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Verificado por Psychology Today

La memoria es la facultad por la cual el cerebro codifica, almacena y recupera información. Es un registro de la experiencia para guiar la acción futura.

Los humanos procesan los estímulos primero con su memoria sensorial; esa información generalmente permanece en el cerebro por menos de un segundo, lo que puede explicar por qué la mayoría de las personas informan que cuando se les muestra un objeto rápidamente, sienten que detectaron más detalles de los que pueden recordar más adelante. A continuación, la información se transfiere a la memoria a corto plazo o la memoria de trabajo, lo que permite a alguien reflexionar sobre las cosas y retener la información clave en su mente. Finalmente, las personas almacenan eventos y patrones pasados en su memoria a largo plazo, también conocida como memoria episódica o semántica.

Olvido y problemas de memoria

La pérdida de la memoria es el lado negativo inevitable de la capacidad humana de recordar. Olvidar, por supuesto, es normal y sucede todos los días: el cerebro simplemente no puede retener un registro permanente de todo lo que una persona experimenta y aprende. Y con la edad avanzada, algún declive en la capacidad de la memoria es típico. Hay estrategias para lidiar con esa pérdida (adoptar ayudas de memoria como calendarios, notas de recordatorio por ejemplo) o hacer rutinas de dónde se colocan los objetos en riesgo de perderse.

En casos más severos, sin embargo, la memoria puede dañarse de forma permanente por la demencia y otros trastornos de la memoria. La demencia es la pérdida de la función cognitiva que puede tener varias causas subyacentes, la más prominente es la enfermedad por Alzheimer. Las personas con demencia experimentan una pérdida progresiva de la función, esa pérdida puede iniciar con olvidos menores (acerca de haber contado reciéntemente una historia por ejemplo) y progresar gradualmente a la dificultad para retener nueva información, reconocer personas, y otras funciones importantes de la memoria. La asesoría profesional puede ayudar a determinar si la pérdida leve de memoria de un individuo es una función del envejecimiento normal o una señal de una condición seria.

Los trastornos de la memoria también incluyen varios tipos de amnesia que resultan no de enfermedades como Alzheimer, sino de daño cerebral u otras causas. Las personas con amnesia pierden la habilidad de recordar información del pasado, de retener nueva información o ambas. En algunos casos la pérdida de la memoria es permanente, pero también hay formas temporales de amnesia que se resuelven solas.

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Fortaleciendo la memoria

Aunque la memoria declina de forma natural con la edad, muchas personas pueden mantenerse mentalmente hábiles. ¿Cómo lo hacen? Los genes juegan un rol, pero las medidas preventivas con incluir ejercicio regular, llevar una dieta sana y dormir lo suficiente, así como mantener activo y con retos al cerebro, puede ayudar a evitar la pérdida de la memoria.

La ciencia de la memoria también resalta formas en las que cualquiera puede mejorar su memoria, ya sea que la meta sea afinar la capacidad de la memoria a largo plazo o solo para pasar exámenes este semestre. Los trucos a corto plazo de la memoria incluyen herramientas de memoria (como acrónimos y categorización), tiempo aparte para estudiar y autoexaminarse en recordar la información. El sueño y el ejercicio mejoran también la memoria.

A través de la práctica comprometida con técnicas de mejoramiento de la memoria algunas personas se entrenan para recordad cantidades sorprendentes de información, tales como secuencias largas de palabras o dígitos. Para un pequeño número de personas, sin embargo, las habilidades extraordinarias de memoria vienen naturalmente. Estos recordadores dotados incluyen sabios, para quienes la memoria poderosa coincide con alguna discapacidad cognitiva o diferencia de neurodesarrollo, así como las personas con intelectos típicos que recuerdan cantidades excepcionales de detalles acerca de sus vidas.

El papel de la memoria en la salud mental
Photo by Polina Zimmerman from Pexels

La memoria es un elemento clave en ciertas condiciones de salud mental: una función anormal de la memoria puede contribuir a la angustia, o puede coincidir con un trastorno subyacente. Olvidar está relacionado con la depresión; las conexiones en la memoria como las que involucran situaciones temidas o señales inducidas por drogas, son una parte integral de la ansiedad y los trastornos de uso de sustancias; y los síntomas post-traumáticos están entrelazados con la memoria de experiencias traumáticas.

De hecho, las experiencias como los recuerdos angustiantes y los flashbacks están entre los síntomas centrales de trastorno de estrés post-traumático. para alguien con TEPT, un rango de señales, (incluyendo situaciones, personas y otros estímulos relacionados a una experiencia traumáticas de alguna forma), puede detonar recuerdos muy angustiantes y la persona podría buscar evitar esos recordatorios.

Como un rasgo de varios trastornos mentales, la función aberrante o con sesgo de la memoria también puede ser un objetivo del tratamiento. Los tratamientos que involucran terapia de exposición, por ejemplo, se utilizan para ayudar a los pacientes a reducir el poder de los recuerdos relacionados con el trauma a través de encuentros seguros y guiados con esos recuerdos y con estímulos asociados al trauma.

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