Atención Plena
3 Maneras comprobadas para dejar de sobrepensar y empezar a vivir
Libérate del parloteo mental y recupera tu paz mental.
6 de septiembre de 2024 Revisado por Lybi Ma
Los puntos clave
- Pensar demasiado es una trampa, pero es una de las que se puede escapar.
- El exceso de pensamiento suele estar motivado por preocupaciones sobre el pasado o el futuro.
- Una de las formas más eficaces de interrumpir este ciclo es tomar medidas inmediatas, por pequeñas que sean.
Pensar demasiado puede ser como una cinta de correr mental: por mucho esfuerzo que hagas, no llegarás a ninguna parte. Ese bucle interminable de pensamientos te quita el sueño por la noche, hace que las decisiones parezcan imposibles y te atrapa en un ciclo de preocupación y duda. Cuanto más piensas, menos pareces saber y, antes de que te des cuenta, el simple acto de pensar se ha convertido en una prisión de tu propia creación.
Pero aquí tienes la buena noticia: pensar demasiado es un hábito; como cualquier hábito, se puede romper. Imagina cómo sería la vida si pudieras liberar toda esa energía mental. Tendrías más tiempo, claridad y, lo más importante, paz. A continuación, se presentan tres estrategias poderosas para ayudarte a liberarte de las cadenas del pensamiento excesivo y comenzar a vivir la vida que mereces.
1. Limita el tiempo que inviertes en tomar decisiones
Uno de los principales culpables de pensar demasiado es el miedo a tomar la decisión equivocada. Una gran cantidad de opciones puede ser abrumadora, ya sea para elegir qué ponerte para un evento, decidir un cambio de carrera o elegir un destino de vacaciones. Esta parálisis por análisis a menudo conduce a horas, días o incluso semanas de indecisión.
Para contrarrestar esto, establece un límite de tiempo para tomar decisiones. Limítate a cinco minutos para decisiones pequeñas, como qué comer para la cena. Concédete un día o dos para decisiones más importantes, como si aceptas una oferta de trabajo. Al imponer un límite de tiempo, obligas a tu cerebro a centrarse en lo que realmente importa, lo que reduce el desorden mental que alimenta el pensamiento excesivo.
Además, recuerda que todas las decisiones son siempre erróneas. Cada elección tiene pros y contras, y al decidir dentro de un marco de tiempo establecido, reconoces que has sopesado tus opciones lo mejor que pudiste y es momento de seguir adelante.
2. Usa atención plena para mantener los pies en la tierra
El exceso de pensamiento suele estar motivado por preocupaciones sobre el pasado o el futuro. Puede que repitas viejas conversaciones, te preguntes si dijiste algo incorrecto o te preocupes por una presentación que debes dar la semana que viene. Este constante viaje mental en el tiempo te aleja del momento presente y aumenta tu estrés.
La atención plena es un poderoso antídoto contra el exceso de pensamiento porque te ancla en el aquí y ahora. Cuando te des cuenta de que estás pensando demasiado, haz una pausa y respira profundamente unas cuantas veces. Concéntrate en tu respiración, en la sensación de tus pies en el suelo o en los sonidos que te rodean. Estas sencillas prácticas te devuelven al presente y ayudan a interrumpir el ciclo del exceso de pensamiento.
Otra técnica de atención plena es observar tus pensamientos sin juzgarlos. Imagina cada pensamiento como una nube que se desplaza por el cielo. No tienes que perseguirlo ni analizarlo, simplemente déjalo pasar. Este enfoque te ayuda a desapegarte de tus pensamientos y evita que te estanques en ellos.
3. Actúa para romper el ciclo
Pensar demasiado suele llevar a la inacción, lo que a su vez conduce a pensar más, un círculo vicioso que puede ser difícil de romper. Una de las formas más eficaces de interrumpir este círculo es tomar medidas inmediatas, por pequeñas que sean.
Por ejemplo, si estás pensando demasiado en un correo electrónico que debes enviar, redáctalo y pulsa el botón de enviar. Si estás en un círculo vicioso sobre si debes comenzar un nuevo proyecto, da el primer paso, aunque sea solo crear un borrador. La acción genera impulso, y el impulso ayuda a calmar la mente que piensa demasiado.
La acción también genera confianza. Cuanto más actúes, más te darás cuenta de que puedes manejar lo que se te presente. Esta constatación puede reducir significativamente la necesidad de pensar demasiado, ya que aprendes a confiar en tu capacidad de adaptarte y responder en tiempo real.
Consideraciones finales
Pensar demasiado es una trampa, pero es una trampa de la que puedes escapar. Si limitas el tiempo que dedicas a tomar decisiones, practicas la atención plena y tomas acción, puedes liberarte del parloteo mental que te frena. La vida está sucediendo ahora mismo: no dejes que pensar demasiado te haga perderla.
A version of this article originally appeared in English.