiedad por los sentimientos son:

  • Habla con alguien. Conectar con un psicólogo, un grupo de apoyo, amigos o familiares sobre cómo nos sentimos puede ayudarnos a identificar los sentimientos primarios, así como a reducir la vergüenza y aumentar la comodidad con esos sentimientos y nuestra autoestima.
  • Aprende de asertividad. Aprender técnicas para aumentar la asertividad y practicarlas puede ayudar a reducir la ansiedad asociada con el miedo en torno a las emociones vulnerables.
  • Mantén un diario. Llevar un diario puede ayudarnos a llegar a las emociones primarias y a procesar nuestros sentimientos. Luego podremos volver a ellos más tarde, cuando nos sintamos más tranquilos y centrados.
  • Practica técnicas de relajación. Técnicas como la meditación trascendental, los ejercicios de respiración, la relajación muscular y el yoga pueden ayudarnos a relajarnos, liberar el estrés y permitir que nuestros sentimientos nos parezcan más naturales.
  • Haz ejercicio. Actividades como caminar, correr, nadar o andar en bicicleta pueden ayudarnos a relajarnos y reducir la ansiedad. Los ajustes en la dieta también pueden reducir la ansiedad, como aumentar el consumo de frutas y verduras y disminuir la cafeína y el azúcar.
  • Duerme lo suficiente. Dormir o descansar bien puede ayudarnos a sentirnos menos estresados ​​y darnos una nueva perspectiva de la situación.
  • Pasa tiempo en la naturaleza. Las investigaciones muestran que pasar tiempo en la naturaleza promueve sentimientos de bienestar y gratitud, lo que a su vez reduce la ansiedad.
  • Desafía tus pensamientos. Cuando sientas ira o ansiedad, permítete dudar de esos sentimientos y preguntarte si otros sentimientos pueden ser más vulnerables o complejos.

Las emociones secundarias, como la ansiedad y la ira, a menudo son más cómodas que las emociones primarias que una situación evoca en nosotros y son un reflejo de nuestra incomodidad con esas emociones primarias. Si bien es comprensible saltar a sentimientos secundarios, puede nublar nuestra capacidad para identificar lo que estamos sintiendo. Disminuir nuestra ansiedad sobre nuestros sentimientos puede ayudarnos a sentirnos cada vez más cómodos con ellos y permitirnos luego responder de manera óptima a nosotros mismos y a los demás, que es en última instancia lo que necesitamos.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Samantha Stein Psy.D.

La doctora Samantha Stein, es psicóloga con práctica privada en San Francisco. Trabaja con parejas e individuos, especializándose en intimidad, sexualidad y autorrealización.

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