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Verificado por Psychology Today

Trastorno bipolar

El regreso al litio, el primer medicamento milagroso de la psiquiatría

Uno de los medicamentos más antiguos de la psiquiatría, el litio, podría estar haciendo su retorno triunfal.

Por mucho tiempo el litio ha sido descrito como “la penicilina de la psiquiatría” y el “estándar de oro” en el tratamiento del trastorno bipolar, aún así, su uso en Estados Unidos se ha ido reduciendo durante los últimos 25 años. Una rápida búsqueda en la literatura sobre la terapia con litio revela una multitud de artículos recientes sobre su eficacia superior en el tratamiento del trastorno del humor y su infrautilización en favor de otros agentes más nuevos (por ejemplo, véase Rybakowski, 2018).

James Heilman, M.D., used with permission
Lithium's underutilization is now widely recognized in academic psychiatry.
Fuente: James Heilman, M.D., used with permission

Ahora, un nuevo ensayo publicado en el Diario de psiquiatría de Australia y Nueva Zelanda concluye que “en la práctica, el litio debería prescribirse a todos [énfasis añadido* los pacientes con trastorno bipolar a menos de que exista una razón específica por la que una alternativa sea preferible o más adecuada (Malhi et al., 2020).

La historia del litio comienza en el imperio romano cuando los médicos enviaban a sus pacientes nerviosos y temperamentales a bañarse en manantiales particulares al sur y este de Europa. Sabemos que estos manantiales particulares contienen la concentración más alta de sales de litio de cualquier parte de Europa (véase Fieve, 1975 para una descripción excelente). El medicamento fue (re)descubierto en tiempos modernos por el psiquiatra australiano John Cade en 1948. Con el trabajo pionero de Cade, el litio dio inicio a una nueva era en la psiquiatría: la revolución psicofarmacológica. Su descubrimiento precede a los descubrimientos de los primeros agentes antipsicóticos y antidepresivos que ocurrirían unos años después.

Aún así, el litio se aprobó en Estados Unidos hasta 1970, 22 años después de su descubrimiento por parte de Cade, principalmente porque no había ningún incentivo por parte de las compañías farmaceúticas para invertir en el medicamento. Como una sal de origen natural (listado en la tabla periódica de los elementos), el litio nunca podría ser patentado, y nunca sería una mina de oro para las compañías de medicamentos.

Se desarrolló una especie de “mundo clandestino” alrededor del litio en Estados Unidos conforme los psiquiatras empezaron a percibir el medicamento en los años sesenta sin aprobación por parte de la FDA. Ronald Fieve, quien se convirtió en el principal defensor del litio y el iniciador del concepto del trastorno bipolar II, ayudó a establecer la primera clínica de litio en Estados Unidos en la Universidad de Columbia en 1966.

Los psiquiatras entrenados entre 1970 y 1990 estuvieron muy familiarizados con la administración del litio, y las clínicas de litio proliferaron en todo el país alrededor de esta época. A finales de los noventa, la popularidad del litio empezó a decaer, un historiador psiquiátrico nota que los residentes entrenados durante este periodo y posteriormente estaban generalmente “mal guiados sobre el uso del litio y se sentían incómodos de usarlo en su práctica” (Shorter, 2009, p. 6). De manera anecdótica, he visto a un paciente bipolar probar 12 psicotrópicos diferentes antes de que se le ordenara una prueba de litio, que finalmente estabilizó los cambios de humor cada vez más severos del paciente.

La poca utilización del litio parece ser un problema exclusivamente estadounidense, ya que su uso en muchos países europeos sigue siendo alto (Post, 2017). La causa podría ser una preocupación generalizada sobre los efectos secundarios de la terapia con litio incluyendo la toxicidad del litio, que ocurre cuando la dosis es demasiado alta o se toma en sobredosis. Sin embargo, como nota Rybakowski (2018), los efectos secundarios del litio suelen ser sobreestimados por los médicos y la seguridad a largo plazo del medicamento en dosis apropiadas está bien establecido. Años de campañas en contra del litio por parte de las compañías farmacéuticas han contribuido a estas percepciones negativas alrededor del tratamiento con litio.

Afortunadamente, ahora parece haber un consenso generalizado en la psiquiatría académica sobre que el litio, reconocido desde hace mucho como el agente estabilizador de humor más efectivo, está infrautilizado y que esto representa un problema grande en el tratamiento del trastorno bipolar. El “medicamento huérfano” de la psiquiatría, por tanto tiempo olvidado por todas las compañías farmacéuticas importantes, podría estar haciendo su retorno triunfal.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Mark L. Ruffalo M.S.W., D.Psa.

Mark L. Ruffalo, Doctor en Estudios Psicoanalíticos, Trabajador Social Clínico Acreditado, es insturctor de Psiquiatría en la Universidad de Florida Central en el Colegio de Medicina e Instructor adjunto de Psiquiatría en la Escuela de Medicina en Tufts University .

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