¿En qué puede ayudar un psicólogo de adolescentes?

La adolescencia es un momento tumultuoso, y un psicólogo puede ayudar con los desafíos que surgen, ya sea que se relacionen con emociones, académicos, comportamientos disruptivos, autoestima, amistades, dinámicas familiares, identidad sexual o de género, o consumo de alcohol y drogas. Un psicólogo puede ayudar a los adolescentes a desentrañar sus emociones, comprender sus experiencias y desarrollar habilidades de afrontamiento.

¿Cuándo necesita ver a un psicólogo un adolescente?

La exploración y la lucha existencial son una parte normal de la adolescencia, pero si las emociones o los comportamientos de tu hijo adolescente cambian de tal forma que interrumpen su capacidad de funcionar académica o socialmente, es posible que desees consultar a un psicólogo. Por ejemplo, si las calificaciones de un adolescente en la escuela bajan repentinamente o si comienza a aislarse de sus amigos y solo pasa tiempo en línea, un padre puede considerar la terapia.

¿Qué tipos de terapia son adecuados para los adolescentes?

Los adolescentes pueden beneficiarse especialmente de la terapia cognitivo conductual (que identifica patrones de pensamiento poco saludables para cambiar las emociones y los comportamientos), la terapia dialéctica conductual (DBT por sus siglas en inglés), que enseña la regulación de las emociones y la tolerancia a la angustia, la terapia de aceptación y compromiso (ACT), que enseña la aceptación emocional y la flexibilidad psicológica, y la terapia interpersonal, que se enfoca en las dificultades interpersonales. Además, los problemas de los adolescentes pueden involucrar a miembros de la familia; la terapia familiar para mejorar la dinámica y la comunicación familiar es útil en esos casos.

¿Cómo puedo reconocer a un buen psicólogo de adolescentes?

Un buen psicólogo para adolescentes es alguien que tiene experiencia trabajando con este grupo de edad y comprende los desafíos únicos que enfrentan en la adolescencia. Debe ser alguien con quien tu hijo adolescente se sienta cómodo abriéndose, incluso si ese proceso lleva tiempo. Y como es el caso de cualquier profesional de la salud mental, también debe ser habilitado para ejercer y tener las acreditaciones adecuadas.