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Verificado por Psychology Today

Timidez

¿Qué hace que los niños sean tímidos?

Lo que nos dice la ciencia sobre la biología (y crianza) de los niños tímidos.

Yo era tímida de niña. Me costaba hacer amigos y necesitaba darme algo de tiempo para aclimatarme a nuevos lugares. Aunque he aprendido a lidiar con mi timidez con el paso de los años, todavía me dan pequeños ataques de ansiedad social cuando estoy con personas nuevas o cuando estoy en ambientes profesionales muy grandes, como conferencias académicas en las que el punto es conocer a nuevas personas.

Mi hijo de tres años no podría ser más distinto. Es extrovertido, le encanta conocer personas nuevas y parece hacer amigos cada que vamos al parque o incluso cuando salimos a comer. Lo primero que hace cuando nos sentamos en un restaurante es observar a las personas a nuestro alrededor, saludando y sonriendo con calidez cada que cruza miradas con alguien.

¿Qué hace que alguien sea tímido o extrovertido? ¿Nacemos con timidez o es algo que desarrollamos con base en nuestras experiencias con otras personas?

Kristoffer Abildgaard/Flickr
Fuente: Kristoffer Abildgaard/Flickr

Un largo historial de investigación sugiere que el temperamento, o el estilo propio de respuesta emocional a un ambiente, se puede identificar en los bebés de tan solo 4 meses de edad. Se mide al mostrarle a los pequeños algunos juguetes sencillos, como un móvil con varios animales colgantes y estudiando su reacción. Esta sencilla evaluación a los 4 meses ha demostrado de maneras sumamente consistentes que los bebés que se abruman o angustian emocionalmente en respuesta a un móvil colgante son particularmente sensibles a cualquier tipo de cambio en el ambiente y podrían molestarse fácilmente con actividades rutinarias, como que suene el timbre o les cambien un pañal. En contraste, los bebés que reaccionan más positivamente a estos cambios o no reaccionan en absoluto son los que tienen más probabilidades de convertirse en niños de preescolar muy sociables. Sorprendentemente, esta relación va más allá de las respuestas durante la infancia temprana; las respuestas de los bebés de 4 meses a los móviles predicen qué tan tímidos o sociables serán en la adolescencia (Kagan, Snidman, Kahn, Towsley, Steinberg y Fox, 2007). Las diferencias entre los niños tímidos y los extrovertidos en preescolar también se pueden percibir en su biología y en el cerebro (Barker, Reeb-Sutherland y Fox, 2014; Fox et al., 1995), lo que sugiere que la timidez tiene una fuerte base biológica y podría ser parte de la personalidad de un individuo desde una edad muy temprana.

¿Esto significa que el ambiente no tiene ningún papel en la aparición de la timidez? Y, ¿deberíamos preocuparnos por la timidez en primer lugar?

Que el temperamento tenga una base biológica no significa que esté escrito en piedra. El temperamento de un niño puede cambiar, y las reacciones negativas de los bebés a nuevas personas, objetos y situaciones pueden volverse menos extremas con el tiempo. Además, no hay nada de malo con ser un poco tímido. Muchos niños tienen un temperamento descrito como “de calentamiento lento” y solo necesitan algo de tiempo para ajustarse a sus alrededores antes de empezar a disfrutar de la diversión (Thomas, Chess y Birch, 1970). Sin embargo, es digno notar que un subconjunto de infantes, alrededor del 10-15%, son extremadamente sensibles. Ellos son los que más se encuentran en riesgo de desarrollar timidez, y una porción de ellos (alrededor del 40%) podría incluso desarrollar ansiedad social posteriormente en la vida (Fox y Helfinstein, 2013).

Así que, si tienes a un pequeño extremadamente tímido que no se acerca ni a personas y lugares familiares después de un rato, hay intervenciones disponibles para ayudar a evitar que desarrolle problemas de ansiedad social. Además de eso, un estilo de crianza lleno de apoyo puede ayudar mucho. Por ejemplo, las investigaciones han mostrado que el riesgo de un bebé de volverse tímido se reduce considerablemente cuando tienen madres sensibles que responden apropiadamente a sus necesidades. Así que incluso para los bebés que se agitan fácilmente cuando se les presentan situaciones nuevas o desafiantes, tener un padre que responde a sus necesidades puede actuar como defensa contra el desarrollo de la timidez o ansiedad social (Panela, Henderson, Hane, Ghera, y Fox, 2012).

De manera similar, la crianza puede jugar un papel en la manera en la que los niños tímidos, en comparación con los extrovertidos, desarrollan una sensación de moralidad o consciencia durante la infancia. Por ejemplo, los niños que son tímidos o que tienden a sentirse ansiosos tienen probabilidades de molestarse fácilmente cuando se les regaña por romper las reglas. Como resultado, en realidad solo necesitan (y responden bien a) formas suaves de disciplina, ya que es fácil hacerlos sentir culpables por sus transgresiones. Los niños que son mucho más extrovertidos o intrépidos no siempre responden bien a una disciplina suave y requieren un poco más de atención cuando rompen las reglas ya que no sienten ansiedad fácilmente (Kochanska, 1997).

En general, esta investigación sugiere que las semillas que se convierten en una personalidad tímida o extrovertida se plantan muy temprano en la vida, y tienen un fuerte sesgo biológico. Pero la anatomía no es el destino, y si tienes un bebé que es muy sensible a cualquier tipo de cambio en el ambiente, una crianza igualmente sensible que le permita al pequeño ajustarse a cosas nuevas a su propio paso podría ayudar a evitar que desarrolle miedo o ansiedad en situaciones sociales posteriormente. Aunque la timidez sí tiene una fuerte base biológica, no hay garantías de que tendrás dos hijos con exactamente el mismo temperamento. Tal vez tienes a un niño tímido y ansioso primero y luego a uno audaz y bullicioso. Si ese es el caso, es importante recordar que ajustar tu estilo de crianza para que encaje con las necesidades de cada niño es muy importante, y que lo que funciona para un temperamento podría no funcionar tan bien para el siguiente.

Imagen de Facebook: Paul Vasarhelyi/Shutterstock

Imagen de LinkedIn: Teerawat Anothaistaporn/Shutterstock

A version of this article originally appeared in Inglés.

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Acerca de
Vanessa LoBue Ph.D.

La Dra. Vanessa LoBue, es profesora de psicología en la Universidad Rutgers en Newark.

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