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Verificado por Psychology Today

Salud

Cómo entrenar a tu cerebro para tolerar el dolor

Cómo alivian el dolor los efectos placebo.

Coescrito por la neuroplasticista, oradora y autora Jasmine Benson.

Imagínate que tomas una pastilla de azúcar, creyendo que es un analgésico potente, y el dolor disminuye. ¿Es todo una cuestión de imaginación o hay una base neurológica más profunda para este fenómeno? El intrigante ámbito de los efectos placebo, en el que la creencia en sí misma puede conducir a mejoras reales en la salud, plantea preguntas profundas sobre cómo procesa nuestro cerebro el dolor y cómo le damos “valor” a la experiencia.

El efecto placebo es un ejemplo fascinante de cómo las expectativas de nuestro cerebro pueden alterar significativamente nuestra salud física y mental. Contrariamente a lo que uno podría pensar, la mejora de la salud a partir de un placebo no consiste en engañar al cerebro para que no sienta dolor, sino en involucrar a los sistemas cerebrales asociados con el valor y la motivación. Esta distinción es crucial, ya que cambia la forma en que abordamos el manejo y el tratamiento del dolor.

La ciencia detrás de la magia

La percepción del dolor es en gran medida un proceso descendente, en el que las regiones cerebrales de nivel superior combinan información sensorial y emocional para predecir el dolor. El efecto placebo, en el que la salud mejora después de tomar un tratamiento inerte, pone de relieve este proceso.

La investigación de Botvinik-Nezer (2020) en Nature utilizó fMRI para estudiar cómo cambia la actividad del cerebro con tratamientos placebo. Los avances en neuroplasticidad muestran que la creencia en un placebo puede alterar significativamente la percepción del dolor al activar vías neuronales vinculadas al valor y la motivación. Esto revela cómo la creencia y la percepción pueden remodelar las respuestas físicas y tienen implicaciones más amplias.

Una historia de exploración y descubrimiento

En uno de los estudios más completos realizados hasta la fecha, 395 participantes participaron en un experimento intrigante. Recibieron dos cremas en dedos diferentes: una crema de control sin efectos y la otra presentada como un medicamento para aliviar el dolor, aunque era un placebo. Para amplificar el efecto placebo, los investigadores utilizaron paradigmas de condicionamiento en los que los participantes fueron expuestos a diversos estímulos térmicos. Sin que ellos lo supieran, la intensidad fue menor en el dedo tratado con placebo.

Luego, los participantes fueron sometidos a pruebas de dolor térmico y mecánico mientras se monitoreaba su actividad cerebral. Calificaron la intensidad y lo desagradable de los estímulos de dolor. Los investigadores se centraron en dos firmas cerebrales específicas: la Firma Neurológica del Dolor (FND), asociada con la percepción sensorial inicial del dolor, y la Firma Independiente de la Intensidad del Estímulo del Dolor (FIIED), vinculada con el procesamiento del dolor de orden superior basado en valores (Wager et al., 2004).

Los participantes informaron menos dolor en la condición de placebo en comparación con el control. La puntuación FND, que refleja la percepción inmediata del dolor, aumentó con la intensidad del estímulo, pero no mostró un efecto placebo significativo. Sin embargo, la puntuación FIIED, que representa el procesamiento del dolor de orden superior, fue significativamente menor en la condición placebo tanto para el dolor térmico como para el mecánico. Esto indica que el efecto placebo está mediado por los sistemas cerebrales involucrados en el valor y la motivación, no solo la experiencia sensorial cruda del dolor.

Además, el estudio encontró que el efecto placebo se transfirió a las modalidades de dolor no condicionado. Los participantes experimentaron menos dolor mecánico, aunque solo el dolor térmico estaba condicionado. Esto sugiere que el sistema de valoración del cerebro puede generalizar el efecto placebo a diferentes tipos de dolor.

