Skip to main content

Verificado por Psychology Today

Stanley Coren PhD., DSc, FRSC
Stanley Coren PhD., DSc, FRSC
Enojo

Factores que pueden predecir la agresividad en un perro además de la raza

El entorno, el entrenamiento y las interacciones sociales de un perro pueden predecir la agresión.

Los puntos clave

  • Las investigaciones sobre las tendencias agresivas en los perros se han centrado en la raza y los factores genéticos.
  • Las variables fisiológicas no específicas de la raza de un perro también pueden predecir la aparición de diversas formas de agresión.
  • Las interacciones sociales con el propietario, el entrenamiento y el entorno son importantes para determinar las tendencias agresivas caninas.
Jeffrey Beall/Flickr
Source: Jeffrey Beall/Flickr

Cuando se trata de problemas de comportamiento que son lo suficientemente graves como para que el dueño de un perro considere separarse de su mascota, numerosos estudios han demostrado que la agresión hacia el dueño, extraños u otros perros casi siempre se encuentran entre los tres principales (junto con ladridos excesivos y fracasos en el entrenamiento doméstico).

En los últimos años, gran parte de la investigación que analiza la agresión canina se ha centrado en las diferencias entre razas de perros u otros factores genéticos. Sin embargo, los conductistas caninos siempre han creído que los factores ambientales y sociales desempeñan un papel en la probabilidad de que cualquier perro muestre comportamientos agresivos. Confirmando esta creencia es un nuevo estudio realizado en Brasil por un equipo de investigadores encabezado por Flavio Ayrosa en el Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de São Paulo.

El formato de la investigación

El estudio involucró a 665 dueños de perros domésticos mayores de 1 año. Había una variedad de diferentes razas de perros en la muestra del estudio, junto con muchas razas mixtas.

Los dueños de los perros fueron reclutados a través de varias plataformas de redes sociales. Cada participante recibió un conjunto de cuestionarios. Estos recopilaron datos sobre las características del perro (incluido el tamaño y la forma de la cabeza), si vivía en el interior o al aire libre, la cantidad de entrenamiento que había recibido y los factores asociados con sus interacciones sociales con su dueño.

Además, los propietarios completaron las secciones de agresión del inventario C-BARQ (una medida de comportamiento canino validada y de uso común). El C-BARQ les pide a los dueños de perros que califiquen con qué frecuencia han observado ciertos comportamientos en sus propios perros.

Hubo una gran cantidad de datos generados por este estudio, y hubo algunos análisis estadísticos complejos involucrados; sin embargo, hay algunos aspectos destacados que son significativos y se resumen fácilmente.

Hallazgos relacionados con la fisiología

Para empezar, había algunos factores físicos (que podrían relacionarse, pero no necesariamente, con la raza) que los investigadores encontraron asociados con tendencias agresivas. Uno de los más significativos fue la tendencia del peso del perro a predecir la agresión dirigida hacia el dueño del perro. Específicamente, las probabilidades de mostrar tal agresión disminuyeron en un 2 por ciento por cada aumento de 1 kg (2,2 libras) de peso. Esto es consistente con otros datos en la literatura que sugieren que los perros pequeños pueden ser más excitables y agresivos.

También se descubrió que la forma de la cabeza de un perro predice la agresión. En términos generales, hubo una tendencia a que los perros con caras anchas y cortas (braquicéfalos) tuvieran los niveles más altos de agresión dirigida por el propietario.

El sexo del perro también fue un factor. En el caso de la agresión dirigida hacia el dueño, hubo una tendencia a que las perras tuvieran un 37 por ciento más de probabilidades de no mostrar signos de agresión en comparación con los perros machos.

Efectos del ambiente, las condiciones de vida y las interacciones sociales

Si bien la forma y el tamaño de la cabeza suelen ser característicos de razas específicas, esta investigación descubrió una serie de variables que no están relacionadas con la raza, pero que también predijeron varios aspectos del comportamiento agresivo canino.

Señalamos antes que el sexo del perro marcaba la diferencia; sin embargo, resulta que el sexo del dueño del perro también es un factor. Los investigadores encontraron que el género del dueño del perro estaba relacionado con la agresión dirigida por extraños. Las dueñas de perros hembras tenían un 73 por ciento menos de probabilidades de experimentar comportamientos agresivos de sus mascotas que los dueños de perros machos.

La naturaleza de las interacciones del perro con sus dueños también es importante. Según los autores, "encontramos que los perros de dueños que solían jugar juntos y salir a caminar tenían más probabilidades de no ser agresivos con sus propios dueños, y que los perros que salen a caminar tendían a ser menos agresivos hacia los extraños".

Las condiciones de vida del perro también predijeron algunas formas de agresión. Las probabilidades de ser muy agresivo con otros perros eran significativamente mayores para los perros que vivían al aire libre la mayor parte del tiempo. Este es un efecto realmente grande ya que los perros que en su mayoría vivían en el interior tenían un 63 por ciento menos de posibilidades de mostrar cualquier forma de agresión relacionada con el perro.

Uno de los hallazgos que encontré extremadamente interesante fue el efecto del entrenamiento de obediencia canina. En este estudio, los efectos fueron bastante grandes en lo que respecta a la agresión dirigida por perros. Los perros que tenían algún tipo de entrenamiento básico tenían un 67 por ciento menos de probabilidades de mostrar cualquier forma de agresión hacia otros perros. En estos días, cuando cada semana parece traer otro informe de los medios de comunicación sobre un incidente grave de mordedura de perro, este hallazgo al menos sugiere algo que se puede hacer fácilmente para reducir significativamente la probabilidad de agresión del perro. Después de todo, las clases básicas de entrenamiento de obediencia canina están disponibles en casi todas partes.

Si bien varios de los hallazgos de este estudio son interesantes en sí mismos, este tipo de investigación indica que, si queremos comprender completamente la agresión canina, debemos mirar más allá de la raza del perro y considerar su entorno, grado de entrenamiento y interacciones sociales con los humanos con los que convive.

Derechos de autor SC Psychological Enterprises Ltd. No se puede reimprimir o volver a publicar sin permiso.

A version of this article originally appeared in Inglés.

publicidad
Acerca de
Stanley Coren PhD., DSc, FRSC

El Dr. Stanley Coren, Miembro de la Royal Society en Canadá, es profesor de psicología en la Universidad de British Columbia.

Más de Stanley Coren PhD., DSc, FRSC
Más de Psychology Today
Más de Stanley Coren PhD., DSc, FRSC
Más de Psychology Today