Relaciones
El mito de la pareja “que se te escapó”
Si crees que alguien “se te escapó”, te estás aferrando a un fantasma.
19 de marzo de 2025 Revisado por Michelle Quirk
Los puntos clave
- El anhelo por lo que pudo haber sido nos mantiene atados a una ilusión en lugar de vivir la realidad.
- Dejar ir es aceptar que no todas las historias de amor están destinadas a durar para siempre, y está bien.
- Cuando te sorprendas dándole vueltas al pasado, cambia tu enfoque hacia algo que impulse tu crecimiento.
Cuando decimos que “la persona indicada” se nos escapó, creamos un mito que hace que cada relación futura parezca un premio de consolación. Como si hubiéramos perdido la puerta hacia el amor perfecto y ahora solo estuviéramos buscando salidas laterales. Pero el amor no funciona así. La gente no se “te escapa”. Se van, o nos vamos, o la vida reorganiza las piezas. Y si alguien realmente estuviera destinado a quedarse, se habría quedado.
El mito de la pareja que se nos escapó
Aferrarnos a la idea de que alguien debía quedarse cuando no lo hizo es una forma de reescribir la historia. Convierte los recuerdos en ficción, en algo más grandioso y trágico de lo que realmente fue. Pero, la verdad es que el amor no se define por quién se quedó o quién se fue, sino por quién estuvo realmente presente durante su tiempo con nosotros.
La añoranza de lo que pudo haber sido nos mantiene anclados en el pasado, atados a una ilusión en lugar de vivir en la realidad. Idealizamos a las personas una vez que se van, convirtiéndolas en algo que nunca fueron. Pero las personas destinadas a nosotros no se nos escapan como arena; dejan huellas, impresiones que perduran, pero no perduran más allá de su tiempo.
Haciendo las paces con los finales
La verdad es que las personas que están destinadas a nosotros no se escapan. Nos impactan, nos moldean, a veces nos rompen, pero no se “escapan”. Simplemente cumplen su papel en nuestra historia. Y si somos lo suficientemente valientes para soltar la fantasía, hacemos espacio para lo real.
Dejar ir no significa que el amor no fuera real. No significa que la conexión no importara. Significa aceptar que no todas las historias de amor están destinadas a durar para siempre, y eso está bien. Algunas personas son lecciones, no vidas enteras. Algunos amores son capítulos, no el libro completo.
Pasos para dejar ir a la pareja que “se te escapó”
- Reconoce la historia que te estás contando. Reconoce el mito que has creado en torno a esta persona. ¿La estás idealizando? ¿Te centras solo en lo bueno e ignoras las razones por las que no funcionó? Desafía la narrativa de que era la única persona para ti.
- Replantea la relación como un capítulo, no como el libro completo. Que alguien haya sido importante no significa que debiera ser permanente. Cambia tu perspectiva de la pérdida a la gratitud. Esta persona fue parte de tu camino, no el destino.
- Deshazte de la fantasía. Lo más difícil de soltar es separar la realidad del sueño que construiste. Escribe lo que era real frente a lo que imaginabas. Esto te ayuda a ver a la persona como una persona, no como un ideal inalcanzable.
- Date un cierre. El cierre no tiene que venir de la otra persona, viene de ti. Escríbele una carta (no es necesario que la envíes) para decirle lo que necesitas decir. Reconoce lo que significó para ti y luego libérala conscientemente.
- Elimina los detonantes que no te dejan avanzar. Deja de revisar sus redes sociales, repasar mensajes viejos o poner “la canción”. Estas pequeñas acciones mantienen la herida abierta. Ponte límites para evitar anhelos innecesarios.
- Redirige tu energía al presente. Céntrate en tu vida actual. Invierte en aficiones, amistades y metas que te emocionen. Cada vez que te sorprendas dándole vueltas al pasado, enfócate en algo que impulse tu crecimiento presente.
- Confía en que el amor volverá. El amor no escasea. Creer que esta era tu única oportunidad de encontrar el amor verdadero es una mentira. La persona adecuada llegará a tu vida cuando tengas la apertura y presencia para recibirla y sea un buen momento para hacerlo, no mientras te estés aferrando a un fantasma.
A version of this article originally appeared in English.