Cambio empoderador

El tratamiento tradicional del dolor suele basarse en fármacos y protocolos rígidos que pueden no abordar por completo la complejidad del dolor y la función cerebral. La aceptación del efecto placebo marca un cambio hacia la integración de la creencia y la función cerebral en el tratamiento. A diferencia de los métodos convencionales, que pueden pasar por alto estos factores, la comprensión del efecto placebo promueve un enfoque más integral que incluye aspectos psicológicos y fisiológicos.

Este enfoque permite a los pacientes participar en su propia recuperación a través de la creencia y la expectativa, fomentando una mentalidad positiva y una participación activa en el tratamiento. Al reconocer el impacto del estado mental en la recuperación, los pacientes pueden mejorar los resultados y alinearse con una filosofía más amplia de participación y propiedad tanto en la atención médica como en el desarrollo personal.

Este estudio fue innovador porque utilizó un tamaño de muestra grande y dos firmas cerebrales bien validadas para explorar la analgesia placebo. Subraya el potencial de apuntar a procesos cognitivos de nivel superior en el tratamiento del dolor. Al comprender que los efectos placebo involucran regiones cerebrales asociadas con el valor y la motivación, los proveedores de atención médica pueden desarrollar tratamientos más efectivos que aprovechen estos mecanismos.

Consideremos a Sara, una paciente con dolor crónico que probó numerosos tratamientos sin éxito. Cuando participó en un ensayo clínico con placebo, se mostró escéptica. Sin embargo, a medida que pasaban las semanas, notó una reducción significativa del dolor. La experiencia de Sara no fue solo un producto de su imaginación. Su cerebro había activado sistemas de orden superior que reevaluaron su dolor, disminuyendo su impacto.

Ampliando horizontes: efectos placebo en el liderazgo y más allá

El efecto placebo ofrece información valiosa para el liderazgo organizacional. Al comprender los mecanismos del placebo, los líderes pueden fomentar entornos en los que la creencia y la motivación impulsan el rendimiento, mejorando el compromiso y la productividad de los empleados.

Esto resalta la necesidad de prácticas de gestión más centradas en el ser humano que se alinean con la dinámica laboral en evolución. Las organizaciones deben reinventar sus estructuras y cultura para evitar el dolor social y ayudar a los empleados a prosperar. La aplicación de modelos placebo en corporaciones muestra que fomentar la creencia y el compromiso puede mejorar significativamente los resultados, como lo respaldan Eisenberger y Rhoades (2002).

El camino delante

Los hallazgos de Botvinik-Nezer y su equipo, mencionados anteriormente, abren el camino para futuras investigaciones sobre cómo podemos aprovechar el poder del efecto placebo de manera más efectiva. Como expresó Rotem Botvinik-Nezer, el primer autor, este estudio representa un avance significativo en la investigación sobre placebo, hecho posible gracias a años de meticulosa recopilación de datos y a los esfuerzos de muchos investigadores dedicados, y puede aplicarse de manera más amplia.

¿Por qué te importa esto?

¿Cómo podría la comprensión del efecto placebo cambiar tu propia forma de abordar el dolor y el tratamiento? Los conocimientos sobre cómo nuestro cerebro procesa el valor y la motivación revelan el potencial de revolucionar el manejo del dolor y mejorar el bienestar. El poder de la creencia está profundamente arraigado en nuestras vías neuronales y abre nuevas posibilidades para la recuperación, la salud, el cambio, el liderazgo y el desempeño humano (Botvinik-Nezer et al., 2020).

¿Qué piensas sobre la integración de los efectos placebo en los tratamientos cotidianos? ¿Podría esta comprensión reformular nuestra forma de abordar el dolor y otras afecciones? Tus perspectivas podrían ser clave para liberar todo el potencial de la conexión mente-cuerpo.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Justin James Kennedy, Ph.D., D.Prof.

El Dr. Justin James Kennedy, es profesor de neurociencia aplicada y comportamiendo organizacioneal en la UGSM-Monarch Business School en Suiza y autor de Brain Re-Boot.

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