Verificado por Psychology Today

La pedofilia es una atracción sexual continua hacia los niños prepuberales. Es una parafilia, una condición en la que la excitación y gratificación sexual de una persona depende de objetos, actividades o incluso situaciones que se consideran atípicas. La pedofilia se define como fantasías, impulsos sexuales o comportamientos sexuales recurrentes e intensos que involucran actividad sexual con un niño o niños preadolescentes, generalmente de 13 años o menos, durante un período de al menos seis meses. Los pedófilos son más a menudo hombres y pueden sentirse atraídos por uno o ambos sexos.

El trastorno de pedofilia se puede diagnosticar en personas que están dispuestas a revelar esta parafilia, así como en personas que niegan cualquier atracción sexual hacia los niños pero demuestran evidencia objetiva de pedofilia. Para que se diagnostique la afección, una persona debe actuar según sus impulsos sexuales o experimentar una angustia significativa o dificultades interpersonales como resultado de sus impulsos o fantasías. Sin estos dos criterios, una persona puede tener deseos sexuales pedófilos pero no un trastorno pedófilo.

Se desconoce la prevalencia del trastorno pedófilo, ya que el estigma social que lo rodea no invita a las personas a autoidentificarse. Las estimaciones de su prevalencia oscilan entre el uno y el cinco por ciento de la población masculina. Se cree que solo una pequeña fracción del uno por ciento de las mujeres, si es que alguna, experimenta pedofilia.

Los agresores sexuales pedófilos suelen ser familiares, amigos o parientes de sus víctimas. Los tipos de actividades pedófilas varían y pueden incluir simplemente mirar a un niño o desvestirlo y tocarlo. Sin embargo, los actos suelen implicar sexo oral o tocar los genitales del niño o del agresor.

Los estudios sugieren que los niños que se sienten desatendidos o solos pueden tener un mayor riesgo de abuso sexual.

Síntomas

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5), para que se diagnostique el trastorno pedófilo se deben cumplir los siguientes criterios:

  • Fantasías, impulsos o comportamientos sexuales intensos y recurrentes con un niño preadolescente (generalmente de 13 años o menos) durante un periodo de al menos 6 meses.
  • Se ha actuado sobre estos impulsos sexuales o han causado angustia significativa o deterioro social, ocupacional u otras áreas importantes de funcionamiento.
  • La persona tiene al menos 16 años de edad y es al menos 5 años mayor que el niño con el que se involucra en el comportamiento sexual. Esto no incluye a una persona en la adolescencia tardía involucrada en una relación sexual continua con un niño de 12 o 13 años.

Además, un diagnóstico de trastorno pedófilo debe especificar si la persona se siente atraída exclusivamente por los niños o no, el género que atrae a la persona y si los impulsos sexuales se limitan a los niños de la propia familia de la persona.

Hay una serie de desafíos para diagnosticar la pedofilia. Las personas que padecen esta afección rara vez buscan ayuda de forma voluntaria; el asesoramiento y el tratamiento suelen ser el resultado de una orden judicial.

Causes

The causes of pedophilia are not well known.

Physiological models are investigating the potential relationship between hormones and behavior, particularly the role of aggression and male sexual hormones. Early research is underway exploring possible neurological causes.

There is some evidence that pedophilia may run in families, though it is unclear whether this stems from genetics or learned behavior.

A history of childhood sexual abuse is another potential factor in the development of pedophilia, although this has not been proven. Behavioral learning models suggest that a child who is the victim or observer of inappropriate sexual behaviors may become conditioned to imitate these same behaviors. These individuals, deprived of normal social and sexual contacts, may seek gratification through less socially acceptable means.

Pedophilia may be a lifelong condition, but pedophilic disorder includes elements that can change over time, including distress, psychosocial impairment, and an individual's tendency to act on urges

Treatment

Treatment of pedophilic disorder can include behavioral therapies and medications. These treatments can reduce urges and the likelihood of acting on them, but pedophilic condition is most often a lifelong condition.

Cognitive therapies include restructuring cognitive distortions and empathy training. Restructuring cognitive distortions involves correcting a pedophile's thoughts that the child wishes to be involved in the activity. Empathy training involves helping the offender take on the perspective of the victim and understand the harm they are inflicting. Positive conditioning approaches center on social skills training and alternative, more appropriate behaviors. Reconditioning, for example, involves giving the patient immediate feedback, which may help him change his behavior.

Research has disproven the perception that sex offenders are especially prone to recidivism. In reality, recidivism rates for sex offenses are lower than for all other major types of crime, and the U.S. Department of Justice has found that only about 3 percent of child molesters commit another sex crime within three years of being released from prison. Meta-analysis of hundreds of studies confirms that once they are detected, most convicted offenders never sexually re-offend. (Not all sex offenders who victimize children are pedophiles; only about 40 to 50 percent of convicted sex offenders who have sexually assaulted children meet the diagnostic criteria for the disorder.)

While treatment may help pedophiles resist acting on their attraction to children, many do not seek clinical help because of the risk of legal consequences due to mandatory reporting laws for licensed professionals, including therapists.

The prognosis for reducing pedophilic desire is difficult to determine, as longstanding sexual fantasies about children can be difficult to change. Practitioners can help to reduce the intensity of fantasies and help a patient develop coping strategies. Dynamic psychotherapy, behavioral techniques, and pharmaceutical approaches all offer help, but lifelong maintenance may be the most pragmatic and realistic approach.

References
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Last updated:
02/09/2022
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