¿Quién puede diagnosticar el autismo?

Los profesionales de la salud mental con experiencia en el trastorno del espectro autista pueden diagnosticar la afección. Estos profesionales incluyen psicólogos, pediatras, neurólogos y neuropsicólogos. Un pediatra puede referir a una familia a un especialista en TEA para una evaluación después de que se observen signos tempranos como evitar el contacto visual, no mostrar interés en otras personas y estar angustiado por los cambios en la rutina diaria. El autismo es un trastorno del neurodesarrollo con un componente genético, pero no se puede diagnosticar a partir de marcadores biológicos, por lo que la evaluación se basa principalmente en la historia y los comportamientos del individuo.

¿Cómo se diagnostica el autismo?

Una evaluación para el autismo se centrará en entrevistas con pacientes; observaciones de comportamiento; pruebas de habilidades cognitivas y de lenguaje; exámenes médicos para descartar otras condiciones; y, a menudo, entrevistas con padres, cuidadores y/o maestros. Muchos niños pueden recibir un diagnóstico confiable de autismo a los 2 años, y el diagnóstico temprano es esencial para comenzar terapias y servicios que puedan apoyar un desarrollo saludable. El TEA también se puede diagnosticar en adultos.

¿Cuál es el tratamiento más común para el autismo?

El autismo a menudo se trata con una combinación de enfoques, pero la técnica terapéutica más común es el análisis conductual aplicado (ABA), que se enfoca en desarrollar habilidades sociales, de comunicación y de aprendizaje y destreza motora, así como habilidades cotidianas como la higiene y el arreglo personal. Un psicólogo capacitado en ABA, que puede trabajar en una escuela o clínica, o ir a la casa de un niño, adaptará un programa al nivel individual de necesidad del paciente con el objetivo general de ayudar a sus pacientes a ser lo más independientes posible dada su posición en el espectro del autismo.

¿Se puede superar el autismo con tratamiento?

No existe una cura para el autismo, pero los tratamientos y las terapias pueden ayudar a los niños a desarrollar habilidades sociales y de comunicación másólidas, limitar los comportamientos repetitivos y comenzar a funcionar de manera más efectiva en su vida diaria. El autismo es un trastorno del espectro, por lo que, si bien algunas personas con esta afección pueden experimentar una leve incomodidad en los entornos sociales, otras pueden vivir con una discapacidad intelectual o experimentar convulsiones o arrebatos violentos. La terapia puede ayudar a las personas en diferentes puntos del espectro y, a veces, beneficiar dramáticamente a los niños pequeños, pero el progreso a menudo varía según los síntomas del individuo.