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Verificado por Psychology Today

Felicidad

3 Razones para dejar de buscar la felicidad en tu relación

Por qué buscar la alegría constante puede hacer que sientas más frustración y desconexión.

Los puntos clave

  • Nos hacen creer que la felicidad es el objetivo final de las relaciones.
  • Los seres humanos somos emocionalmente complejos, con necesidades, miedos, esperanzas y bagaje propios.
  • Estar sanos y felices significa aceptar que la vida no siempre será feliz, y eso está bien.

Mientras lees este artículo, hay muchas personas pasando por dificultades porque no sienten suficiente felicidad con sus parejas íntimas. Se les ha hecho creer que la felicidad es el objetivo final de una relación, algo que merecen sentir en todo momento.

Lo escuchamos en las películas, lo vemos en las redes sociales y nos cuentan historias que idealizan el amor como un estado continuo de alegría. Sin embargo, esta idea genera frustración y expectativas incumplidas en muchas personas. Las relaciones son mucho más que simplemente sentirnos felices: se trata de superar los momentos buenos y difíciles y crecer juntos como seres complejos, a veces complicados.

Si crees que mereces ser siempre feliz en tu relación, es posible que, sin darte cuenta, establezcas expectativas poco realistas para ti y tu pareja. Esto puede llevarte a la decepción, la presión e incluso al resentimiento cuando surjan las inevitables dificultades. Las relaciones se basan en aprender, hacer concesiones y sentirnos saludablemente satisfechos con el presente, sin importar las circunstancias. A continuación, se presentan tres razones para evitar que te consuma el deseo de la felicidad en tu relación.

1. La felicidad no es una garantía

Cuando las personas entablan relaciones pensando que merecen sentirse felices siempre, es probable que estén equiparando la satisfacción con la felicidad. Pero la felicidad es pasajera, a menudo circunstancial, influenciada por factores externos como cómo te trata tu pareja ese día, si las cosas van bien en el trabajo o incluso el clima. Por el contrario, la satisfacción es una paz más profunda contigo y tu relación, sin importar las circunstancias.

Las películas, las redes sociales y las historias románticas con las que crecemos a menudo pintan las relaciones como cuentos de hadas, donde la felicidad es la música de fondo omnipresente. Sin embargo, la realidad es mucho más matizada. Las relaciones saludables implican momentos de frustración, desafíos e incluso aburrimiento. Esperar una felicidad ininterrumpida es poco realista y te prepara para el fracaso.

Cuando esperas una felicidad constante, es posible que sientas que algo anda mal cuando tu relación atraviesa un momento difícil. Sin embargo, las relaciones pasan naturalmente por ciclos de altibajos, y esos puntos bajos no significan que la relación esté fracasando. En cambio, son oportunidades para crecer individualmente y como pareja.

2. Somos seres complejos

Los seres humanos somos seres emocionalmente complejos, cada uno con sus propias necesidades, miedos, esperanzas y bagaje. A veces, estas complejidades chocan con las de nuestra pareja. Esto no significa que la relación esté mal; significa que ambas personas están creciendo y evolucionando, y a veces ese proceso crea fricción.

Si crees que tu relación solo debería traerte felicidad, es posible que resientas a tu pareja por las veces que no satisface tus necesidades emocionales o no te hace sentir bien. Pero es importante recordar que tu pareja no es responsable de tu felicidad. Así como tú tienes tus complejidades emocionales, también las tiene tu pareja, y también tendrá sus luchas que superar.

En lugar de poner el peso de tu felicidad sobre tu pareja, es más útil abordar tu relación como una asociación en la que ambas personas se apoyan mutuamente a través del crecimiento. Algunos días serán alegres y fáciles, mientras que otros requerirán conversaciones difíciles, compromisos o esperar a que pase una mala racha. Estas complejidades hacen que la relación sea más rica, más significativa y capaz de perdurar a través de los años.

3. La felicidad es un subproducto, no un objetivo

La felicidad en una relación es un subproducto del respeto mutuo, el amor y el crecimiento personal; no es un estado constante ni el objetivo final. En lugar de perseguir la felicidad, esfuérzate por lograr resiliencia, apoyo mutuo y comprensión. Si te concentras en estos aspectos, la felicidad surgirá de manera natural durante los momentos de conexión.

La resiliencia entra en juego cuando la vida te presenta desafíos. Ya sea una tensión financiera, problemas de salud o simplemente el estrés de la vida cotidiana, la capacidad de superar estos momentos difíciles juntos es más importante que perseguir la felicidad constante. Cuando tu pareja y tú son capaces de mantenerse firmes ante los altibajos de la vida, están construyendo una base de confianza y seguridad. La felicidad, cuando llegue, se sentirá más genuina y satisfactoria porque se ganó, no se exigió.

Satisfacción: la verdadera meta

Estar saludables y contentos significa aceptar que la vida no siempre será feliz, y eso está bien. Significa encontrar paz y satisfacción en el momento presente, incluso cuando las cosas son difíciles. El contentamiento consiste en comprender que tú y tu pareja están haciendo lo mejor que pueden y que el crecimiento a veces es incómodo, pero siempre valioso.

Las redes sociales a menudo nos engañan haciéndonos pensar que la felicidad es el único indicador de una buena relación. Cuando nos desplazamos por las fotos de parejas sonriendo en vacaciones o cenas románticas, es fácil sentir que nos estamos perdiendo algo si nuestra relación no siempre se ve así. Pero esas instantáneas no muestran el panorama completo. Detrás de cada foto feliz hay una pareja con desacuerdos, falta de comunicación y días difíciles. Aprender a aceptar tanto lo bueno como lo malo es fundamental para alcanzar la satisfacción.

Conclusión: atravesando los tiempos buenos y los difíciles

Creer que mereces la felicidad en tu relación no es algo intrínsecamente incorrecto, pero es esencial redefinir cómo se ve esa felicidad. No significa alegría y emoción constantes, como las películas y las redes sociales nos han hecho creer. La verdadera felicidad en una relación surge de superar los momentos difíciles, crecer juntos como individuos complejos y encontrar satisfacción en el flujo y reflujo de la vida. Cuando tú y tu pareja pueden apoyarse mutuamente en los momentos buenos y difíciles, se preparan para una conexión más profunda y satisfactoria que vaya más allá de la felicidad fugaz para abrazar el amor genuino y duradero.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Jeffrey Bernstein Ph.D.

El Dr. Jeffrey Bernstein, es psicólogo y autor de siete libros, entre ellos 10 Days to a Less Defiant Child.

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