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Margarita Tarragona Ph.D.
Margarita Tarragona Ph.D.
Humor

Olimpiadas Londres 2012

"En cada deporte olímpico está todo lo que es importante en la vida"- Lord Coe

En 1968 México fue sede de los juegos olímpicos. Yo tenía 8 años y ver esas olimpiadas fue una experiencia que realmente me marcó. Me encantaba el ambiente festivo y los fantásticos diseños mexicanos de los logos olímpicos. La pequeña feminista que había en mí se entusiasmó cuando Enriqueta Basilio fue la 1ª mujer en la historia que encendió la llama olímpica. ¡Y qué decir de la medalla de oro del nadador mexicano de 17 años Felipe “el Tibio” Muñoz!. Me sentí orgullosa e inspirada. Pero más que las cuestiones nacionalistas, lo que me impactó fue lo que tenía que ver con la conexión entre todas las personas: la paloma de la paz como uno de los símbolos centrales del evento y los constantes llamados de los cronistas deportivos por la paz y la fraternidad universal, que yo me tomaba muy en serio. Mi papá me llevó a la clausura (gracias a mi mamá, quien cedió su boleto para que yo pudiera ir) y me conmovió ver a los deportistas de diferentes países correr abrazados y dar la vuelta al estadio para despedirse, al son de los mariachis, mientras volaban miles de palomas y los asistentes iluminábamos el recinto con velas. Creo que fue la primera vez que tuve consciencia de que yo era parte de la humanidad. Desde entonces me encantan las olimpiadas y cada cuatro años me emociono nuevamente.

Ayer fue la inauguración de los trigésimos juegos olímpicos en Londres. Me pareció maravillosa y no pude dejar de relacionarla con…ya se imaginan: la Psicología Positiva. En su discurso inaugural, Lord Coe, director de la organización de los juegos, mencionó que en las olimpiadas se celebra lo mejor del ser humano y eso es justamente lo que estudia la psicología positiva. El evento de ayer podría ser un catálogo de lo que contribuye al florecimiento humano:

Sabemos que lo que más aporta a la felicidad de las personas son las relaciones con los demás. La inauguración estuvo llena de símbolos de la interconexión humana, entre los individuos, los países y las generaciones. El desfile de las delegaciones fue una muestra de la belleza y la diversidad de la gente. Cada equipo traía un objeto (no identificado) que al final resultó ser una pieza para armar el pebetero olímpico, una experiencia de construcción compartida. Un coro infantil cantó al principio del evento, mientras que simultáneamente se transmitía la participación de otros niños que cantaban en distintas partes del Reino Unido. El famoso himno “God save the Queen” fue entonado por un coro de niños con discapacidades auditivas, en lenguaje de señas, un hermoso mensaje de inclusión. La antorcha olímpica recorrió más de 20,000 km y en su diseño hay 8,000 círculos para representar a todas las personas que la fueron llevando desde Atenas hasta Londres. Qué mejor ejemplo de la colaboración como elemento esencial para lograr metas difíciles. Cuando llegó la flama al estadio, los primeros en recibirla fueron 500 obreros que habían participado en la construcción del estadio olímpico. Me encantó que se reconociera el trabajo de tanta gente que muchas veces pasa desapercibida cuando disfrutamos el fruto final de sus esfuerzos. En vez de que una sola persona encendiera el pebetero, como generalmente se hace, en esta ocasión fueron 7 jóvenes atletas, cada uno nominado por una estrella del deporte inglés, teniendo como testigos a todos los olimpistas ingleses que han ganado medallas desde 1948 hasta la fecha. El paso de la estafeta de una generación a otra transmitía la esperanza y la confianza en el futuro.

La creatividad nos ayuda a ser felices y la vimos en la apertura de Londres 2012 con representaciones teatrales, extractos de obras literarias y bailes. La música tuvo un lugar central con las presentaciones de los Artic Monkeys (debo confesar que a mí me cuesta un poco disfrutarlos, ¡no me imagino cómo deben ser para la Reina Isabel a sus ochenta y tantos años!) y de Paul McCartney (ese sí es de mi época) y el fondo musical de Pink Floyd en el cierre con los fuegos artificiales. El humor es otro ingrediente del bienestar y estuvo presente con la llegada de la “reina” en paracaídas acompañada de James Bond, y con Mr. Bean como ejecutante junto con la Filarmónica de Londres.

La ciencia actual ha demostrado que uno de factores más importantes para ser felices es la trascendencia, sentir que somos parte de cosas más grandes que nosotros mismos. Pensé en esto al saber que 15,000 voluntarios participaron en la inauguración de las olimpiadas ayer. Todos ellos donaron su tiempo y su trabajo durante meses para hacer posible esta experiencia para millones de personas en todo el mundo.

Otro elemento importante del bienestar es la capacidad de establecer metas y lograrlas. Pocos acontecimientos ejemplifican esto mejor que las competencias olímpicas. Además, la evidencia sobre los beneficios físicos y psicológicos del deporte es abrumadora (el Dr. John Ratey dice que el ejercicio será la medicina psiquiátrica del siglo XXI). Creo que algo que nos emociona de las olimpiadas va más allá del deporte. Los atletas nos hacen sentir lo que Jonathan Haidt llama “elevación”: admiramos lo que son capaces de hacer, nos asombran y nos inspiran. Reconocemos en ellos no sólo sus maravillosas hazañas físicas, sino las cualidades que les permiten lograrlas. El presidente del Comité Olímpico internacional, Jacques Rogge, felicitó a los atletas participantes y les dijo “su talento, dedicación y compromiso los trajó hasta aquí. Ahora tienen la oportunidad de ser verdaderos olímpicos. Ese honor no se definirá por si ganan o no, sino por cómo compitan. El carácter cuenta más que las medallas”.

El carácter es una de las áreas de estudio más importantes de la psicología positiva, se refiere a las fortalezas de las personas que son reconocidas en muchas culturas y que podemos cultivar en nuestra vida. Entre ellas están la curiosidad, el valor, la perseverancia, la honestidad, la chispa por la vida, la generosidad, la capacidad de liderzago y de trabajar en equipo, la justicia, la humildad, el autocontrol, la gratitud, la esperanza, la espiritualidad… Si lo pensamos, todas ellas están presentes durante las olimpiadas. Lo dijo Lord Coe en su discurso inaugural: “en cada deporte olímpico está todo lo que es importante en la vida”.

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About the Author
Margarita Tarragona Ph.D.

Margarita Tarragona, Ph.D., is on the faculty of the Universidad Iberoamericana in Mexico City and is on the Board of Directors of the International Positive Psychology Association.

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