La Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma, mejor conocida como ASMR por sus siglas en inglés, es el nombre que recibe la sensación de hormigueo, usualmente en el cuero cabelludo, cuello o espalda, que algunas personas reportan sentir en respuesta a ciertos estímulos visuales o auditivos.
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El nombre "Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma" fue concebido a mediados de la primera década del 200 por un entusiasta que esperaba que ponerle un nombre que sonara clínico le daría legitimidad a lo que en ese momento se consideraba como una experiencia de nicho. En años posteriores, ASMR se ha vuelto un fenómeno popular en internet, inspirando millones de videos de YouTube e incontables blogs devotos, pero todavía no se ha estudiado ampliamente en el campo de la psicología.
Sin embargo, recientemente los investigadores empezaron a explorar si el fenómeno tiene alguna base científica. Sin embargo, algunas investigaciones preliminares sugieren que ASMR podría ayudar a manejar los síntomas del insomnio; otros estudios con resonancia magnética sugieren que aquellos que experimentan ASMR podrían tener sutiles diferencias en el cerebro contra aquellos que no. Estos hallazgos necesitan replicarse en estudios más grandes y rigurosos, pero han empezado a brindar evidencias clínicas de lo que antes era puramente anecdótico.
Quienes experimentan ASMR dicen que la sensación es provocada por sonidos suaves, como una voz susurrante, o visuales repetitivos como toallas siendo dobladas, esencialmente un grupo de sonidos y vistas aparentemente ordinarios. ASMR también puede iniciar por contacto físico, como recibir un masaje o cortarse el pelo.
ASMR es una combinación interesante de excitación y relajación al mismo tiempo. Algunos lo describen como cosquilleos, escalofríos u ondas que se mueven a través de la cabeza, cuello y espinilla, y la sensación física viene acompañada por sentimientos de felicidad, calma o adormecimiento.
Todavía no hay investigaciones que demuestren que sea posible cultivar ASMR. Sin embargo, parece poco probable porque ASMR es una respuesta psicológica involuntaria, similar a la sinestesia que no puede practicarse ni aprenderse.
ASMR y la misofonía, fuertes reacciones y aversión al sonido, podrían compartir raíces similares: un estudio encontró que la mitad de las personas con misofonía también experimentan ASMR. Ambas se han descrito como una sensación de cosquilleo, pero, mientras que ASMR es placentero y relajante, la misofonía es angustiante y alimenta emociones como el enojo y asco. Los impulsos visuales también pueden enlazarse con sonidos específicos para ambos fenómenos.
El ASMR puede ser profundamente placentero o relajante para aquellos que lo experimentan. Pero su aplicación mejor conocida es como tratamiento para el insomnio. En una pequeña encuesta, el 82 por ciento de quienes respondieron reportaron que usaban ASMR para inducir el sueño.
En episodios de podcast en videos en línea dedicados a tranquilizar a quienes los escuchan hasta quedarse dormidos, los ASMRistas (como se les conoce en la comunidad), susurran suavemente, frotan objetos suaves, cepillan su cabello o completan otras tareas enfocadas a activar sensaciones de ASMR y los sentimientos de relajación que le acompañan. Pero se necesita hace más investigación para revelar el mecanismo de acción en el insomnio.
Algunos creen que ASMR podría atribuirse a sensaciones imaginarias o drogas recreativas. Pero las investigaciones sugieren que ASMR es un fenómeno real. Un estudio encontró diferencias psicológicas entre aquellos que reportaban experimentar ASMR y los que no; los participantes que sí experimentaban ASMR tenían un ritmo cardíaco más bajo y una conducción más elevada en la piel mientras veían videos de ASMR.
Las investigaciones sobre cómo el ASMR podría tratar el insomnio apenas están comenzando. Pero según diversas anécdotas, parece ayudar: la mayoría de la gente reporta usar ASMR para que les ayude a quedarse dormida y uno de los momentos más comunes para experimentar ASMR es antes de dormir. ASMR podría ayudarle a la gente a reducir su estrés, mejorar su humor o distraerlos de pensamientos invasivos.