
Motivación
¿El ejercicio puede reducir el riesgo de padecer cáncer?
Nueva investigación sobre el papel de la actividad física en el cáncer de mama.
28 de septiembre de 2022 Revisado por Tyler Woods
Los puntos clave
- Una nueva investigación convincente sugiere que la actividad física vigorosa reduce el riesgo de cáncer de mama.
- Incorporar actividad física en tu rutina puede ser un desafío.
- Reformular la definición de ejercicio, usar objetivos graduales e incorporar la autocompasión puede ayudar a cambiar el nivel de actividad.
A la mayoría de nosotros, en un momento u otro, probablemente nuestro médico nos haya dicho que deberíamos hacer ejercicio. Los investigadores saben desde hace algún tiempo que la actividad física regular puede ser útil para mantener una buena salud, lo que explica esta recomendación común en durante un chequeo general.
La investigación también ha enfatizado la importancia de la actividad física regular para la prevención del cáncer y la reducción de la recurrencia del cáncer. Sin embargo, hasta hace poco tiempo, estas recomendaciones se han hecho con base en estudios observacionales. Con este tipo de estudios, se sigue a un grupo de personas durante un período de tiempo y se recopilan datos sobre sus hábitos de ejercicio informados. Los investigadores observan con el tiempo quién desarrolla cáncer y quién no, y se hacen recomendaciones basadas en los hallazgos. El problema con estos estudios de observación, sin embargo, es que este tipo de estudios no pueden determinar la causa y el efecto. ¿Cómo sabemos si es el ejercicio lo que reduce el riesgo de cáncer, en comparación con alguna otra explicación?
Un estudio reciente publicado en el British Journal of Sports Medicine utilizó un método novedoso para determinar precisamente eso. Investigaciones anteriores han sugerido que nuestros genes pueden predecir nuestra tendencia a ser físicamente activos o sedentarios. Utilizando un método llamado aleatorización mendeliana, los investigadores de este estudio utilizaron la información genética de los participantes con respecto al nivel de actividad para predecir el riesgo de cáncer de mama y recurrencia. Este estudio examinó a más de 130,000 mujeres, algunas con cáncer de mama que se había propagado más allá del sitio local, algunas con cáncer de mama que no se había propagado y otras sin cáncer.
Lo que encontraron fue increíble. Las mujeres con variantes genéticas que las predisponían a ser más activas tenían un 41 por ciento menos de probabilidades de desarrollar cáncer de mama invasivo, y esto ocurría en gran medida independientemente del estado menopáusico, el tipo de tumor, el estadio o el grado. Los investigadores creen que tienen pruebas sólidas que sugieren que aumentar la actividad física vigorosa y reducir el tiempo que se pasa sentado probablemente reduzca sustancialmente el riesgo de cáncer de mama. El uso de la aleatorización mendeliana brinda más confianza de que estos resultados están relacionados directamente con la actividad física en comparación con otros factores, como la dieta.
Si bien esta investigación es interesante, no es probable que haga que alguien se levante y comience a hacer ejercicio si no lo ha hecho ya. ¿Por qué? Porque cambiar el comportamiento es difícil y encontrar tiempo para moverse puede ser un desafío. Sin embargo, este estudio reciente y otros presentan argumentos convincentes sobre el papel de la actividad física en la reducción del riesgo de cáncer y la mejora de la salud en general. Si te preguntas cómo podrías comenzar a reducir el tiempo que pasas sentado, las siguientes sugerencias pueden ser útiles para aumentar tus probabilidades de éxito.
- Cualquier movimiento cuenta
La actividad física no solo ocurre en el gimnasio. Jugar con tus hijos, bailar en la cocina y usar las escaleras en lugar del ascensor son herramientas para ayudar a reducir la cantidad de tiempo que pasas sentado. Intenta levantarte y caminar durante los comerciales en la televisión, o si tienes un trabajo sedentario, configura una alarma para caminar unos minutos cada hora. Es posible que el ejercicio no sea lo tuyo, y eso está bien: sé creativo acerca de cómo puedes mover tu cuerpo y puede parecerte más factible.
- Haz algo que disfrutes, o al menos algo que no odies tanto
Una vez hablé con una cliente que estaba decidido a comenzar a correr para mejorar su estado físico. Mientras lo discutíamos, le pregunté si le gustaba correr. "No", admitió ella. "En realidad lo odio". Sabiendo que obligarse a sí misma a hacer una actividad que odiaba era poco probable que fuera sostenible, resolvimos el problema de lo que sentía que podía hacer en su lugar. Su centro comunitario local ofrecía clases gratuitas de Zumba, algo que era divertido y que podía hacer con amigos, lo que parecía una alternativa mucho más accesible.
- Ponte metas graduales
Sé que, como muchos otros, soy culpable de entusiasmarme con una nueva rutina y luego poner el listón demasiado alto al principio. Inevitablemente, termino sintiéndome atascado y frustrado cuando no puedo progresar como me gustaría. Los objetivos graduales son una estrategia para ayudar a cambiar el comportamiento de una manera que aumente la probabilidad de que el cambio sea sostenible.
- Sé amable contigo
Cambiar el comportamiento y desarrollar nuevas rutinas puede ser realmente difícil. En lugar de castigarte si te pierdes un día de ejercicio, trata de practicar un enfoque compasivo y comprensivo. Tu cuerpo necesita descanso además de actividad y, a veces, la vida se interpone en tu camino. También puedes estar en un lugar donde la actividad física regular no sea posible en este momento y eso está perfectamente bien. Concéntrate en el progreso en lugar de la perfección y seguro encontrarás tus objetivos un poco más fáciles de alcanzar.
A version of this article originally appeared in Inglés.