Apego
Cómo empieza el autodesprecio y por qué es difícil detenerlo
Comprendiendo los problemas de imagen corporal desde una perspectiva de apego.
26 de marzo de 2024 Revisado por Tyler Woods
Los puntos clave
- Tu instinto de proteger tu relación de apego con un padre o madre puede estar en la raíz de tu odio hacia ti.
- La ira que sentimos por figuras de apego dirigida hacia adentro se manifiesta como odio hacia nuestro cuerpo
- Encontrar un terapeuta experimentado que se especialice en trauma infantil y abuso narcisista puede ayudar.
La vergüenza y el desdén que sientes por tu cuerpo es doloroso, y cambiar esta percepción puede ser difícil. Requiere más que simplemente decidir amarte. Los orígenes del odio al cuerpo pueden estar enraizados en la infancia y potenciados por relaciones adultas disfuncionales. Con suerte, este artículo te ayudará a explorar y reflexionar sobre estos conceptos en tu relación contigo.
Cuando eras bebé, viniste a este mundo programado neurológicamente para proteger tu relación de apego con tu cuidador. Durante los primeros tres meses de vida, sonreías, agarrabas, arraigabas e intencionalmente hacías contacto visual con tu cuidador. Incluso en el útero, estabas apegado al reconocer la voz y los movimientos de tu cuidadora. Los biólogos reconocieron por primera vez este proceso de apego natural con pichones que instantáneamente se improntaron en sus padres cuando nacieron. De manera similar, los bebés humanos están “programados” para vincularse con sus figuras de apego. Este instinto biológico fortalece las posibilidades de supervivencia de un bebé, ya que necesita la figura de apego para prosperar. A medida que el bebé crece, su necesidad de proteger la relación de apego puede seguir siendo fuerte.
Sin embargo, existe un dilema cuando tu figura de apego es narcisista. Un padre narcisista te descarta o lo avergüenza por expresar un sentimiento que no le gusta o que encuentra inconveniente. En tu infancia, es posible que hayas sofocado y asfixiado cualquier sentimiento u opinión que fuera incongruente con los de tus padres. Si fallaste en esto, fuiste reprendido, humillado o abandonado emocionalmente. Aprendiste a cerrar aspectos de ti mismo para evitar el abuso verbal, mientras simultáneamente apaciguabas, aplacabas y alimentabas el ego de tus padres.
El abuso emocional que soportaste puede haber provocado ira y animosidad por este padre o madre, y esto puede haber chocado con tu impulso innato de proteger tu relación de apego. Para amar a tu progenitor problemático, es posible que inconscientemente hayas vuelto hacia ti la ira y el enojo que sentías hacia él o ella. Esencialmente, tenías dos opciones: odiarle y perder tu mundo o amarle y odiarte a ti. La mayoría de los niños eligen este último.
Los sentimientos intensamente negativos que volviste hacia adentro pueden estar afectando tu sentido de ti y manifestándose en la percepción de tu cuerpo. La compulsión de castigar tu cuerpo hambriento, purgándolo y odiándolo puede haber tomado el control. Si te encuentras en esta situación, comprender las posibles razones del odio hacia ti puede ayudarte a liberarte eventualmente. También puede ser útil encontrar un terapeuta que tenga experiencia en trabajar con traumas infantiles.
Tal vez hayas conquistado problemas de imagen corporal en el pasado, pero estás experimentando un aumento repentino de la vergüenza con respecto a tu apariencia. Aunque puede haber múltiples razones para el aumento, una posibilidad puede ser la presencia de una persona en tu vida que no se sienta segura emocionalmente. Es humano sentirse atraído por lo familiar, especialmente en un sentido relacional o de apego. La compulsión de volver a dominar el trauma infantil al involucrarte con alguien que se relaciona como la figura escurridiza, pero brinda la esperanza de un final diferente, puede ser convincente. Sin embargo, el resultado suele ser el mismo.
Si estás luchando contra el odio hacia ti con respecto a tu apariencia física, puede ser necesario reflexionar sobre tus experiencias de la infancia para obtener una comprensión integral de las formas en que tu identidad puede haber sido afectada por un padre o madre narcisista. También puede ser esclarecedor saber que tus instintos de apego pueden haberse activado para que puedas continuar amando a tu padre o madre a pesar de las lesiones que sufrió tu sentido de ti. Este conocimiento puede motivarte a encontrar un buen psicólogo y a rodearte de personas que te apoyen y simpaticen de todo corazón.
Puedes encontrar a un psicólogo cerca de ti en el Directorio de Psychology Today
A version of this article originally appeared in English.